SANTIAGO.- Aunque el debate revivió con fuerza en redes sociales en la última semana, no se trata de un tema nuevo. Esta vez, lo que lo reflotó fue un video con imágenes de un avión llegando a Santiago con pasajeros haitianos, grabado por un trabajador del aeropuerto que emitía críticas y teorías conspirativas sobre el arribo de los migrantes, calificándolo incluso de "invasión".
La pregunta sobre si Chile es o no un país racista ha adquirido nueva relevancia debido al fenómeno migratorio proveniente de la isla, que aunque en 2017 aumentó en un 138% con respecto al año anterior, no se trata del principal:
por cada dos haitianos que aterrizan en Chile, lo hacen tres venezolanos.
El video es criticado, entre muchos otros, por el ex director del Departamento de Extranjería y Migración del Ministerio del Interior, Rodrigo Sandoval, quien renunció al organismo en medio del debate por una de Ley de Migraciones.
Tras su salida, calificó el proyecto al que se llegó como "esquizofrénico", y finalmente fue rechazado por la Comisión de Gobierno Interior en la Cámara de Diputados.
Ahora, Sandoval enmarca las imágenes dentro del fenómeno de la posverdad y las noticias falsas. "Basta con que un tipo se ponga a filmar a unos haitianos bajando de un avión para que se desate esto, pero las personas que muestra cumplen con todas las normas. El único problema es que son negros, y porque son negros los ve como sospechosos, y le da esta simulación como de que fuera una cosa escondida", comenta.
La polémica de Hirane
Para referirse al tema, el director nacional del Servicio Jesuita Migrante, Pablo Valenzuela, parte aclarando que el video es "completamente racista" e "inadecuado", porque "llama al odio con respecto a un grupo en específico por razones raciales".
Enseguida, también trae a la palestra una polémica que se sumó esta semana: la opinión del animador de radio Agricultura, Sergio Hirane, quien afirmó al aire que, aunque se considera un "defensor de la inmigración desde el punto de vista humanitario", cree que existe un "descontrol". "Esto no es menor, esto puede cambiar la raza", afirmó.
"¿Qué pasa que nos complica cuando alguien es distinto, sabiendo que no existen normales y distintos, sino que todos tenemos nuestra propia singularidad?"
Pablo Valenzuela
A su juicio, "lo que hizo Hirane es racista y hay que denunciarlo, porque no tiene ninguna base biológica ni estadística. Esto pasa por el color de piel, porque en el fondo nos asusta la diferencia".
Valenzuela considera que es necesario "trabajar en un cambio cultural" y también "entender por qué a cierto sector de la población, quizás mucho más bullicioso pero no mayoritario, le da susto que migren personas con otro color de piel", plantea.
"¿Qué pasa que nos complica cuando alguien es distinto, sabiendo que no existen normales y distintos, sino que todos tenemos nuestra propia singularidad?", reflexiona.
Una tradición migratoria
"Las leyes reflejan el alma de los pueblos", dice el ex director del Departamento de Extranjería, al tiempo que afirma que la recepción de los chilenos a la migración es "una verdad incómoda". "Uno puede, a través de la forma en que se regulan legislativamente las materias, entender cómo moralmente los pueblos las conciben", explica.
Sandoval menciona que las normas que existen con respecto a la migración se enfocan en "poner control para que los migrantes vengan", "mandarlos a trabajar en aquellas cosas que nosotros no queremos", a "poblar los lugares a los que no queremos ir" o que destacan como ventaja "contribuir al mejoramiento biológico de la raza chilena".
"Al final, la tradición siempre ha visto la migración como un ejercicio para poblar, para producir y para blanquear. Eso se traduce en cómo socialmente miramos la migración", comenta, y para graficarlo pone un ejemplo: Una oficina de atención de público en un hospital, donde se atiende primero a chilenos y después a los extranjeros.
"Está muy naturalizado y nadie le llama la atención. ¿Por qué? ¿Contribuyen menos? ¿Pagan menos impuestos? ¿Sus necesidades son distintas? No. Siempre hay un componente clasista y racista, una minusvaloración de lo que las personas migrantes son y de entenderlas como personas de segunda categoría", afirma.
El Chile que los chilenos quieren
Para entender las aspiraciones e ideales de la población chilena, la publicidad puede resultar una buena herramienta, porque busca vender apelando a los intereses de su público. Por eso el director de la Escuela de Publicidad de la U. Diego Portales, Cristián Leporati, considera que "es un espejo de la sociedad en la que está inserta".
"Nunca vas a ver un mapuche, ni a un aymará o un quechua. Es muy poco lo que ha aparecido la raza negra, y si aparece lo hace como niños, porque tratan de suavizar la imagen"
Cristián Leporati
“La publicidad siempre nos representa un país imaginario o deseado. En uno como este, que es tremendamente arribista y aspiracional, normalmente los mundos que representa son del hombre y la mujer caucásicos: blancos, delgados, rubios", dice.
"Nunca vas a ver un mapuche, ni a un aymará o un quechua. Es muy poco lo que ha aparecido la raza negra, y si aparece lo hace como niños, porque tratan de suavizar la imagen", agrega.
Como ejemplo, Leporati menciona que al chileno no le molesta la migración desde Argentina, "porque de alguna forma el argentino, en términos físicos, es una aspiración nuestra", afirma.
La espiral del silencio
"Si analizamos la historia de la humanidad, siempre las castas o las clases han tenido ciertas características simbólicas que los representan a ellos, y el que no tenga esos atributos o esas características genera rechazo, porque es visto como distinto, y eso se interpreta como una amenaza", señala Leporati.
A juicio del publicista, esa es la razón que genera la existencia del racismo: "Es porque una raza se siente amenazada por otra que es distinta", y afirma que hay parte de la población que no verbaliza esa sensación, pero la experimenta.
"Estamos en un país bastante más civilizado que hace un tiempo atrás, pero la gente igual lo piensa, inclusos algunos lo dicen a través de redes sociales, pero en general los chilenos se autocontrolan, porque piensan cada vez más lo que dicen, lo racionalizan. Pero todavía es algo que aprenden, no es parte de su cultura ni de su educación. Cuando dejen de pensarlo, es señal de que el país ya creció", opina el publicista.
Se trata de un fenómeno que se da a menudo con los temas denominados como "políticamente correctos", y que se conoce como la "Espiral del Silencio", teoría acuñada por la politóloga alemana Elisabeth Noelle-Neumann.
Ella sostiene que cuando un tema parece tener una opinión consensuada por la población, los disidentes prefieren callar antes que contradecir, lo que termina haciéndolos lucir como una minoría aunque no necesariamente lo sean.
Un momento clave
Para hacer su análisis, Leporati resalta una característica del país, que considera que influye en su reacción a la migración: "Chile es un país que históricamente ha estado aislado del resto del mundo, y que recién se empieza a abrir después de la dictadura".
"Los cambios que hay en Chile son todavía de maquillaje, no son cambios ontológicos ni profundos, por lo mismo no vas a ver cambios en el corto tiempo", menciona.
138% Aumentó la migración haitiana en 2017
En cuanto a Sandoval, afirma estar de acuerdo en trabajar las regulaciones migratorias. "Hay que tener lógicas de control, hay que meter más Estado en la migración, pero eso no significa que dejen de venir los migrantes ni desatender a la necesidad que tenemos de ellos", afirma.
Mirando toda la situación, el director del Servicio Jesuita Migrante considera que Chile se encuentra en un momento clave para definir "si es un país que se la va a jugar por la inclusión o si lo hará por la exclusión, si vamos o no a permitir que haya comportamientos, comentarios y juicios racistas".
"Son cosas que tenemos que evitar en la esfera pública, pero también en la privada, como en conversaciones familiares. No podemos volvernos un país racista, eso lleva a conflictos mucho más potentes, lleva a la violencia, y estoy seguro de que la mayoría de los chilenos no queremos eso", concluye.
