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Las 37 estafas por las que investigan a Rafael Garay: ¿Qué hacía para "seducir" a sus víctimas?

Rentabilidad anual de un 18% e inversiones en mercados del mundo era parte de lo que prometía el falso economista, imputado por estafa reiterada por $1.748 millones.

11 de Diciembre de 2017 | 16:24 | Por Tomás Molina Jarpa, Emol
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El autodenominado economista dejó este mediodía el anexo cárcel Capitán Yáber.

Agencia Uno
SANTIAGO.- La mañana de este lunes el Tercer Juzgado de Garantía de Santiago acogió la solicitud de la defensa de Rafael Garay y cambió la prisión preventiva que cumplía desde marzo por arresto domiciliario total y arraigo nacional, en la causa por el delito de estafa reiterada.

El tribunal, adicionalmente, resolvió que el ingeniero comercial deberá someterse a un tratamiento psiquiátrico para tratar su alcoholismo y tendrá vigilancia policial durante 24 horas los siete días de la semana.

Y es que el profesional, que desde el 16 de marzo cumplía prisión preventiva en el Anexo Cárcel Capitán Yáber, es investigado por 37 querellas, cuyos montos ascienden a cerca de $1.748 millones.


Esto, según la investigación, luego de que Garay desde 2011 y hasta junio de 2016 ofreciera falsas asesorías financieras tanto a personas naturales como jurídicas, a través de su sociedad Think & Co.

Dicha sociedad, si bien se encontraba legalmente constituida, desde 2011 en adelante no desarrolló inversión alguna y solo sirvió al imputado para dar la apariencia de un supuesto servicio de asesoría.

A partir de esta sociedad Garay supuestamente invertía los dineros entregados por sus víctimas, algunas de las cuales incluso le confiaban montos superiores a los $100 millones.

A ellos les entregaba información falsa sobre el progreso de sus supuestas inversiones, con el fin de conseguir que los defraudados aportaran más dinero, o bien no lo retiraran.

Captación de víctimas


Con el objeto de captar víctimas, el ingeniero comercial utilizaba su posición en programas de televisión, apariciones en redes sociales y conferencias a privados para dar la impresión de ser una persona confiable y preparada. Incluso promovía públicamente el cuidado de las personas en no caer en las denominadas estafas piramidales.

Además, el autodenominado economista aseguraba a sus víctimas que los montos confiados serían invertidos en diferentes mercados alrededor del mundo.

Junto con lo anterior, Garay se comprometía a otorgar una rentabilidad del 18% anual -muy por sobre lo ofrecido por la banca nacional-, libre de impuestos y antes de la comisión, la cual consistía un cobro del 7% sobre la utilidad acumulada en el periodo por los supuestos servicios de Think & Co. El trato incluía una penalidad del 5% por retiros anticipados.

Asimismo, el imputado afirmaba que su sociedad estaba regulada por la Superintendencia de Valores y Seguros para dar seguridad a los inversionistas. Sin embargo, aquella afirmación resultó ser falsa.

También se informó que Garay les manifestaba a sus inversores que tenía oficinas en Hong Kong. Mientras que a algunos les revelaba datos sobre su cartera de clientes, entre los que dijo tener al ex entrenador de la selección chilena Jorge Sampaoli.


Compañeros de colegio y de trabajo, amigos cercanos, e incluso familiares, creyeron en los engaños del falso economista.

En este grupo figura el periodista Iván Nuñez, quien luego de varias entrevistas efectuadas en materias económicas en la radio Futuro, donde se desempeñaba el comunicador, nació una relación de amistad estrecha.

Esta se vio reforzada por el gusto y la practica por las artes marciales del rostro del Departamento de Prensa de Chilevisión. Por ello, el profesional invirtió $50 millones en Think & Co. Mientras que su esposa, Marlene de la Fuente, fue defraudada por $76 millones.

Otro caso destacado es el de Carmen Bosticca, dueña de casa quien reconoció a Garay por sus presentaciones en televisión, que lo mostraban como un profesional ligado a las finanzas e inversión. Así, lo conoció personalmente en un acto de campaña cuando éste inició una aspiración a senador por la Región del Biobío.

La denunciante había previamente invertido en la sociedad La Polar, antes del escándalo que sacudió a la compañía. Ante esto, en 2013, el imputado le informó sobre sus asesorías de inversión, por lo que la víctima confió en él y sufrió un perjuicio de $70 millones.

Falsa devolución de montos


En consecuencia, la fiscalía aseguró que el total de los montos fueron obtenidos por Garay de forma fraudulenta y sin nunca haber tenido real intención de asesorar financieramente a sus clientes, y valiéndose de variadas excusas para el incumplimiento en el pago.

En esta línea, el 13 de junio de 2016, el ingeniero comunicó a través de su cuenta de Facebook estar sufriendo un supuesto cáncer terminal, manifestando que se retiraría de los negocios, cerrando los fondos de inversión y asegurando que devolvería los dineros sin cobro de comisión.

La liquidación fue anunciada por correo electrónico del 18 de julio del 2016, proceso que supuestamente tomaría un plazo máximo de 56 días, coincidiendo con su falso tratamiento en Francia.

5 años y un día de cárcel efectiva arriesga el autodenominado economista investigado por estafa reiterada

Por ende, con la intención, a juicio del Ministerio Público, de aparentar una falsa liquidación y poder huir del país, informó a sus clientes que su abogado, Ángel Valencia, quien también fue víctima del engaño, sería el encargado de la liquidación de la sociedad, hecho que nunca se realizó.

Valiéndose de su falso cáncer, Garay salió del país el 4 de septiembre de ese mismo año con destino a París, para finalmente terminar en Rumania, país desde el cual se solicitó su extradición.

El autodenominado arriesga desde 3 años y un día hasta un castigo superior a cinco años de cárcel efectiva, penas que establece la legislación para el delito por el cual se le investiga.

Garay salió este mediodía de Capitán Yáber con sus cosas envueltas en una bolsa de basura negra y abordó un automóvil junto a unos amigos para dirigirse al domicilio que fijó para el cumplimiento de la medida: un departamento en Lord Cochrane 1001 de propiedad de su ex pareja Antonella Torelli, con quien tuvo un hijo antes del episodio de la estafa.

El ingeniero comercial no emitió declaraciones al dejar la prisión.
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