SANTIAGO.- Le dijeron que era una locura, que nadie se los iba a comprar. Era el primer año de universidad de Oscar Muñoz y en el ramo de emprendimiento le encargaron de tarea montar un negocio durante el verano.
Fue ahí cuando se le ocurrió tomar las botellas de vidrio desechables y convertirlas en novedosos vasos y copas. Pero su idea no gustó mucho: le dijeron que era poco proactivo y que demostraba no ser un emprendedor.
Sin embargo, el profesor del ramo le dio una oportunidad y durante enero y febrero se dedicó a cortar botellas y reciclarlas. Finalmente, no hizo caso a las críticas: obtuvo un 7 en el proyecto y creó
Green Glass, una marca "busca cambiar la industria del reciclaje y que cada vaso del mundo sea hecho de botella".
Ya sea por un trabajo de fin de semestre, una tarea en un curso de formación general o incluso de un proyecto de título. Al igual que Green Glass también hay otros emprendimientos que nacieron en una sala de clases, donde un grupo de estudiantes apostaron por una idea y se hicieron cargo de una realidad que otros no vieron.
Incentivando el emprendimiento
Hay distintas casas de estudios que tienen centros interdisciplinarios dedicados a incentivar la innovación y el emprendimiento para que sus alumnos desarrollen proyectos. Algunos ejemplos son ICubo de la Universidad del Desarrollo y el Centro de Innovación UC Anacleto Angelini de la Pontificia Universidad Católica.
"Esta es una idea disruptiva y replicable con un tremendo potencial económico y social"
Román Ilufí, director de Global Hope
En tanto, la Universidad Finis Terrae tiene el Centro de Innovación Social (CIS) donde un grupo de estudiantes creó Global Hope, empresa de outsourcing que busca la inserción laboral y sociocultural de los extranjeros en trabajo relacionados a su formación y experiencia laboral.
Global Hope, creada Génesis Palma, Pastora Vollaire y Román Ilufí, representó a Chile en el concurso internacional de emprendimiento social de Hult Prize 2017 donde el desafío era crear algo que devolviera "la dignidad a 10 millones de refugiados hasta el 2022".
"Pudimos exponer en Shanghái y competimos contra grandes universidades del mundo. Esta es una idea disruptiva y replicable con un tremendo potencial económico y social", cuenta Ilufí de la experiencia de su emprendimiento, el que además se convirtió en su proyecto de título para el grado de magister de marketing.
Con sentido social
También se han elaborado proyectos que buscan cambiar una realidad. Como el caso de ChileVive, proyecto impulsado en 2016 por cuatro estudiantes de ingeniería civil industrial de la Universidad de Chile y que busca aumentar la tasa de donación de órganos en el país.
"Desarrollamos una aplicación de celular donde el personal de urgencia avise automáticamente a la unidad de procuramiento si existe un potencial donante"
Francisca González, directora de ChileVive
Esto empezó en la clase Gestión Integral de Negocios, donde se pidió realizar un emprendimiento. Así, para mejorar la donación detectaron que un estudio de la Coordinadora Nacional de Procuramiento y Trasplante arrojó que
el 60% de los posibles donantes se pierden en la etapa de pesquisa de la sala de urgencias.
Con esta información, Francisca González, directora del proyecto, cuyo padre es médico nefrólogo dedicado a los trasplantes renales, dice que "desarrollamos una aplicación de celular donde el personal de urgencia avise automáticamente a la unidad de procuramiento si existe un potencial donante".
En la actualidad ChileVive se unió al Web Intelligence Centre de la U. de Chile y prepara un estudio para analizar el aumento de la tasa de donantes en 2017. En septiembre pasado participaron en el Congreso del Trasplante de Latinoamérica y Caribe en Uruguay.
Aplicaciones
De los emprendimientos realizados por estudiantes se encuentran muchas aplicaciones disponibles hoy en los celulares. Es el caso de
Pichanga, aplicación creada para formar equipos de fútbol entre desconocidos y que ha llegado a tener más de 600 descargas.
La idea nació como parte del proyecto de título de diseñadora industrial de Nélida Cáceres, para disminuir el índice de sedentarismo. Luego el desarrollo de la aplicación se realizó en el Instituto Internacional para la Innovación Empresarial (3IE) de la Universidad Técnica Federico Santa María.
600descargas ha alcanzado la aplicación Pichanga
De acuerdo a sus creadoras, un valor agregado de
Pichanga es que está siendo utilizada por muchos extranjeros en Chile. "Una vez hicimos una charla y se acercó una persona de Colombia que nos dijo ´saben, desde que llegué a Valparaíso no conocía a nadie y ahora tengo un grupo de amigos gracias a la aplicación`", dice Macarena Araya, integrante del proyecto.
Otro ejemplo es
LazarilloApp, plataforma que mediante mensajes de audio y un sistema GPS guía a las personas ciegas o con baja visión para recorrer la ciudad.
Ahora esta aplicación, creada por René Espinoza como parte de su memoria de título de Ingeniería Civil Eléctrica, se encuentra en 14 países con 6.000 usuarios activos al mes y más de 25 mil descargas.
"Estamos buscando empresas que inviertan en el impacto social para poder incorporar este servicio. Por ejemplo, sería ideal que una sucursal de banco te diga por donde entrar y saber ubicar un cajero", añade Espinoza.