SANTIAGO.- Durante casi un mes se extendió la controversia por la eventual presencia del Presidente de Venezuela,
Nicolás Maduro, en el cambio de mando en Chile del 11 de marzo, cuando
Sebastián Piñera y su equipo de gobierno asumirán en reemplazo de la administración de
Michelle Bachelet.
Así, Chile Vamos acusaba que la presencia del gobernante empañaría la ceremonia, y pidió a la Cancillería que decline en la invitación para "dar una señal de aislar la dictadura", según ellos, imperante en el país caribeño.
Incluso, pese a la resolución del Grupo de Lima -del cual forma parte Chile- que en una declaración conjunta aseguró que la presencia del Presidente venezolano en la VIII Cumbre de las Américas -que se desarrollará en Perú- "ya no será bienvenida", el ministro de Relaciones Exteriores de Chile, Heraldo Muñoz, recalcó que la invitación a Maduro para el cambio de mando se mantenía, manifestando que esto era un "acto protocolar", y recordando que Sebastían Piñera lo había invitado en 2014.
De esta forma comenzó una pugna que se extendió durante varios días entre quienes defendían la presencia de Maduro en dicha instancia y los que se oponían de forma ferviente a que el Mandatario chavista pise suelo nacional.
Por otro lado desde la Democracia Cristiana llamaron a Nicolás Maduro a "abstenerse de participar en el cambio de mando presidencial", tomando en cuenta además una carta firmada por 14 ex ministros de Chile Vamos y la Nueva Mayoría dirigida a Bachelet, donde expresaban su total rechazo a su asistencia.
Lo anterior, sumado a una campaña llevada a cabo por la Red Latinoamericana de Jóvenes por la Democracia, quienes recogieron firmas para pedir al Gobierno chileno que retirara la invitación.
En la vereda contraria figuraba el Partido Comunista.
Pero anoche todo se zanjó. Aludiendo a problemas de agenda, Maduro decidió dar un paso al costado y no participar de la ceremonia en que Michelle Bachelet le entregará la banda presidencial su opositor, Sebastián Piñera.
En ese sentido, el jefe de Estado venezolano aclaró, en una entrevista con el ex candidato presidencial chileno, Marco Enríquez-Ominami, que en esa fecha estará de gira por Asia, donde espera "introducir" la criptomoneda creada por su Gobierno, el petro.
Sin embargo, esta no es la primera vez que surgen cuestionamientos por la presunta venida del Presidente caribeño a un cambio de mando en Chile. Algo similar ocurrió el 2014, cuando esa vez le tocó a Piñera entregar el poder a Bachelet.
Cambio de mando 2014
Y es que hace cuatro años los cuestionamientos duraron hasta último minuto. La misma madrugada del martes 11 de marzo se conoció que Maduro no asistiría a aquel cambio de mando, cuando se confirmó que en el avión que, se suponía, traía a la máxima autoridad venezolana, solo viajaba su entonces canciller, Elías Jaua.
Días después, el Presidente chavista indicó que su decisión de no asistir a la toma de posesión de Bachelet fue para no ser blanco de un supuesto plan orquestado por legisladores de derecha chilenos, para hostigar la ceremonia.
"Nosotros nos sabemos defender, si viene uno de estos momios de los partidos de (Augusto) Pinochet, pinochetistas, y me dice una cosa, y me lanzan unos carteles en la cara y toda esa estupidez fraguada por sus aliados de acá en Venezuela, yo iba a responder, con altura (...) Fue una decisión basada en la sensatez, para que todo saliera bien y yo le deseo desde aquí a la Presidenta chilena toda la suerte", sostuvo entonces el jefe de Estado.
La posible visita de Maduro aquel 2014 estaba enmarcada en la muerte de Gisella Rubilar, una chilena de 47 años radicada en Venezuela que recibió un letal disparo en la cabeza en la ciudad de Mérida, en medio de una ola de protestas en contra y a favor de la administración Maduro.
En ese entonces, el Mandatario venezolano afirmaba que los supuestos asesinos de la chilena estaban ya "identificados". Asimismo, aseveraba que "Chile y toda América Latina pueden tener la seguridad" de que los responsable "van a pagar el crimen horrendo que cometieron".
Dos años después, las autoridades venezolanos detuvieron a Steve García, el presunto responsable del crimen de Rubilar. El hombre, de 24 años, según las autoridades de dicho país, era militante del partido opositor Voluntad Popular y formaba parte del grupo de encapuchados que fomentaban, organizaban y ejecutaban acciones violentas en la ciudad.
Además del caso de Rubilar, la cancelación de la venida del jefe de Estado el 2014 se produjo tras una serie de manifestaciones pacíficas rechazando su régimen en las ciudades más importantes de Chile, incluida Santiago, en donde los ciudadanos nacionales solidarizaban con la población venezolana realizando una "velatón" denominada "Chilenos con Venezuela".
Respecto al cambio de mando que se efectuará este 11 de marzo y en el que Piñera tomará control de La Moneda, aún no se sabe con certeza si es que Venezuela enviará a alguien en representación de Maduro, como sí ocurrió el 2014.
