SANTIAGO.- A menos de una hora iniciado el conteo de votos de las elecciones de este domingo, el triunfo de Sebastián Piñera ya era inminente y las celebraciones en el comando de la centroderecha se extendieron tras confirmar su evidente ventaja con más del 54% de las preferencias y casi diez puntos arriba de Alejandro Guillier.
Cuando todos los pronósticos apuntaban a un estrecho margen entre los candidatos, muchas teorías surgieron para explicar el declive de la centroziquierda que, con los votos de primera vuelta, reunía cerca del 55% del electorado.
Una de ellas es la que planteó el investigador internacional de Clapes UC, Sergio Urzúa y tiene que ver con el comportamiento de los votantes del Frente Amplio- que sumaron un cuantioso 20%- y su preferencia por el neoliberalismo que los acercaría a Piñera.
Lo dijo antes de los comicios del 17 de diciembre en una columna de El Mercurio y hoy en entrevista con Radio Duna lo volvió a repetir: "Hay un porcentaje importante, yo creo que dos tercios de quienes votaron por Beatriz Sánchez que es gente que quiere consumir".
"A esa gente la oferta de gratuidad puede ser atractiva, 150 mil o 100 mil pesos en el presupuesto de esas personas al mes es atractivo", sostuvo en la entrevista, pero insistió en que "el resultado de ayer va mucho más allá de eso".
"No solamente el trasvasije desde lo que podría haber sido Beatriz Sánchez o el FA a Sebastián Piñera lo explica" afirmó, argumentando que las personas quieren que "el país crezca y progrese". "La gente quiere más oportunidades, quiere competir (...) y lo que les hemos instaurado durante los últimos cuatro años, es un ambiente en donde nadie compite", explicó.
En su análisis anterior que tituló "Neoliberalismo en el FA", sugirió que lo que mueve a los votantes del Frente Amplio "no es socialismo ni comunismo, sino consumismo". De esta forma, plantea que la rutina de la clase media de ir a comprar a centros comerciales los fines de semana "y el discurso de 'izquierda' de Beatriz Sánchez, son totalmente compatibles".
"¿Qué mejor receptor de ofertones en educación, pensiones y salud que aquel grupo ávido de ver relajadas sus restricciones presupuestarias para extender la libertad que le ha dado el consumo?", indicaba el académico apuntando a que la izquierda chilena ha sabido sacar provecho de "los instintos propios del neoliberalismo"
Para Urzúa esta teoría se ve representada en los resultados que obtuvo Maipú, "fiel representante de la clase media chilena".
En la primera vuelta Sánchez logró 55 mil preferencias en la comuna, es decir, el 4,1% de su total nacional."El 40% de los votos de Beatriz se concentraron en 20 comunas, todas con fuerte presencia de clase media: desde Pudahuel hasta Providencia, pasando por Quilicura, La Florida, Puente Alto, Ñuñoa, Concepción, Valparaíso, Viña y, por cierto, Maipú", había destacado el columnista.
Hoy las cifras de Maipú muestran un escenario con diferencias. Aunque el electorado se inclinó hacia al ex candidato de La Fuerza de la Mayoría, la variación de la votación obtenida por el representante de Chile Vamos alcanzó un 34,6%, recolectando cerca de 24 mil votos más que en la primera vuelta.
Pero este fenómeno también se repite en otros sectores, como es el caso de Puente Alto, en donde, si bien ganó la opción de la centroizquierda, Piñera obtuvo casi 23.300 sufragios más que en los primeros comicios, lo que representa una variación de un 43%.
De esta forma, el análisis que hace Urzúa, podría explicar en parte la sorpresiva y contundente victoria que obtuvo la centroderecha en estas elecciones. Una clase media que avala las reformas que defiende la izquierda pero por "su interés por el consumo y el neoliberalismo".
