SANTIAGO.- Fueron personajes clave en la campaña presidencial de
Michelle Bachelet en 2013 y luego, en marzo de 2014, se convirtieron en ministros de Estado de importantes carteras. Sin embargo, pese a su relevancia y cercanía con la Mandataria, ninguno logró terminar la segunda administración con un cargo de confianza.
Se trata del círculo de hierro de la Bachelet: Rodrigo Peñailillo (PPD), quien asumió como titular del Interior y Seguridad Pública; Álvaro Elizalde (PS) como Segegob; Alberto Arenas (PS) en Hacienda; y Javiera Blanco (ind-pro DC) en Trabajo y Previsión Social.
Si bien ninguno de ellos tenía un gran peso en sus partidos políticos, sí eran muy cercanos a la Presidenta, relación que comenzó a cimentarse incluso cuando ella estaba en Nueva York como directora ejecutiva de ONU Mujeres (2010-2013).
La salida del comité político (Peñailillo, Elizalde y Arenas) se concretó el 11 de mayo de 2015, cuatro días después de que Bachelet alcanzara la peor desaprobación de sus mandatos, con un 56% según la encuesta CEP, luego de que se hiciera público que su hijo Sebastián Dávalos y su nuera Natalia Compagnon estuvieron involucrados en el caso Caval.
"Sé que cada uno ha dado lo mejor de sí mismo y es por eso que hoy, chilenos y chilenas sabemos que lo que prometemos lo cumplimos aunque las circunstancias sean adversas. Por ello, quiero expresarles mi más profundo y sincero agradecimiento", sostuvo la Presidenta durante su discurso.
"Dolorosa" y "sorpresiva" salida
Rodrigo Peñailillo fue sustituido por Jorge Burgos y su salida se concretó semanas después de que se conociera que entregó boletas falsas a la empresa Asesorías y Negocios Spa, vinculada al caso SQM. En agosto de ese año declaró en calidad de imputado por supuestas presiones al Servicio de Impuestos Internos (SII) y delitos tributarios, y en calidad de testigo por las supuestas filtraciones que él habría recibido de la investigación de SQM desde el órgano persecutor mientras ocupaba el cargo ministerial.
Con su "dolorosa" salida, como la calificó la Mandataria, dejaron atrás 16 años de amistad que comenzó a decaer cuando Peñailillo gestionó el estallido del caso Caval, en febrero de 2015, instando a la Presidenta a continuar sus vacaciones y recalcando que para enfrentar los efectos del tema, Dávalos debía dejar su cargo como director sociocultural de la Presidencia.
Un años después, la jefa de Estado sostuvo a la revista Paula que "no he tenido la ocasión de encontrarme nuevamente con él, pero espero encontrármelo en algún momento y retomar esa relación de afecto, de confianza y amistad".
"He trabajado con la Presidenta por muchos años, más de 10, y quiero agradecer la confianza depositada en mí y de verdad de corazón, de corazón, desearle el mejor de los éxitos en el cumplimiento del programa de gobierno".
Rodrigo Peñailillo
A su vez, el ex ministro dijo que "del lugar que yo provengo sé de la lealtad y el esfuerzo. Sé que las cosas en la vida no son fáciles. Sé que hay que trabajar duro para salir adelante, con los valores y los principios entregados por nuestras familias (...) he trabajado con la Presidenta por muchos años, más de 10,
quiero agradecer la confianza depositada en mí y de verdad de corazón desearle el mejor de los éxitos en el cumplimiento del programa de gobierno".
En abril pasado se supo que Peñailillo viajaría a Estados Unidos para perfeccionar su inglés y postular a un magister en una importante universidad.
Por su parte, Marcelo Díaz asumió como ministro Secretario General de Gobierno en reemplazo de Álvaro Elizalde, quien fue vocero de la exitosa campaña de Michelle Bachelet, pero que en su cargo como secretario de Estado no estuvo bien evaluado. Según la encuesta Adimark de junio de 2015 -mes siguiente a su salida- el actual presidente del Partido Socialista anotó una desaprobación del 47%.
En esa época, fuentes del conglomerado indicaron que el futuro senador por la Región del Maule declinó aceptar el puesto de embajador en Argentina para abocarse en retomar las actividades del partido.
Días después de dejar su cargo reveló en una entrevista con "El Mercurio" que si bien "desde que asumí esta responsabilidad supe que la Presidenta podía pedirme la renuncia en cualquier momento (...) "honestamente me sorprendió, pero respeto su decisión y estoy agradecido de la oportunidad de haber trabajado a su lado".
Inédita decisión
En la misma ceremonia, ocurrió algo que no se veía desde 1990 con el retorno de la democracia: un ministro de Hacienda era removido del Gobierno.
1,9% creció Chile en 2014
Se trató de
Alberto Arenas, predecesor de
Rodrigo Valdés, cuya gestión estuvo marcada por la tramitación de la Reforma Tributaria, la que según sus palabras, se convirtió en el proyecto más importante de los últimos 30 años en el país.
Pero el ex titular de finanzas públicas fue duramente criticado por los empresarios debido a la intransigencia que tuvo en un comienzo para modificar algunos de los aspectos que el sector privado consideraba que eran negativos.
Además, una publicación periodística de Ciper lo relacionó con presiones contra el SII en el caso del recaudador político de la campaña de Bachelet, Giorgio Martelli.
Arenas dejó Teatinos 120 en medio de una lenta reactivación de la economía, la que en 2014 alcanzó 1,9%, siendo la menor alza en cinco años. Actualmente se desempeña como asesor macroeconómico en la Cepal.
Su aliada más cercana
Javiera Blanco asumió en marzo de 2014 como titular de Trabajo tras ser vocera de la campaña de la Mandataria. Exactamente 14 meses después pasó a ser de Justicia, cartera donde se zanjó su salida definitiva del Ejecutivo.
Las altas
pensiones en Gendarmería, los
errores en el padrón electoral del Servel y el Registro Civil y las muertes de niños en el Sename, fueron las polémicas que finalmente la llevaron a renunciar en octubre de 2016.
En julio del año pasado la Cámara de Diputados rechazó el informe de la Comisión Investigadora Sename II, el cual responsabilizaba a la ex ministra de la crisis del servicio.
El único parlamentario oficialista que votó a favor fue Ramón Farías (PPD), quien declaró que el Gobierno ejerció una "fuerte" presión a los diputados "para pedir que se rechazara, cosa que finalmente mis colegas de la Nueva Mayoría e independientes hicieron". Este lobby, según detalló, se ejerció "con el despliegue de los ministros Nicolás Eyzaguirre (Segpres); Paula Narváez (Segegob); Rodrigo Valdés (Hacienda); y de la Mujer, Claudia Pascual".
Tras este episodio, Bachelet entregó señas de espaldarazos hacia la abogada al designarla como consejera del Consejo de Defensa del Estado (CDE), cargo vitalicio cuyo sueldo bordea los $8 millones. Ante las críticas, ella salió en su defensa subrayando que "he realizado ese nombramiento en virtud de mis facultades como Presidenta, después de evaluar distintas alternativas y conversarlo también con el presidente del CDE (...) Creo que la calificación profesional de Javiera Blanco va a ser un aporte a la labor del Consejo".
