SANTIAGO.- Desde enero pasado el arquitecto
Tomás Domínguez, creador del proyecto
Ciudad de los Muertos -destinado a conservar la memoria del lugar- tiene una campaña destinada a revertir la progresiva muerte de los árboles del
Cementerio General.
Según explica, el fallecimiento de 180 ejemplares, entre ellos varias araucarias, se debe a que en 2009 Recoleta, municipio del cual depende el recinto, vendió los derechos de agua de dos regadores por $61 millones.
Por eso, el cementerio "no cuenta con conexión a la red urbana de agua potable y el suministro del sistema de agua para mangueras y pilones donde llenar floreros se abastece a través de pozos en la parte alta del terreno que ocupa el cementerio -los patios 2 y 3- lo que ha contribuido a disminuir el nivel de humedad de la napa freática", dijo el arquitecto a "La Segunda".
Ante esto, la dirección del cementerio aclaró que la venta de los derechos de agua fue hecha en 2003 por el ex alcalde Gonzalo Cornejo y ratificada seis años después por Sol Letelier y los ocho concejales.
"La venta trajo como consecuencia el perjuicio en el riesgo de las 86 hectáreas (...) se vuelve dificultoso distribuir el agua disponible en los escasos sectores. El riego se realiza a través de un camión aljibe, pero la arquitectura y distribución del campo santo impide en muchos sectores el riego de las áreas verde".
Las autoridades del cementerio empezaron el año pasado a limpiar las canaletas por donde pasaba el agua hasta 2003 para restaurar su circulación y estudia cómo "recuperar las aguas que desde la fundación del cementerio le correspondían".