SANTIAGO.- Frenazo. La ministra de Transporte y Telecomunicaciones, Gloria Hutt, anunció este martes que se declarará desierta la licitación del Transantiago, proceso impulsado durante la administración de la ex Presidenta Michelle Bachelet.
La decisión del gobierno, según la secretaria de Estado, se adoptó debido a que la antigua licitación encarecía los costos del sistema y constituía una "camisa de fuerza" al establecer 10 años de concesión del servicio, evitando así renegociar en el corto plazo. Además, privilegiaba el pago por kilómetro recorrido por sobre el de pasajero transportado.
"Estamos seguros de que es la mejor decisión para el transporte de Santiago y para los usuarios, quienes ya han sufrido por la mala implementación de una política pública", sostuvo.
Ante ello, expertos analizan la decisión del Gobierno y los costos de retrasar licitación.
El investigador de Libertad y Desarrollo, Rodrigo Troncoso, calificó la decisión de "prudente, a la luz de los antecedentes dada todas las incertidumbres de haber continuado con el proceso de licitación".
Añadió que la nueva licitación contiene elementos que "tienen que diseñarse desde ya", pues "un proceso de esta magnitud es algo que toma bastante tiempo, y hay que considerar varios aspectos de conveniencia o no que tendrán que evaluar las actuales autoridades".
En este sentido, el investigador ejemplificó con que algunos de los buses que actualmente están recorriendo las calles en Santiago tendrán que renovarse en el corto plazo, y que "el resto de las unidades de negocio (operadores) también va ir venciendo durante los próximos tres años".
Por otro lado, el ingeniero en Transporte y Logística UC, Juan Carlos Muñoz, afirmó que "es una decisión que yo no hubiera tomado".
"Posterga la entrada de buses nuevos a la ciudad, posterga los ahorros de costos asociados a un proceso de licitación, enfrenta a la autoridad a tener que negociar con nuevas empresas en condiciones que no van a ser positivas para el fisco", dijo a La Segunda.
Mientras que Alejandro Torres, académico de la facultad de ingeniería de la Universidad Central, comentó que "este tipo de cosas no debería depender del gobierno de turno, sino que el gobierno de turno debería estar a la altura, al igual que todos los gobiernos de turno, y verlo como una política de Estado".
El experto también comenta los posibles costos en el corto plazo que podría tener esta decisión, y advierte que un problema podría ser que algunos buses de los operadores "entrara en la obsolescencia".
"Obviamente lo peor que podría pasar es que el vehículo se quedara en panne y la gente no llegara a su destino. Ello va a mermar la calidad de servicio y la imagen que se tiene del Transantiago", comentó.
En este tema, Muñoz agrega que el principal costo del retraso es que "se pierde la oportunidad de, a través de una licitación, haber tenido costos menores, nuevos buses de mejor estándar y buses eléctricos".
En cuánto a lo que debería tener la nueva licitación, Troncoso complementa que "se debe pagar por mover personas", ya que ahora se estaba pagando por kilómetro transitado.
"Los pagos fijos sabemos que no generan buenos incentivos. Yo creo que está bien que lo que reciba el operador esté relacionado con el hecho de transportar personas y con la calidad de servicio que ofrecen para ello. O sea no pagar sólo por mover los buses", afirma.