SANTIAGO.- Luego de que el lunes saliera de la cárcel para cumplir arresto domiciliario total, en medio de la investigación por el delito de estafa reiterada,
Rafael Garay (42 años) sorprendió al recibir una oferta de trabajo.
La propuesta es del empresario Miguel Cumsille Pino (39) y se la presentó en el anexo cárcel Capitan Yáber, donde conoció al ingeniero comercial.
Sindicado como uno de los cabecillas de una red de casinos clandestinos en Santiago, Cumsille fue formalizado por asociación ilícita, delitos tributarios y administración y explotación de estos recintos.
La agrupación delictual del comerciante, según expuso la fiscalía en la audiencia, operaba desde 2014 con dos casinos clandestinos ubicados en Marcoleta 444 y hermanos Clark 971 (Santiago Centro). También, en un departamento en Las Condes, donde, entre marzo de 2015 y septiembre de 2016.
Por esto último, el empresario quien es dueño de unos cibercafés en el centro de Santiago, se encuentra con arresto domiciliario nocturno.
Según las pesquisas iniciadas por el abogado querellante de la causa donde está implicado el oferente de Garay, Juan Carlos Manríquez, cada casa de juegos permitía a los líderes de la agrupación, entre ellos Cumsille, embolsarse cerca de $25 millones al mes.
Además, en 2008, administraba el denominado "Casino Royale", una casa de juegos clandestina descubierta en Recoleta. Según la Brigada Contra el Crimen Organizado de la PDI (Brico), el comerciante contenía un registro minucioso de los "players" y de las ganancias y deudas que éstos mantenían.
Cinco años después (2013), el ex alumno del colegio Calasanz de Ñuñoa volvió a pasar por un problema similar: sus tres cibercafés , ubicados en la galería "Santiago Centro", fueron clausurados la autoridad local y Carabineros.
Lo anterior, ya que operaban como lugares de juego, donde hasta se pagaban premios en efectivo.
2014año en que comenzó a operar casinos de juego ilegales
El modus operandi de estos "ciber-casinos" consistía en el cobro anticipado de una cantidad de dinero para poder acceder a los computadores con conexión a juegos de azar en Internet. Si el usuario ganaba una partida, éste podía cobrar su premio en la misma caja del local.
Ante esto, Cumsille se defendió argumentando que "esto es online, yo no necesito patente de casino. Son juegos que se descargan, la gente viene a jugar con $500 y mi ganancia tiene que ver con la hora de minutos de Internet que le cobro a la persona (...) Si en los computadores los clientes ponen pornografía, ¿tengo que sacar patente de cine triple x?"
Tanto Cumsille como Garay, ambos imputados, comparten al abogado Daniel Celis. El defensor se refirió al posible trabajo que podría desempeñar el autodenominado economista, el cual se trataría de asesoramientos "en temas de mercado por unas inversiones".
