SANTIAGO.- Fue el primero en llegar y será el primero en irse. Este jueves a las 16 horas, el subsecretario del Interior, Mahmud Aleuy, renunciará formalmente a su cargo en el Palacio de La Moneda, convirtiéndose así en el primer miembro de la administración de Michelle Bachelet en dejar la sede del Ejecutivo tras cumplirse los cuatro años de gobierno.
Una vez que le traspase el mando a su sucesor, Rodrigo Ubilla, Aleuy dejará atrás también la serie de crisis que tuvo que abordar durante el período, en los cuales puso a prueba su manejo político. Sus apodos de "ministro en las sombras" o el de "hombre fuerte" de la sede de Gobierno, dan cuenta del sello de su gestión.
Su reconocida capacidad de negociación le permitió jugar un rol fundamental al interior del Ejecutivo. Su cercanía y lealtad con la Presidenta Michelle Bachelet fue evidente, ya que casi siempre estuvo detrás de las importantes decisiones adoptadas por la jefa de Estado.
De hecho, pasó por nueve cambios de gabinete, incluyendo a tres ministros del Interior, pugnas de poder, crisis de seguridad y más de una decena de calamidades y desastres naturales, siempre actuando desde las sombras, tratando de influir u operar para sacar al Gobierno de problemas.
Uno de los primeros temas que tuvo que abordar fue la serie de terremotos, aluviones e incendios que afectaron al país desde principios de 2014. En esas ocasiones, fue el vocero principal del Gobierno, enfatizando la necesidad de otorgar seriedad en la difusión de informaciones sobre ese tipo de hechos.
Luego, se cuadró al lado de Bachelet cuando estalló el caso Caval. Mientras su jefe directo, Rodrigo Peñailillo, se enfrascó en la disputa con Sebastián Dávalos, él marcó distancia de la pugna y terminó firme en el Gobierno. Lo mismo hizo cuando el jefe de gabinete fue vinculado al presunto financiamiento irregular de la campaña de Bachelet. Al final, Peñailillo terminó afuera y Aleuy, adentro.
En el caso Dominga también: ante la rebelión de los ministros del área económica ante el rechazo del proyecto minero, el subsecretario subrayó que "el rol de los funcionarios públicos es respaldar la institucionalidad". ¿El resultado? Valdés y Céspedes afuera, y él, adentro.
Buenos números, renuncia y crisis en La Araucanía
Durante la última campaña presidencial, Aleuy no dudó en confrontar a Sebastián Piñera en materia de seguridad. El último balance de seguridad pública reveló que los delitos de mayor connotación social cayeron 3,8% respecto al primer semestre 2016 en 14 de las 15 regiones del país, dándole la razón en ciertos aspectos.
También jugó un rol clave en el proyecto de ley de migraciones: Pese a que la medida no tuvo mayores avances en el Congreso, fue uno de sus artífices y su visión terminó imponiéndose por sobre la del ex director de Extranjería, Rodrigo Sandoval.
Pero el balance en otros temas no es tan positivo como en otras áreas. El momento más duro lo vivió solo hace unos meses, cuando puso su cargo a disposición por dos semanas, debido a su rechazo hacia la decisión de retirar el carácter terrorista de la querella que el Ejecutivo presentó en contra de los involucrados en el caso Iglesia.
La Araucanía fue un verdadero dolor de cabeza, ya que por esos mismos días, en noviembre de 2017, la Corte Suprema ordenó la libertad de ocho comuneros mapuche que fueron formalizados y se encontraban en prisión preventiva por no existir pruebas suficientes contra ellos en la denominada "Operación Huracán".
Mientras por un lado tuvo muñeca para desactivar protestas de víctimas de la violencia rural, por otro tuvo que enfrentar los coletazos del caso que enfrentó a Carabineros con la fiscalía. En una de sus últimas apariciones no dudó en reprochar al Ministerio Público, dando cuenta una vez más del poder que acumuló en desmedro del propio ministro del Interior, Mario Fernández.
