El Papa rumbo a la Catedral donde tuvo un encuentro con sacerdotes y religiosos.
Agencia Uno.
SANTIAGO.- En la cuarta actividad, el Papa Francisco tuvo un encuentro con sacerdotes y religiosos consagrados en la Catedral de Santiago, en la que reiteró el perdón por los casos de abusos y reconoció que la "sociedad chilena es más diversa a la que conocí en mi juventud".
El arzobispo de Santiago, cardenal Ricardo Ezzati, abrió la ceremonia, la cual fue seguida por diversas pantallas gigantes ubicadas en la Plaza de Armas.
"Querido Santo Padre, la vida en religiosa y consagrada en Chile atraviesa hora de turbulencia y desafíos. Ha crecido la cizaña y su secuela del escándalo. Le agradecemos sus palabras que denuncian el pecado y la tibieza", comentó el cardenal, al hacer una radiografía del presente de la Iglesia Chilena.
El Papa recordó el día de la ordenación y consagración y llamó a los presentes a renovar la disposición de los presentes hacía Dios.
Recogiendo las palabras del arzobispo de Santiago, Francisco dijo que en Chile la vida eclesiástica "atraviesa horas difíciles, de turbulencia no indiferente" y, citando a Ezzati, agregó que "ha crecido la cizaña del mal y su secuela del escándalo".
"Conozco el dolor que han causado los casos de abusos a menores de edad y sigo con atención que se hace para superarlo. Dolor de las familias que se han visto traicionadas, dolor por la comunidad y dolor por ustedes, que además del desgaste de la entrega, han visto la sospecha y desconfianza", comentó.
"Sé que han sufrido insultos en el Metro o en la calle. Que ir vestido de cura en muchos lados está constando caro (…) Por eso los invito a que pidamos a Dios que nos dé la lucidez de llamar la realidad por su nombre, la valentía de pedir perdón", agregó.
Un Chile diferente
En su intervención, de más de 30 minutos, fue interrumpido ocho veces por aplausos de los presentes. En ella reconoció también que el Chile de hoy "es muy distinto al que conocí en mi juventud cuando me formaba (…). Es una sociedad culturalmente más diversas, e tenemos que reconocer que muchas veces no sabemos cómo reinsertarnos en estas nuevas circunstancias".
"Ante esto podemos caer en la tentación de recluirnos, pensar que todo está mal, en lugar de profesar una buena nueva, pensamos en apatía y desilusión (…). Nos guste o no estamos invitados a enfrentar la realidad así como se presenta", dijo.
"Los invito que cuando vuelvan a sus casas armen en su corazón un testamento espiritual, al estilo del cardenal Raúl Silva Henríquez", finalizó el Papa.
Encuentro con obispos
Tras esto, el Papa se reunió con los obispos, incluido el de Osorno, Juan Barros, señalado como uno de los encubridores de los abusos de Fernando Karadima.
Francisco abrió su intervención felicitando a Bernardino Piñera, recordando que es el obispo de más edad en el mundo.
Luego, criticó el clericalismo, como oposición a las vocaciones. "Los laicos no son nuestros peones ni nuestros empleados, no tienen que repetir como loros lo que nosotros le decimos".
"Los sacerdotes del mañana tienen que formarse pensando en el mañana, a un mundo secularizados y debemos formarlos en eso", añadió.
