La Presidenta Michelle Bachelet recibió al Papa Francisco en el Palacio de La Moneda.
Presidencia
SANTIAGO.- Dos horas antes de que se diera inicio a la ceremonia comenzaron a llegar las casi dos mil personas al perímetro del Palacio de La Moneda, con el objetivo de recibir al Papa Francisco en su primera actividad oficial en nuestro país.
Eran las 06:30 horas y cientos hicieron una larga fila por Amunategui en dirección a Agustinas, lugar en el que la organización estableció el ingreso hacia la Plaza de la Constitución, aguantando de buena forma el frío matinal que se sentía en la capital.
Con banderas y gorros con la imagen del Pontífice, los feligreses se ubicaron en las galerías instaladas frente a la sede de Gobierno, mientras el
Regimiento Granaderos del Ejército alistaba sus tropas y las autoridades entraban por la calle Moneda.
Al interior del Palacio el ambiente era distendido. Ministros, diplomáticos, miembros de otros credos y parlamentarios conversaban animadamente en la espera del Papa, dejando de lado por algunos instantes las diferencias políticas y religiosas entre ellos.
A las 07:30 arribó el Presidente electo, Sebastián Piñera, y minutos después lo hizo el ex Mandatario, Ricardo Lagos. El diálogo fue inminente, ya que fueron sentados uno al lado del otro en la fila de honor organizada por el Vaticano y el Gobierno.
Pese a que había dos pantallas gigantes a cada costado del escenario principal, estas no transmitieron la salida de Jorge Bergoglio desde la Nunciatura Apostólica. Una cierta ansiedad recorría el Patio de los Naranjos, en medio del leve retraso en su llegada.
Mientras, los miembros de la seguridad del Vaticano recorrían cada espacio de la sede del Ejecutivo, para no dejar ningún detalle al azar. La prensa, los invitados y los miembros de la organización, en sus puestos, estaban listos para recibir al Papa.
Canto a capela e intercambio de regalos
Minutos antes de la llegada de Bergoglio apareció la Presidenta Michelle Bachelet. Desde el Patio de Los Cañones, caminó hacia el exterior de La Moneda para participar en los honores hacia Bergoglio, recibiendo una ovación de los presentes.
Antes, el cardenal arzobispo de Santiago, Monseñor Ricardo Ezzati, también fue objeto de un largo aplauso, quien entró junto a los miembros del séquito papal. En eso llegó Francisco, quien con los ojos cerrados escuchó los himnos preparados por el Ejército.
Todo lo que ocurrió en el exterior fue seguido por las autoridades en silencio. No hubo audio ambiente y cuando se entonó la canción nacional, todos se pusieron de pie y cantaron a capela con solemnidad. Luego, el Papa entró a La Moneda sonriendo e incluso se dio el tiempo de recibir un regalo de un asistente.
En algunos momentos, la transmisión oficial se cortó por breves segundos, lo que provocó sorpresa y risas. Pero el Papa ya estaba acá, por lo que detalles como esos fueron pasados por alto. Su discurso y el reconocimiento de los abusos cometidos por miembros de la iglesia contra menores caló hondo entre los presentes.
Una vez que concluyó la ceremonia, Bachelet y el Pontífice salieron por el ala sur de La Moneda en dirección al Salón de Audiencias, en donde fueron acompañados por la madre de la Presidenta, Ángela Jeria.
La reunión entre ambos se extendió por casi 25 minutos. En ella, conversaron sobre los desafíos presentes y futuros de Chile e intercambiaron regalos: Bachelet le regaló dos candelabros de cobre y libros de música chilena.
Mientras, el Papa le obsequió a la Jefa de Estado una medalla vaticana conmemorativa del viaje, que es un presente tradicional de sus giras. Fue la misma que le regaló antes al Presidente electo, Sebastián Piñera.
