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Designación de embajadores políticos: ¿Retiro dorado, medalla al esfuerzo o premio de consuelo?

Esta semana se realizaría el nombramiento de los representantes del Estado en el extranjero, una designación que en el pasado incluyó el reacomodó de algunas autoridades derrotadas en las urnas o pareció ser la "jubilación dorada" para otras.

28 de Marzo de 2018 | 10:14 | Por Consuelo Ferrer Durán, Emol
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JM Vilches, Emol
SANTIAGO.- En las urnas de Concepción, en octubre del año 2000, la psiquiatra penquista Jacqueline Van Rysselbeghe (UDI) vencía con tranquilidad al ex alcalde Ariel Ulloa (PS), famoso por instalar un sistema de control de velocidad automovilístico que generó ronchas en la comunidad. Ulloa quedó fuera del sillón alcaldicio con un 34% de los votos.

Pero el entonces Presidente, Ricardo Lagos, eligió el nombre del ex edil para representar al Estado chileno como embajador en Argelia, país que lo recibió durante sus años de exilio en los '70. La particularidad: La embajada había sido cerrada en el año 1973 y fue reabierta para él.

El diputado UDI, Julio Dittborn, calificó el hecho como un "premio". En ese momento, muchos países cerraban su embajada en Argelia para trasladar la representación a Túnez. "Chile está haciendo justamente lo contrario para favorecer a un compañero socialista derrotado en las urnas", dijo en 2001.

Se trata de una de las más polémicas designaciones de embajadores políticos, aunque no la única: Desde el retorno a la democracia, los espacios que no ocupan los embajadores de carrera —que estudian en la Academia Diplomática— son a menudo usados por políticos que perdieron recientemente una elección, su cargo en el gobierno anterior o que están en los minutos de descuento de su carrera política.

Esta semana, se espera que el Presidente Sebastián Piñera anuncie quiénes serán los elegidos para representar a Chile en el exterior.

Después de la derrota electoral


Como el ex alcalde de Concepción, otros casos son recordados por la memoria colectiva, como el de Pepe Auth, quien antes de ser elegido diputado tres veces consecutivas intentó llegar a la Cámara en 1997, por el distrito 48 en la Región del Biobío. Con 22% de los votos, el entonces PPD no entró al Congreso.

Con la llegada de Lagos a la Presidencia, el experto electoral fue nombrado embajador de Chile ante el Reino de Suecia, cargo que ocupó hasta 2004.

Asimismo, y a pesar de no haber perdido una votación popular sino una interna, el actual embajador de Chile ante la Santa Sede, Mariano Fernández (DC), llegó a la embajada de Alemania después de una derrota.

En abril de 2014, Fernández manifestó su intención de ocupar el escaño dejado por Ximena Rincón en el Senado, tras su designación como ministra en el segundo gobierno de Bachelet. Pero perdió la elección primaria de su partido.

Reacomodos políticos


También han proliferado los nombramientos de políticos que formaron parte del gobierno saliente, cuando el mismo bloque político se mantiene en La Moneda.

Para el decano de la Facultad de Gobierno de la U. Central, Marco Moreno, el cargo a menudo es usado como una "válvula de escape" para los partidos, "especialmente para algunos nombres importantes que no lograron entrar al gabinete, ni como ministros ni como subsecretarios", explica a Emol.

Es, por ejemplo, el caso de Belisario Velasco, quien al final del gobierno de Eduardo Frei llevaba nueve años siendo subsecretario del Interior, tanto su periodo como en el de Patricio Aylwin.

Entre 1999 y 2003, Velasco fue embajador político de Chile en Portugal, donde participó en comisiones para encaminar el Tratado de Libre Comercio de Chile con la Unión Europea. Se trató de uno de los destinos más cotizados en el mundo de las embajadas.

El analista internacional, Patricio Gajardo, lo explica a Emol así: "Portugal es una maravilla: no tiene mucho trabajo, está en Europa, en el centro del mundo, pero en un lugar tranquilo".

Algo similar sucedió con el PS Marcelo Schilling, quien ejerció como subsecretario de Desarrollo Regional y Administrativo del Ministerio del Interior (Subdere) entre 1994 y 2000.

Con la elección de Lagos, Schilling fue destinado como embajador de Chile en Francia, otra designación que causó resistencia del servicio diplomático, por el hecho de que no contaba con preparación para el cargo ni manejaba el idioma francés.

Retiro pactado


Después de ser el vocero de Gobierno de Ricardo Lagos hasta el año 2002, el economista Álvaro García se dedicó a dirigir empresas, entre ellas la aseguradora Le Mans, filial del grupo Inverlink. Un año más tarde, producto de un fraude al Banco Central y a Corfo, estalló el escándalo financiero conocido como Caso Inverlink.

García fue juzgado, declarado inocente, e inmediatamente nombrado embajador en Suecia, en agosto de 2004. Tras ello, casi no ha vuelto a tener incursiones en la política salvo un fallido intento por ser alcalde Cerro Navia en 2008. Hoy el economista practica el naturismo, hace yoga y vive en El Arrayán junto a sus hijos y su mujer.

"Muchas veces significa para un político una especie de retiro pactado, una buena manera de tener un ostracismo político digno y de muy buen nivel"

Marco Moreno
"Muchas veces significa para un político una especie de retiro pactado, una buena manera de tener un ostracismo político digno y de muy buen nivel, que permite tener vínculos con el gobierno pero no un protagonismo significativo para mantenerse vigente", explica Moreno.

Es, en cierta forma, el caso del DC Enrique Krauss, que durante el gobierno de Patricio Aylwin se desempeñó como ministro del Interior, donde tuvo que enfrentar episodios como el asesinato de Jaime Guzmán y el "boinazo".

Posteriormente, fue presidente del Partido Demócrata Cristiano y después diputado por el emblemático distrito 22 hasta 2002. Tras perder las senatoriales en 2001, asumió las embajadas en España, Ecuador y posteriormente fue destinado a Praga, en República Checa, por Michelle Bachelet.

Un “premio al esfuerzo”


A veces, el nombramiento de embajador es también visto como un reconocimiento al trabajo realizado por un político a favor de la elección del presidente, como fue el caso del ex socialista y también ex militante del Partido Comunista, Jorge Arrate.

El abogado fue ministro de Educación durante el gobierno de Aylwin. Después, en el periodo de Frei, fue titular de las carteras de Trabajo y Previsión Social, y de la Secretaría General de Gobierno.

A este último cargo renunció en 1999, momento en que Frei le ofreció ser embajador ante la ONU en Ginebra. En cambio, Arrate resolvió jugársela por la campaña de Ricardo Lagos. Una vez en La Moneda, el Presidente electo lo destinó en Buenos Aires.

Se parece también al caso de Carmen Ibáñez, apodada informalmente como "la regalona". La comunicadora social fue nombrada por Sebastián Piñera como embajadora de Grecia, otro destino cotizado y que al momento se mantenía sin embajador.

En entrevista con la revista Caras, Ibáñez habló de su tiempo en Grecia, donde residió en el barrio Ekali, que comparó con Las Condes o La Dehesa. Ahí afirmó que "cada noche asistía a comidas y recepciones" y que los fines de semana solía navegar. "Es increíble, porque de la clase media hacia arriba todos tienen yate", dijo.

Uno de los hitos de su tiempo en Grecia fue llevar al país a los 33 mineros.

Embajadores polémicos


A lo largo de la historia de la designación de embajadores, no solo han hecho ruido en el momento de los nombramientos sino que algunos casos han quedado en la memoria por su desempeño en el cargo o algunos de sus dichos.

"La mayor parte de Chile no sintió la dictadura. Al contrario, se sintió aliviada". Esas fueron las que dijo el embajador en Argentina, Miguel Otero, quien también se había desempeñado como senador tras la muerte de Jaime Guzmán. La crisis, que se desató en junio de 2010, terminó con la renuncia de Otero, a apenas 50 días de haber asumido el cargo.

Es similar el caso del embajador en Uruguay, Eduardo Contreras, quien afirmó en una entrevista al sitio de noticias local, La Diaria, en 2014, que "los actos terroristas que se han registrado" (el bombazo en Escuela Militar) fueron perpetrados por "la ultraderecha".

"Cuando no hay cambios no hay terrorismo. ¿A quién le interesan los actos terroristas? A la derecha, a la derecha empresarial", añadió también el representante chileno, haciendo alusión a la resistencia de dicho sector a la reforma tributaria que impulsaba el gobierno.

Aunque al principio afirmó haber sido sacado de contexto y que la conversación había sido "privada", el medio emitió un comunicado ratificando las condiciones en las que ocurrió la entrevista. Ante esto, Contreras debió viajar hasta Santiago para darle explicaciones al canciller Heraldo Muñoz.

Tras pedir disculpas, el embajador se mantuvo en el cargo, pero sólo por otros ocho meses, cuando Bachelet le solicitó la renuncia aduciendo razones distintas a la del escándalo de 2014.
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