TEMUCO.- Ante 130 mil personas congregadas en la base aérea de Maquehue, y en medio de una seguidilla de atentados a templos católicos en la zona, el Papa Francisco envió un mensaje de paz a la Región de La Araucanía llamando por un lado a "cumplir" los acuerdos que se contraen y por otro a evitar la violencia "que termina volviendo mentirosa la causa más justa".
Utilizando frases en mapudungun en el inicio de su discurso, el Papa comenzó su intervención saludando a de manera especial "a los miembros del Pueblo Mapuche, así como también a los demás pueblos originarios que viven en estas tierras australes: rapanui, aymara, quechua y atacameños". De hecho, el acto comenzó con una rogativa mapuche.
Además de citar a Gabriela Mistral, tal como lo hizo ayer, hoy también pronunció una rima de Violeta Parra: "Arauco tiene una pena que no la puedo callar, son injusticias de siglos que todos ven aplicar".
En la actividad también estuvo presente el obispo Juan Barros, al igual que ayer en el Parque O’Higgins y en el encuentro con la Conferencia Episcopal, prelado criticado por encubrir los abusos del sacerdote Fernando Karadima.
Mensaje de paz y unidad
Al mencionar que la misa se estaba realizando en el aeródromo de Maquehue, el Papa recordó que en el lugar "tuvieron lugar graves violaciones de los derechos humanos. Esta celebración la ofrecemos a todos los que sufrieron y murieron y por los que cada día llevan sobre sus espalda el peso de tantas injusticias".
Tras esto, Francisco habló sobre la paz y la unidad, señalando que esta "no es un simulacro ni de integración forzada ni de marginación armonizadora", agregando que "la riqueza de una tierra nace precisamente de que cada parte se anime a compartir su sabiduría con los demás".
"La unidad, si quiere construirse desde el reconocimiento y la solidaridad, no puede aceptar cualquier medio para lograr ese fin", aseguró el Pontífice.
Además, llamó a cumplir los acuerdos y no caer en violencia y destrucción.
"Debemos estar atentos a la elaboración de ´bellos´ acuerdos que nunca llegan a concretarse. Bonitas palabras, planes acabados, sí -y necesarios-, pero que al no volverse concreto terminan borrando con el codo, lo escrito con la mano. Esto también es violencia, porque frustra la esperanza".
"Es imprescindible defender que una cultura del reconocimiento mutuo no puede construirse en base a la violencia y destrucción que termina cobrándose vidas humanas. No se puede pedir reconocimiento aniquilando al otro, la destrucción aumenta la fractura y separación. La violencia termina volviendo mentirosa la causa más justa. Por eso decimos no a la violencia que destruye, en ninguna de sus formas".
Al terminar su mensaje, Francisco dijo que "todos nosotros que, en cierta medida, somos pueblo de la tierra estamos llamados al buen vivir como nos los recuerda la sabiduría ancestral del pueblo Mapuche. ¡Cuánto camino a recorrer, cuánto camino para aprender! Un anhelo hondo que brota no sólo de nuestro corazón, sino que suena como un grito, como un canto en toda la creación".