SANTIAGO.- No cabe duda de que en los últimos cuatro días el país se movilizó para ver y escuchar al Papa Francisco, que llegó a Chile este lunes para una gira apostólica, la segunda de un Pontífice a territorio nacional.
No obstante, durante las extensas jornadas que ofició Jorge Bergoglio en Santiago, Temuco e Iquique, surgieron otros rostros que tomaron una significativa importancia, volviéndose en protagonistas del viaje.
La voz del aeropuerto
Una niña de vestido blanco, morena y con rizos, fue la angelical imagen que recibió al Papa Francisco en la losa del nuevo Aeropuerto de Puedahuel. La pequeña, de sólo 10 años, entonó una canción frente al Pontífice, quien la escuchó con atención.
Se trata de Constanza Wilson, quien hace dos años integra el coro de niños "Crecer Cantando" del Teatro Municipal de Santiago y ahora es su solista.
Su profesora en el Colegio Santo Tomás de Ñuñoa la animó a audicionar, y en este tiempo ya ha participado de cuatro óperas y se prepara para una quinta. Tras su canto, un villancico chileno, el Papa la bendijo y le regaló un rosario.
Los Presidentes
La primera actividad del Papa Francisco el martes no fue pastoral, sino que en su calidad de jefe de Estado. En La Moneda lo esperaron cerca de dos mil personas, entre las que se encontraban varias autoridades de Gobierno y políticas.
Su llegada se dio en el marco de un contexto poco convencional, cuando hay en Chile un Presidente electo, pero que aún no asume. Por eso, una de las principales interrogantes de este encuentro era si Sebastián Piñera tendría una cita con el Pontífice.
Aunque no fue así, Francisco sí tuvo un gesto diferenciador con el ex Mandatario: lo saludó y le entregó un pequeño obsequio, una medalla conmemorativa del viaje, el presente tradicional de sus giras apostólicas.
Tras su discurso ante los presentes, en el que pidió perdón por los abusos sexuales cometidos por sacerdotes, el Papa y la Presidenta Michelle Bachelet ingresaron al Salón de Audiencias, para llevar a cabo una reunión de unos 25 minutos.
Allí, hablaron de los desafíos actuales y futuros del país e intercambiaron regalos. Por su parte, la Presidenta le obsequió dos candelabros de cobre y libros de música chilena, mientras que el Pontífice le regaló la misma medalla que le entregó a Piñera.
El cuestionado obispo
El perdón del Papa por los abusos de sacerdotes quedó opacado por la presencia del cuestionado obispo de Osorno, Juan Barros, en la misa del Parque O'Higgins. El prelado ha sido apuntado por las víctimas de Fernando Karadima como uno de sus más cercanos y encubridor de los delitos del ex párroco de El Bosque.
La organización aseguró que para este tipo de celebraciones importantes se cursa una invitación a todos los obispos del país, sin excepción. De hecho, Barros no sólo asistió a la liturgia en Santiago, sino que también a una cita posterior en la Catedral, y a las misas de Temuco e Iquique.
Fue justamente en este lugar, en su último día de visita, que el Papa Francisco finalmente se refirió al tema, y sentenció que "el día que me traigan una prueba contra el obispo Barros, ahí voy a hablar. No hay una sola prueba en contra, todo es calumnia".
Capellana tras la rejas
La persona encargada de velar por el bien espiritual de las reclusas del Centro Penitenciario Femenino de San Joaquín es una mujer. Su nombre es Nelly León, y desde hace casi 13 años es capellana del recinto carcelario que el pasado martes recibió una breve, pero emotiva visita del Papa Francisco.
La hermana realizó un discurso ante Bergoglio, en el que criticó la forma en el que el país se aborda la pobreza. "Querido Papa Francisco, en este gimnasio somos un poco más de 400 mujeres; pero hoy estas mujeres representan aquí, junto a usted, los casi 50 mil hombres y mujeres pobres y vulnerables, privados de libertad en Chile".
"Digo pobre, Santo Padre, porque lamentablemente en Chile se encarcela la pobreza", sentenció León, que fue ampliamente aplaudida por la reclusas que estaban presente junto a sus hijos.
La cocinera
La última actividad del Papa el martes 16 de enero fue en el Santuario del Padre Hurtado, donde se juntó con los más vulnerables y enfermos en el Hogar de Cristo.
Allí además compartió un mate, té y sopaipillas con los presentes. El atractivo de este último alimento típicamente chileno no dejó indiferente al Papa quien, tras bendecir la comida, comentó que "no pedí que no cayera mal al hígado, porque tienen muy buen olor".
La preparación de mil sopaipillas estuvo a cargo de Sonia Castro y su hija Isabel. La mujer es cocinera y asidua de la parroquia Jesús Obrero que se encuentra en el santuario.
Sonia comenzó a las 4:00 horas ese martes para comenzar a cocinar las sopaipillas, y para ella su esfuerzo valió la pena. "Me dijo que estaban bien buenas y luego me bendijo", dijo al diario La Cuarta. "Ahora las voy a vender como las sopaipillas celestiales", comentó.
Machi Francisca Linconao
La cultura indígena fue la principal protagonista del paso del Papa Francisco por La Araucanía. De hecho, toda la ceremonia realizada en el aeródromo Maquehue tuvo fuertes guiños a la comunidad mapuche y un mensaje de unidad.
Pero si hay una figura ícono actual del conflicto indígena es la machi Francisca Linconao -imputada por el crimen del matrimonio Luchsinger Mackay en 2013-, quien no se quiso restar del evento.
La mujer fue absuelta en un primer juicio, pero la sentencia fue anulada y deberá acudir nuevamente a tribunales. Actualmente se encuentra con arraigo nacional y arresto domiciliario nocturno, a la espera de un nuevo juicio.
A días de la llegada de Francisco, Linconao solicitó una reunión privada con el Pontífice, lo que no logró. Por eso, decidió que le entregaría una carta. El primer intento fue en la eucaristía en Maquehue, y el segundo, en una de las calles donde el Papa pasó en el papamóvil. Ambos esfuerzos fracasaron, por lo que la machi resolvió publicar el contenido de la carta.
"Desde el 2013 el Estado chileno ha tratado de vincularme a un terrible hecho: la muerte de dos personas en un incendio, ante lo cual he sostenido siempre mi inocencia, pues en mi rol de machi respeto profundamente la vida", leía el documento.
Continuó dirigiéndose al Papa y le solicitó que invite al Estado chileno a revisar su situación y a que intervenga en el nuevo juicio. "Si usted averigua un poco, se dará cuenta en Chile sólo a los Mapuche se nos aplica la Ley Antiterrorista, no se respeta la presunción de inocencia, la presión preventiva es extremadamente larga sin justifican. Sólo a los mapuche se nos somete una y otra vez a juicios", finalizó la misiva.
El ídolo musical
Uno de los momentos en que se vio a Francisco más distendido y cómodo fue en el encuentro con jóvenes en el Templo Votivo de Maipú. Fue la primera vez que el Papa improvisó en su discurso, lanzó bromas e hizo responder preguntas a los presentes.
Allí, Bergoglio les habló en su propio idioma a los jóvenes, usando metáforas tecnológicas para incentivarlos a no quedarse "sin conexión" con Jesús. Para eso, citó una parte de la conocida canción "Aquí", del grupo chileno La Ley, que forma parte del disco "Uno" lanzado en 2000.
"El ruido ambiente y soledad de la ciudad nos aíslan de todo. El mundo que gira al revés pretende sumergirme en él ahogando mis ideas", dijo Francisco.
El vocalista de la banda, Beto Cuevas, no tardó en reaccionar a esto y publicó en sus redes sociales oficiales que "me siento muy contento que mis palabras resuenen positivamente en un discurso dirigido a la juventud". Además, subió un video cantando la citada canción.
El niño y el actor
La última actividad del Papa Francisco el miércoles tuvo lugar en la Pontificia Universidad Católica de Chile, donde se reunió con la comunidad de esa casa de estudios y otros invitados. Tras llegar al lugar, el Pontífice se dio unas vueltas por la casa central de la institución, donde saludó a algunas personas.
Una de ellas fue Alberto Vega (67), actor de teleseries como "La madrastra" y de obras como "Art". Vega fue invitado a la cita con el Papa por su relación de años con la UC: fue estudiante y llegó a ser director de la Escuela de Teatro.
Actualmente el actor sufre el Síndrome del Enclaustramiento, enfermedad que no le permite moverse y que fue producida por una caída en bicicleta.
Cuando Bergoglio, junto al recto de la UC, Ignacio Sánchez, pasaban por los distintos pasillos del recinto, el médico le señaló al Pontífice la presencia del actor. El Papa se acercó, lo saludó, lo bendijo y le entregó un pequeño obsequio.
Otro momento se dio después de los respectivos discursos, cuando Francisco ya iba de salida, un niño se le acercó y le entregó su invitación y un lápiz, pidiéndole un autógrafo. El Papa se lo concedió y el pequeño lo abrazó.
Según se confirmó más tarde, se trataba del hijo mayor del diputado Jaime Bellolio (UDI). El menor, de 8 años, comentó a Canal 13 que "fue idea mía. Nunca creí, pero sentí que todo era posible y alcancé. (El autógrafo) la voy a guardar y la voy a enmarcar".
La pareja en el aire
El romanticismo tampoco faltó en la visita del Papa a Chile, ya que una de las últimas historias humanas del viaje fue la de los tripulantes de cabina de Latam, Paula Podest (39) y Carlos Ciuffardi (41), quienes fueron casados por el mismo Bergoglio a bordo del avión que lo llevó desde Santiago hasta Iquique.
Según habían comentado en días previos, hace 8 años habían planificado su matrimonio en una fecha que, después sabrían, sería fatídica para el país: el 27 de febrero de 2010.
La magnitud del terremoto y la destrucción que éste causó impidió que ambos tripulantes, que se habían conocido dos años antes a bordo de un avión, pudieran contraer matrimonio ante la Iglesia. Así pasaron los años, tuvieron dos hijas y nunca tuvieron la oportunidad de volver a planificarlo.
Hasta este jueves, en el que el Pontífice ofició la ceremonia en el avión que los llevaba hasta Iquique. En los aires, hicieron de testigos el presidente de Latam, Ignacio Cueto, y el organizador de las giras papales, Monseñor Mauricio Rueda. El acta de matrimonio, además, tiene la firma de Francisco.
La carabinero accidentada
Finalizada la misa en el campus Lobito, en Iquique, el Pontífice recorrió la calle Arturo Prat en su papamóvil. Mientras avanzaban, una carabinero que iba montada a caballo sufrió un incidente.
El animal, asustado por los gritos de los peregrinos que se amontonaban sobre las vallas papales para ver a Francisco, se desvió de su posición justo cuando el automóvil pasaba a su lado, colisionando con él.
Producto del choque, la carabinero, que la institución identificó como la cabo segundo Ana Aguilera Casa, de la Subcomisaría de Chinchorro de Arica, cayó del caballo. Al percatarse de la situación, el Papa Francisco solicitó detener el papamóvil y bajó a ver si la mujer se encontraba bien.
Según Carabineros, Aguilera se encuentra con lesiones leves producto de la caída.