SANTIAGO.- Citando el himno nacional y recordando los años en que vivió en Chile. Así comenzó su intervención en el Palacio de La Moneda el Papa Francisco, luego de ser recibido por la Presidenta Michelle Bachelet en el Patio de los Naranjo, donde además de agradecer a la Mandataria por sus palabras, saludó al Presidente electo Sebastián Piñera.
Sin embargo, el momento más importante de su intervención fue cuando mencionó el "dolor y la vergüenza" que le provocaban los casos de abusos sexuales cometidos por miembros de la Iglesia Católica, el cual incluso provocó abrazos entre las autoridades presentes.
"No puedo dejar de manifestar el dolor y la vergüenza el daño efectuado por miembros de la iglesia. Es justo acompañar en el dolor a las víctimas y tomar medidas para que no se repita", dijo el Papa.
Antes, de eso señaló que venir al país es para mí "una alegría" pues "Chile ha sabido formarme y hospedarme en mi juventud". Además, recalcó "la pluralidad étnica de esta Nación exige ser contemplada sin dogmatismos".
El Papa detalló que Chile tiene "un reto grande". "Seguir trabajando para que la democracia sea el lugar de encuentro para todos, un lugar para que todos sin excepción se sientan convocados para construir casa familia y nación, una casa llamada Chile".
En esa misma línea, agregó que "es preciso escuchar, escuchar a los parados, a los pueblos originarios. Escuchar a los migrantes que llama a la puerta de este país, escuchar a los ancianos con su sabiduría, escuchar a los niños que se asoman al mundo con ojos de asombro".
Según describió Su Santidad, Chile es un país "generoso, que ama su historia y mira con esperanza el futuro", cerrando su intervención destacando que Chile tienen "en el alma la vocación de la terca capacidad de existir".
