SANTIAGO.- Algunos acamparon desde el lunes en las afueras del Parque O'Higgins, otros llegaron a eso de las 2:00 de la madrugada y unos pocos arribaron pasadas las 9:00 horas, cuando los accesos ya estaban cerrados. De una u otra forma, miles de peregrinos llegaron este martes al céntrico recinto para ver en persona al Papa Francisco en la que fue la primera misa masiva de su visita al país.
En más de 400 mil personas estimó la asistencia la Comisión Nacional a cargo de a gira apostólica, que comenzó ayer con su llegada al aeropuerto de Pudahuel. Si el lunes no se sintió el fervor de los fieles como sí fue para la visita del Papa Juan Pablo II, este martes el ánimo fue distinto.
Los asistentes esperaron por horas a que llegara el Pontífice, primero con un frío poco común para la época veraniega, y luego con altas temperaturas cuando ya daban las 10:00 de la mañana. Para ingresar, las personas debieron hacer kilométricas filas, pero todo dentro del orden esperado.
Ya faltando sólo minutos para la llegada de Francisco al Parque O'Higgins, los fieles se animaron y corearon canciones a la espera del papamóvil, que dio algunas vueltas entre el público. En la misa, Jorge Bergoglio realizó una homilía centrada en la paz.
Para Javier Peralta, director ejecutivo de la Comisión Nacional a cargo de la visita, "fue un momento espectacular, un momento histórico, creo que el Papa se encontró con un país que madrugó, que durante seis horas caminó, cantó, se preparó. Sumamos más de 400 mil personas en el Parque O'Higgins".
"Nos dio un mensaje completamente renovador, nos sorprendió con pedir perdón en La Moneda primero, y aquí a la luz de las bienaventuranzas, nos invita a construir un país, que ya se ha reconstruido varias veces, pero a su vez nos hace mirar al futuro", agregó.
"Nos está removiendo, conoce muy bien la realidad de Chile porque es un mensaje que viene muy a cabalidad y quizás distinto a los que ha dicho en otros países", aseguró.
En ese sentido, y tras el primer gran desafío que deberá enfrentar en los próximos días la organización del evento, Peralta manifestó que "creo que ha sido una mañana preciosa como primer día, no podemos estar más satisfechos, además de sentirnos responsables de la misión que nos queda cuando el Papa se va".
La jornada no estuvo exenta de críticas. La larga espera que muchos peregrinos debieron esperar en sus lugares, las dificultades que algunos registraron en los accesos y la congestión al intentar abandonar el lugar después de la liturgia fueron los principales cuestionamientos.
"Hubo algunas personas que querían entrar sin entrada, pero hubo en las puertas acceso a gente con entrada hasta más allá de las 9 incluso, porque queríamos que todo el mundo participara. Si lamentablemente hubo casos de personas que no pudieron venir, fueron quizás por temas de horario, pero en general la gente pudo acceder", explicó Peralta.
Respecto a los problemas en las salidas, el director ejecutivo de la Comisión afirmó que era un tema "previsible, en el sentido en que 400 mil personas caminando todos hacia la línea del Metro iba a generar una congestión".
Otros asistentes criticaron la lejanía de algunas ubicaciones respecto al altar. Peralta comentó que "el recorrido del papamóvil fue precisamente lo que hace que la gente que quede más lejos del altar pueda tener una experiencia del Papa, creo que el ver pasar al Papa en el papamóvil es una experiencia que mucha gente valora".
