SANTIAGO.- Las horas previas a la llegada del Papa Francisco al Parque O'Higgins, para dirigir la "Santa Misa por la Paz y la Justica", no fueron muy distintas a la de otros eventos masivos. Los asistentes rezaban, jugaban cartas, dormían, se fotografiaban, pero -en su gran mayoría- bailaban y cantaban de forma animada.
Los peregrinos comenzaron a llegar las 2:00 hrs, cuando el frío marcaba la espera por el Sumo Pontífice. Los peregrinos eran recibidos por la animación en el escenario, números musicales y videos proyectados en las pantallas instaladas en distintos puntos.
El Parque O'Higgins estaba dividido en 18 parcelas. Los sectores más alejados al escenario tuvieron la oportunidad de ver a Francisco cuando dio vueltas en el papamóvil y a través de los monitores.
Algunos asistentes de los sectores más apartados se molestaron por su ubicación, incluso algunos abandonaron el lugar antes de que iniciará la misa.
"¡Viva el Papa!¡Viva Jesús!", era uno de los gritos más coreados por los asistentes, los que en su mayoría tenían entradas para el evento desde que Francisco anunció su visita a Chile. La misa se vio marcada por la emoción y regocijo de los peregrinos.
El balance de los presentes fue positivo, ya que quedaron conformes con la organización y con el mensaje entregado por el Santo Padre.
Voluntarios
Además de los fieles que arribaron a escuchar al Papa, muchos otros -la mayoría de ellos jóvenes- se ofrecieron para ser voluntarios. Muchos de ellos llegaron a las 22 horas al Parque O'Higgins, luego que -inlcuso- apoyaran el traslado del Pontífice a la Nunciatura el día de ayer.
Otros seguirán trabajando este martes en la Catedral Metropolitana, que Francisco visitará a las 17:15 hrs. "No hemos descansado, ha sido puro trabajo", dijo una de las voluntaria de un grupo de jóvenes proveniente de lugares como Valdivia, Melipilla y Curacavi.
Cruzaron la cordillera
Algunos argentinos viajaron por más de 23 horas para ver el Papa Francisco. Jesús de San Juan cuenta que vino con su familia y que les da "un poco de tristeza que no vaya a Argentina".
Por el otro lado, María de San Luis dice que no le causa tristeza: "Él debe saber porque no va a Argentina, no podemos condenar o criticar sin saber".