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Juicio al sistema electoral proporcional: Expertos celebran llegada de nuevas fuerzas pero lo consideran perfectible

Permitió la llegada de cuatro nuevos partidos y la elección de 81 diputados debutantes, aunque su efectividad para aumentar la equidad de género no pasó la prueba.

21 de Noviembre de 2017 | 07:04 | Por Consuelo Ferrer, Emol
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El Mercurio (Archivo)
SANTIAGO.- "Puede sorprender a muchas personas que haya candidatos que fueron elegidos con muy pocos votos, pero lo que significa es que el nuevo sistema está premiando a los pactos que tienen mejores ideas, y no a los nombres y apellidos. Es más representativo, es transparente y fue competitivo".

Es el mensaje que, de entrada, entrega el director del Programa Electoral de la U. Central, Kenneth Bunker, para analizar los resultados que arrojó el estreno del sistema electoral proporcional este domingo, que se utilizó por primera vez en reemplazo del antiguo sistema binominal, que favorecía a las dos principales coaliciones.

El fantasma del "arrastre"


Aunque permitió aumentar el número de partidos representados en la Cámara y el Senado, fue criticado por presentar rasgos que recordaron al antiguo binominal, como la posibilidad de elegir diputados con baja votación gracias al alto nivel de apoyo de sus compañeros de lista, algo que se conoce como "arrastre".


Fue, por ejemplo, lo que ocurrió en el distrito 10, de Santiago, donde el candidato a la reelección de Revolución Democrática, Giorgio Jackson (23,7%) obtuvo un respaldo tan alto que favoreció la elección de sus dos compañeros de partido, Natalia Castillo (1,0%) y Gonzalo Winter (1,2%) por sobre Alberto Mayol (5,8%).

Para entender el resultado, es necesario considerar que el nuevo sistema electoral reparte los cupos en proporción a la votación obtenida por cada lista parlamentaria con respecto al total de votos del territorio, y dichos cupos se dividen además proporcionalmente entre los subpactos de cada lista.

Considerando que la votación del Frente Amplio le otorgó tres cupos en la Cámara al conglomerado, el ex precandidato presidencial -que también corría por el FA pero dentro del subpacto del Partido Igualdad, donde no contaba con un compañero- debería haber superado un tercio de los sufragios obtenidos por RD para quedarse con el tercer cupo, para lo que le faltaron 2,8 puntos.

Algo similar sucedió con Enrique Lee (20,69%), quien obtuvo la primera mayoría senatorial en Arica, pero no pudo superar las votaciones sumadas de los candidatos de Chile Vamos y de La Fuerza de la Mayoría, quienes se quedaron con los dos cupos.

Es el caso, también, de Fulvio Rossi (24,25%), de Lautaro Carmona (17,59%) y de Paz Foitzich (16,09%), quienes fueron segunda mayoría en sus circunscripciones pero no resultaron electos.

Incluso a pesar de ese resultado, Bunker evalúa de manera positiva el sistema, aunque admite que puede generar confusiones debido a la reacción de los votantes cuyo candidato, a pesar de haber superado en votación a su contrincante, no fue electo.

Un sistema bueno, pero que puede mejorar


"Yo lo entiendo, porque los sistemas proporcionales son así", explica la cientista política y académica de la U. de Valparaíso, Javiera Arce, quien también evalúa positivamente el cambio, aunque lo considera perfectible.

"Se produce algo bien complejo debido a que Chile está demasiado despolitizado: tienes candidatos que concentran altas sumas de votos, versus otros que tienen muy pocos y que son beneficiados. Lo que hace el sistema es venir a reforzar el personalismo de la política", agrega.


Por eso, asegura que se podría dejar de generar esa sensación si se añade una nueva modificación: pasar del actual método, donde se vota por cierto candidato de una lista, a votar directamente por la lista, sin la opción de elegir qué candidato en específico.

El sistema se conoce como de "listas cerradas" y es usado por otras democracias en el mundo, como Argentina, Italia y España.

Bunker tiene la misma visión, aunque agrega que tendrían que existir requisitos para conformar las listas, como no poner "a los mismos de siempre en las mismas condiciones".

"El sistema electoral chileno no premia a la persona: premia el peso de la lista, y son los mismos partidos los que las definen. Si los ciudadanos votan por el pacto en vez de los nombres, eso permitiría mejorar aspectos como la representación de mujeres y minorías en el Congreso", asegura.

Esa fue otra de las críticas que se esgrimieron, ya que la Ley de Cuotas, que exigió un máximo de 60% de candidatos de un solo sexo, se tradujo en un aumento de la representación femenina demasiado leve, pasando de un 15,8% a un 21,4%.

Renovación de los parlamentarios


El decano de la Facultad de Gobierno de la U. Central, Marco Moreno, anota otro punto a favor del nuevo sistema, "cumplió con su objetivo de renovar el Parlamento, no sólo en cuanto a liderazgos personales, sino que también políticos, en términos de los grupos que van a estar representados".


De hecho, el número de partidos políticos presentes en la Cámara de Diputados actual es de 12, sumados a los parlamentarios independientes. Esta nueva elección permitió elevarlo a 16. De los 155 diputados electos, 81 llegarán por primera vez al Congreso y el promedio del tiempo en ejercicio alcanzó 4,5 años.

"Lo que hizo también fue sincerar las fuerzas políticas y la votación de cada partido, lo que sacó las caretas de mucha gente que estaba inflada por grandes partidos o conglomerados", afirma por su parte Arce.

A su juicio, estas elecciones también permitieron frenar la reelección de "grandes dinosaurios de la política y de gente experimentada que llevaba demasiado tiempo".

"Eso es un aspecto sumamente positivo, que permite renovar las elites con la salida de candidatos como Andrés Zaldívar o de personas vinculadas a temas de financiamiento irregular o malas prácticas estatales, como Osvaldo Andrade", comenta.

Coaliciones más fuertes o mayor fragmentación partidaria


Entre los efectos que podría desatar, Arce considera que el escenario actual, de un mayor número de partidos representados, sin mayoría absoluta y son apertura a nuevas minorías políticas, era uno de los más probables. También asegura que va a “atentar contra las formas clásicas de coalicionamiento”.


"El escenario ideal es que se tiendan a formar coaliciones más grandes y fuertes, para competir en esas condiciones. Es necesario comenzar a hacer política de otra manera. La política a la carta o de panfleto, sin compromiso con ideas nuevas, es el peor enemigo de estos sistemas y genera desgaste coalicional, que es lo que podemos ver en el desempeño electoral de la DC, que pasó de 19 a 13 diputados", explica.

Los que se prepararon mejor para el cambio de sistema


En la vereda contraria, la analista considera que el partido que mejor supo leer el sistema nuevo y beneficiarse de él fue Renovación Nacional, que eligió 42 parlamentarios, convirtiéndose en el que tendrá más representación en el nuevo Congreso.

Además, subió las diputadas mujeres de dos a diez, algunas incluso favoreciendo la elección de sus compañeros de lista, como Marcela Sabat y Paulina Núñez.

"RN hizo una lectura muy profunda a los distritos y salieron ganando, porque maximizaron profundamente su rendimiento electoral. Además fue una suerte de venganza, porque ellos eran los principales perjudicados del binominal bajo la influencia de la UDI. Esta vez salieron muy fortalecidos y fueron capaces de contener a sus candidatas mujeres, no las usaron para rellenar las listas como sí se dio en la centroizquierda", asegura.

A los que mejor construyeron sus listas, Bunker suma al Frente Amplio y en particular a RD, que se quedó con diez de los veinte diputados del bloque. Además, menciona al PS, que pasó a ser el bloque predominante dentro de la Nueva Mayoría, por sobre el PPD.

También destaca a Evópoli, que tuvo problemas dentro de Chile Vamos a la hora de negociar los cupos para la lista parlamentaria. "Les dejaron muy poquito para trabajar y les fue bastante bien, con seis diputados y dos senadores", cuenta.
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