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Expertas analizan el perdón de Francisco: "Lo que hace es establecer un estándar para las demás autoridades"

Además, desmenuzaron las consecuencias de la presencia del obispo Juan Barros en las actividades papales, de las cuales esperaban que se restara. “Hay una cierta inconsciencia sobre la fractura que ha generado en la comunidad”, afirman.

17 de Enero de 2018 | 08:26 | Por Consuelo Ferrer Durán, Emol
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EFE
SANTIAGO.- "No puedo dejar de manifestar el dolor y la vergüenza, vergüenza que siento ante el daño irreparable causado a niños por parte de ministros de la Iglesia. Es justo pedir perdón y apoyar con todas las fuerzas a las víctimas, al mismo tiempo que hemos de empeñarnos para que esto no se vuelva a repetir".

Con estas palabras, emitidas por el Papa Francisco la mañana de este martes durante su visita a La Moneda, por primera vez un Pontífice se refirió a la crisis de confianza que atraviesa la Iglesia Católica en el país, después de la seguidilla de casos de abuso sexual perpetrados por el clero en la historia reciente del país.

Sus declaraciones, en el inicio de su recorrido por Chile, se dieron en medio de un clima de cuestionamientos por la omisión original de un encuentro del Papa con las víctimas de abuso en su programa de actividades, que fue solicitado por actores tan dispares como el sacerdote Felipe Berríos, la ex candidata presidencial Carolina Goic y las propias víctimas de Fernando Karadima.

Finalmente, el Pontífice sostuvo una reunión "estrictamente privada" con víctimas de abusos, pero la identidad de los participantes se mantuvo en secreto.

"Es muy directo y transparente pedir este perdón", afirma a Emol la académica de la U. Católica y PhD en Teología Moral, Claudia Leal. "Lo hace no solo de frente a las víctimas, sino a la sociedad entera y lo que hace es establecer un estándar: si él, que es la máxima autoridad de la Iglesia Católica, está en esta posición, las demás autoridades tienen un piso mínimo donde partir", añade.

Con ella coincide su compañera, la doctora en Teología Sistemática, Sandra Arenas, quien dice que lo que realizó el Pontífice fue una manera de admitir que "nada que haga va a ser suficiente, pero siente vergüenza y debe pedir perdón". "Yo diría que probablemente no sea suficiente, pero es un avance", agrega.

"La gran pregunta es si la Iglesia, si las instituciones y las universidades vamos a ser capaces de recoger la posta y continuar la conversación"

Claudia Leal
"Si Francisco reconoce públicamente que se avergüenza de esto, no queda menos que, después de su visita, en Chile quede como enseñanza en el episcopado y el clero una consciencia mayor de que estos abusos no deben volver a repetirse, y que debe darnos vergüenza", comenta Arenas.

Pero tras estas declaraciones, el riesgo, para Leal, es que "estos días se conviertan en un evento mediático y que el Papa pase por Chile como pasa un rockstar, lo que podría suceder porque después nos vamos de vacaciones y en marzo volvemos cada uno a nuestras actividades".

"La gran pregunta es si la Iglesia, las instituciones y las universidades vamos a ser capaces de recoger la posta y continuar la conversación", concluye.

El factor Juan Barros


Apenas un par de horas después del emblemático perdón, llamó la atención la presencia del obispo de Osorno, Juan Barros, en la misa que se celebró a las 10.30 horas en el Parque O’Higgins. El sacerdote se unió a la ceremonia a pesar de encontrarse en el ojo del huracán.

La comunidad de Osorno se ha opuesto desde su nombramiento a la figura de Barros, señalándolo como encubridor de los abusos de Karadima. La semana pasada, además, se reveló una carta donde el propio Pontífice explicaba al episcopado chileno que se intentó ofrecerle un "año sabático" antes de su designación.

La presencia del sacerdote en la misa generó las críticas de la política Marta Larraechea, esposa del ex presidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle, así como del vocero del Movilh, Rolando Jiménez.

Como antecedente, Claudia Leal aclara que es necesario considerar que "la relación entre el Papa y los obispos no es la de un gerente general con sus subalternos: la jurisdicción del obispo no está por debajo que la del Papa".

Arenas complementa esa noción. "Es prácticamente inevitable que, como parte del episcopado chileno, esté presente en las ceremonias oficiales de la visita del Papa, que, al igual que él, es obispo de Roma. Tendría que aludir a una enfermedad o una causa grave, y me temo que vamos a seguir viéndolo a él y a los demás obispos cuestionados", comenta.

Sin embargo, Leal considera que es una situación reprochable. "A estas alturas me cuesta muchísimo entender que no haya por su parte un gesto más decidido. Hay una cierta inconsciencia sobre la fractura que ha generado en la comunidad y una muy fuerte", afirma, agregando que hubiera esperado que el mismo Barros se restara de la actividad.

"Esa equivocación (nombrarlo como obispo) podría ser enmendada y este sería un muy buen momento, pero yo creo que no lo va a hacer"

Sandra Arenas
La teóloga Sandra Arenas dice, por su parte, entender "el desconcierto y la molestia", aunque afirma creer que "el Papa no va a hacer ninguna referencia explícita al caso".

"Creo que no lo hará porque no hay ninguna causa que lo acuse directamente como encubridor de Fernando Karadima. A pesar de que puede haber antecedentes de eso, no hay ninguno que esté siendo sostenido en algún proceso jurídico, eclesiástico o civil", afirma.

Por eso, considera, el Papa "no hará ningún pronunciamiento público" y que, de existir la intención, la habría manifestado antes del viaje, como sucedió en Perú con caso del Sodalicio de Vida Cristiana.

"Yo creo que ha habido una equivocación de su parte al momento de nombrarlo y no escuchar otras voces, y que esa equivocación podría ser enmendada y que este sería un muy buen momento, pero yo creo que no lo va a hacer", finaliza.
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