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Sanciones contra Chile por cantos homofóbicos en el estadio: ¿Son el reflejo de la sociedad chilena?

Sociólogos apuntan, en parte, a la "competitividad salvaje" que se ha instalado y al tipo de público que asiste a los partidos de la selección, que serían los más acostumbrados al "éxito" y "emparentados con la ideología de la competencia".

09 de Noviembre de 2017 | 08:39 | Por Natacha Ramírez, Emol
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La selección chilena se convirtió en la más sancionada del mundo por los cantos de su hinchada.

Photosport
SANTIAGO.- La selección chilena recibió el martes un nuevo castigo de la FIFA y se convirtió en el país más sancionado del mundo por los reiterados cantos homofóbicos y discriminatorios de su hinchada. Aunque estas actitudes ocurren dentro de un estadio, ¿son reflejo de la sociedad chilena?, ¿es ésta tan homofóbica y discriminadora?

El académico del Departamento de Sociología de la U. de Chile, Rodrigo Figueroa, cree que si bien la sociedad chilena "tiene algunos rasgos donde expresa homofobia, no podemos decir que en su conjunto sea homofóbica", sino que, de hecho, "está viviendo un proceso donde hay un mayor respeto por las minorías sexuales y consciencia sobre el género", aunque "eso todavía no se traslada completamente al fútbol", el que, "en general, sigue siendo homofóbico y machista".

"El público que va a ver a la selección está muy emparentado con la ideología de la competencia (...) Es como el público exitoso de la sociedad chilena. Muchos ejecutivos jóvenes, que están en una lógica muy de la competencia, de la búsqueda del éxito rápido y tratar al otro como un potencial competidor que hay que vencer de cualquier forma"

Rodrigo Figueroa, Sociología U. de Chile

Lo que sí cree es que esas actitudes en el estadio reflejan otro rasgo de los chilenos: la "competitividad radical, casi salvaje" que se ha instalado en nuestra sociedad, la que está muy influenciada por "la idea del triunfo y del éxito, (algo) muy del ámbito económico que se traslada al plano deportivo".

"En la relación con los otros tenemos un énfasis en ganar, en tratar de competir con el otro de una manera salvaje. Y ése es un signo de la sociedad que se proyecta en los estadios. La selección chilena pasa a ser un referente en tratar de avasallar completamente al rival, en todo sentido, el público que va al estadio entiende al rival como un enemigo que hay que pasarlo a llevar por encima de todo y eso hace que lo traten como a un ser inferior", señala.

Explica que ese rasgo si bien "se alimentó con los resultados del exitismo" debido a los últimos triunfos de la selección, "también tiene que ver con un rasgo de la sociedad, que está basada en la competencia, muy individualizada, que entiende al otro como un potencial competidor sobre el cual hay que pasar por arriba".

"Público histérico y muy competitivo"


Dice que por eso el público chileno "es muy agresivo contra el rival" y que "la apreciación de los otros países hacia nosotros ha cambiado y ahora nos consideran como un país excesivamente competitivo, muy avasallador y muy soberbio".

Afirma que ese rasgo se exacerba ya que el público que va al estadio a ver a la selección "está muy emparentado con la ideología de la competencia, que traslada planos de su vida laboral y empresarial al campo de juego". "Es como el público exitoso de la sociedad chilena. Muchos profesionales y ejecutivos jóvenes, que están en una lógica muy de la competencia, muy individual, aspiracional, muy de la búsqueda del éxito rápido y tratar al otro como un potencial competidor que hay que vencerlo de cualquier forma", comenta.

De hecho, hace ver lo ocurrido en el partido entre Chile y Venezuela, cuando la hinchada comenzó a pifiar a la selección nacional, pese a que iba ganando, porque no hacía más goles contra el rival. "Eso es muy del estilo 'bueno, yo pagué por este espectáculo y tienen que satisfacerme'. Y si el seleccionado no les da ese elemento casi de estimulación, de tener que avasallar el rival, lo pifian. Es un público muy ansioso, muy histérico y muy competitivo", afirma.

La tolerancia es a nivel "racional", pero en la pasión aflora el estereotipo


El sociólogo de MIDE UC, Flavio Cortés, agrega otro punto y es que si bien los chilenos están viviendo un proceso de mayor apertura y tolerancia hacia la diversidad, dice que eso ocurre a nivel "racional", pero en un ambiente como el estadio, donde afloran la emoción y las pasiones, emerge el estereotipo clásico, que suele ser homofóbico o xenófobo.
"A las personas, cuando se les pregunta en un nivel cognitivo, racionalmente, dicen 'sí, yo soy tolerante, creo en la diversidad sexual, etc.', pero cuando están en un ambiente masivo, como un juego de fútbol, que no es racional, sino emocional, entonces recurren al estereotipo cultural dominante que está más arraigado, que es de discriminación, y en los insultos van a recurrir a expresiones clásicas peyorativas, racistas, homofóbicas, independiente de lo que intelectualmente manifiesten. Son dos niveles diferentes", explica.

Afirma que para que esta conducta cambie y el discurso racional de tolerancia efectivamente "se internalice y se asiente en el plano más emocional, tiene que pasar mucho tiempo y muchas generaciones". "El anclaje del estereotipo en la cultura es muy fuerte, entonces para que se erradique tiene que haber una labor cultural de mucho tiempo", señala. Dice que esto hoy se observa "solamente en las últimas generaciones".

Señala que otro factor que influye en la cantidad de insultos que se vierten en el estadio es que en Chile, en general, "el insulto está bastante legitimado en la interacción cotidiana", y "en los estadios se ha internalizado como pauta de conducta normal". De hecho, hace ver que en un partido entre Chile y Colombia "los gritos de los colombianos eran completamente diferentes a los de los chilenos; los colombianos le gritaban al árbitro 'imbécil' y los chilenos que estaban en la galería se reían de ese insulto, como diciendo 'eso no es un insulto'".

¿Cómo se pueden erradicar los insultos del estadio?


En opinión de Cortés, las sanciones que está aplicando la FIFA "es el camino correcto, porque lo peor que se puede hacer es no hacer nada y aceptar que ésa es la conducta normal". También afirma que en los colegios se debieran promover "conductas cívicas de respeto al otro, a la tolerancia y la diversidad".

En tanto, Rodrigo Figueroa apunta que "lo principal es que la forma de hablar de fútbol cambie" y se eliminen las expresiones sexistas u homofóbicas, tanto en futbolistas, medios de comunicación y programas deportivos. "El fútbol es una instancia de producción de verdad muy importante en la sociedad chilena, entonces cómo tú la narras termina trasladando mensajes al conjunto de la sociedad", señala.

En ese sentido, dice que le parece muy positiva la campaña que se lanzó para que se dejen de utilizar adjetivos sexistas para referirse a las hinchadas de Colo Colo y la U. de Chile. "Ahí tú estás desarrollando un lenguaje que está creando una realidad", destaca.
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