Givovich ha recibido el respaldo del director de la Fundación para la Confianza, José Andrés Murillo.
Aton
SANTIAGO.- "¡Cómo no nos va a doler y avergonzar esto que te ha ocurrido! (...) Sabemos que nada de lo que hagamos borrará el daño y el dolor causados", reza la carta que el pasado 19 de febrero recibió Isaac Givovich de parte de los Hermanos Maristas, en la cual le piden perdón por los abusos que sufrió hace 30 años, cuando era alumno del Instituto Alonso de Ercilla.
En la misiva, suscrita por el provincial de la congregación, Hermano Saturnino Alonso, y el vice provincial, Hermano Patricio Pino, los líderes del movimiento reconocieron los hechos denunciados por quien es apoyado por la Fundación para la Confianza que dirige José Andrés Murillo, víctima de Karadima, y un grupo de ex alumnos, los cuales están siendo investigados por la Iglesia.
Es así que señalan que "nos acercamos a ti, como hermanos, conscientes del daño que un miembro de nuestra congregación te ha ocasionado cuando eras niño. Ello nos avergüenza y nos duele, porque el abuso es la antítesis de los valores Maristas".
En esa línea, en el texto indicaron que "por esta razón, a nombre de la Congregación de los Hermanos Maristas, te pedimos perdón por los abusos que sufriste en el pasado, experiencia y dolor que arrastras hasta ahora en tu vida de adulto y que tú nos has dado a conocer a través de la prensa y confirmado en un encuentro personal".
Asimismo, los sacerdotes aseguraron a Givovich que asumieron el compromiso "irrenunciable" de "asistir a quienes sufrieron estos abusos, en lo psicológico y espiritual, de buscar la verdad y colaborar con la justicia, a la cual hemos dado cuenta de tu dolorosa realidad y del agresor que denuncias".
"Somos una comunidad religiosa y educativa. En tal condición, te expresamos que aunque alguno de estos hechos pudiesen estar prescritos en lo civil, no lo están desde el punto de vista ético. Por eso hemos iniciado el proceso interno de investigación, a cargo de un presbítero especialista en derecho canónico para que los responsables sean sancionados", señala la carta.
"Te ayuda a avanzar en la sanación"
Finalmente, aseguran que "reconocemos con vergüenza que no cumplimos adecuadamente con nuestro rol de garantes y protectores de nuestros alumnos. También que en ocasiones hemos sido negligentes para reaccionar cuando hemos conocido estos hechos mucho tiempo después".
"Es una falta y una herida que nos remece, pero también nos fortalece para asumir con total responsabilidad acciones y protocolos que aseguren que tales hechos no se vuelvan a repetir nunca más", concluye la nota.
Tras recibir la cara, Givovich explicó a Emol que "es muy potente para mí, porque de cierta manera me hace ver una nueva iglesia que está asumiendo responsabilidades. Es parte de un proceso de sanación el que te reconozcan".
"Ha sido muy difícil que la Iglesia Católica reconozca estos actos. Siempre dicen que los avergüenzan y hablan en genérico, pero cuando te mandan una carta directamente y dicen perdón, porque un hermano de su congregación abusó de ti y te hizo un grave daño, es algo que te ayuda a avanzar en la sanación", agregó.