SANTIAGO.- Para el próximo jueves 1 de marzo quedó fijado el traspaso de mando formal entre los ministros entrantes y salientes, proceso que la Presidenta, Michelle Bachelet, ha instruido que sea ordenado y transparente de cara a la ciudadanía. De hecho, ya algunos de los actuales secretarios de Estado han sostenido encuentros con quienes serán sus reemplazantes, citas que en varios casos se volverán a repetir.
La propia Mandataria instó a sus ministros a prestar colaboración con la nueva administración de Sebastián Piñera, así varios fueron los ministros que concurrieron hasta su casa o a las oficinas de Apoquindo 3000 para reunirse con el propio Presidente electo y responder a sus inquietudes.
Ante esto, se ha hablado de un proceso inédito en el marco del cambio de mando y que tras la designación del gabinete de Piñera el pasado 23 de enero, ha sumado varias de las tradicionales citas entre ministros, algunas públicas y otras privadas. En ese contexto, Emol consultó a un grupo de expertos sobre las ganancias que las bilaterales podrían traer para Bachelet, a poco tiempo del fin de su mandato el 11 de marzo
Analistas difieren sobre impacto
Al respecto, el consultor en opinión pública y académico de la Universidad Diego Portales (UDP), Carlos Correa, comentó que el proceso es común en los cambios de gobierno en el país, así consideró que "lo raro sería que no se hiciera, que el gobierno saliente le pusiera trabas al entrante, esto es parte de la normalidad del país. Por tanto, no es asunto extraordinario que implique alguna ganancia especial, es parte de la normalidad y de las cosas buenas que tienen nuestra democracia".
No obstante, Correa reconoció que si bien estas citas siempre se han hecho para dar "continuidad al Estado", apuntó que "llama la atención cuando son vecinos políticos distintos y eso habla muy bien de Chile, de hecho no pasa esto en todas partes" del mundo.
En ese contexto, el docente UDP agregó que esto "a Chile como marca país le hace bien, porque genera la imagen de institucionalidad y de fortaleza de nuestra democracia, donde gobiernos de tonos distintos tienen un traspaso ordenado".
Una opinión distinta tuvo el analista político de la Universidad Mayor, Germán Silva, quien afirmó que "yo creo que principalmente la Presidenta está tratando de terminar su gobierno en alta (…) y dentro de eso ha mostrado gestos inéditos que tienen que ver con este ambiente como republicano que se ha instalado desde el día uno", recordando de paso que "Piñera se reunió con todos los ministros de la administración actual y eso fue un gesto de la Presidenta" Bachelet.
En ese sentido, Silva aludió a que "estas elecciones fueron tan reñidas y el Gobierno tomó partido de manera muy abierta, yo entiendo que quedó muy cargado el ambiente ahí y la Presidenta con esto está tratando de poner un cierto equilibrio que es propio de finales de los traspasos de gobierno (…) y el nivel de crítica hacia ella y su Gobierno ha bajado de manera muy considerable y eso impacta en la opinión pública".
Con esto, el experto de la U. Mayor precisó que Bachelet, también "está tratando de proteger su legado (…) de alguna manera estas mismas reuniones de los ministros iniciales, esto inédito de las visitas a la casa de Piñera y después a Apoquindo 3000, sin duda que van en esa línea y tengo la impresión que la mayoría de los ministros elegidos hace una semana lo que han transmitido hasta ahora es que tampoco van a tocar mucho lo que ya está aprobado en el marco legislativo".
Al contrario, el cientista político de la Universidad de Chile, Alejandro Olivares, planteó que "yo creo que la Presidenta gana poco, pero tampoco pierde, es simplemente hacer un cierre más ordenado del Gobierno, un traspaso más ordenado, donde la mínima ganancia que ella puede tener es que no la critique la oposición o el gobierno que va a asumir. (…) el asegurar que no haya mucho ruido del nuevo gobierno al principio".
Según Olivares, esto "ayuda muy poco, pero no daña, está muy bien hacerlo y es bueno, entonces no creo que sea una ganancia más allá para nadie, es algo que hay que hacer", añadiendo que tampoco va a implicar "un cambio en las perspectivas de las nuevas políticas que ha asumido el gobierno entrante".
Para el académico de la U. de Chile aquello responde a que los traspasos, "son más bien de carácter administrativo en primer lugar y algo más político en un segundo término, es administrativo en temas de gestión y es político en términos de asegurar algunos niveles de civilidad en el traspaso, porque la nueva administración viene con claras orientaciones programáticas que van en muchos casos a diferir del actual. No sirven como un elemento en el cual se puedan mostrar o convencer de alguna cosa" en relación a las reformas impulsadas por Bachelet.