SANTIAGO.- Un día después de que la entonces ministra de Educación, Adriana Delpiano, le solicitara la renuncia a su cargo como rectora de la Universidad de Aysén, la doctora en Ciencias Roxana Pey dio una respuesta contundente.
"Por el respeto al carácter del cargo de rectora de una universidad estatal y a la autonomía que estas tienen (...), por mi compromiso con la Región de Aysén y la construcción de su propia universidad y por mis convicciones respecto de la reforma del sistema de educación chileno, me veo imposibilitada de acceder a tal solicitud", dijo en una carta pública.
Al día siguiente, se firmó el decreto que la destituía, una decisión que fue movida principalmente por diferencias de criterio en cuanto a los estatutos de la universidad y por sus continuas críticas al proyecto de reforma educacional.
A dos años de ese día, Pey recuerda sus meses como rectora del plantel —la única mujer del CRUCh en ese momento y la primera en ocupar ese cargo en una universidad estatal— y dice que, durante su gestión, no se sintió particularmente discriminada porque su carácter es fuerte.
Pero cuenta que, al final, cuando terminó todo, se dio cuenta de varias cosas.
Un problema que excede la rectoría
"Cuando hablamos de llegar a cargos directivos o de poder, las mujeres están en desventaja", dice a Emol la ex rectora, aunque precisa que se trata de un problema que empieza antes.
"Es un poco más amplio que solamente la representación como rector, sino que en la academia misma hay una inequidad muy grande: en los equipos de investigación, en cómo se da la vida y el quehacer académicos", dice.
"En la foto de la última reunión de rectores se ve que son puros hombres. A estas alturas, es algo que llama la atención, que no tendría que ser"
Roxana Pey
Para ilustrarlo, entrega algunos ejemplos. "Suele ocurrir que en un proyecto, la posición del individuo masculino que está en los equipos es la predominante. Eso se va reproduciendo en todos los niveles y van quedando atrás las mujeres", cuenta.
"Esto se ha analizado", asegura. "Cuando recién empiezan sus carreras, el hombre es el que va a las reuniones importantes mientras la mujer se queda haciendo el experimento. Siempre es el hombre el que empieza a figurar más", añade.
Dice, entonces, que "existe una cultura bastante machista" que parte desde esas instancias y que "se va profundizando hacia arriba".
"Algo que no tendría que ser"
Sobre su paso por el CRUCh, Pey dice que su caso alcanzó cierta notoriedad.
"Yo no fui elegida, sino que fui nombrada, y me nombraron siendo mujer pero por mi trayectoria y mis antecedentes. Eso puso en evidencia ese panel de hombres. En la foto de la última reunión de rectores se ve que son puros hombres. A estas alturas, es algo que llama la atención, que no tendría que ser", afirma.
El CRUCh, dice, es una institución donde participan "poquísimas mujeres" y destaca en particular el caso de Patricia Acuña en la U. de Valparaíso, nombrada como subrogante en 2008.
1 de 27 universidades del CRUCh cuenta hoy con una rectora mujer
"Cuando la universidad estaba en crisis, fue una mujer la que inició el rescate de ese establecimiento, pero después, cuando se presentó a elecciones, eligieron un hombre. Incluso después de haber hecho el trabajo de enderezar el pastel", dice.
Por eso, aunque quisiera ver a más mujeres en el cargo, dice que no le sorprende que sean pocas las que decidan competir por él. "Ha habido algunas candidatas y no las han elegido. Uno puede pensar que es por otros motivos, pero ya el hecho de que se postulen pocas te dice algo", afirma.
"Hay un desincentivo, porque se da en un ambiente en donde postularse no resulta una buena idea para ellas, porque significa exponerse con pocas posibilidades de ser elegida, porque vienen con un arrastre no muy favorable desde el comienzo de sus carreras", reflexiona.
Alternativas para avanzar
Para avanzar en proporción de representatividad en los cargos más altos, Pey cree que es necesario también solucionar "cuestiones básicas" como la desigualdad de salarios.
"En las universidades chilenas hay diferencias de sueldo entre hombres y mujeres que hacen la misma función. Eso es un asunto muy pendiente, muy atrasado", explica. Dice, también, que es "uno de los múltiples factores" que están empezando a abordarse.
También es lo que sucede con el acoso y abuso sexual en las universidades, donde se empiezan a crear unidades u oficinas de igualdad. "Yo no pienso que haya que dar un paso primero que otro: Ya a estas alturas, con el atraso que hay, hay que darlos todo en conjunto", dice.
"Yo no pienso que haya que dar un paso primero que otro. Ya a estas alturas, con el atraso que hay, hay que darlos todo en conjunto"
Roxana Pey
Una de las propuestas que sugiere la Red de Investigadoras, organización que busca promover la equidad de género en esas esferas, es integrar al sistema de acreditación de las universidades chilenas un ítem relativo al tema.
"Así como se evalúa la gestión, la investigación y la docencia, dentro de la acreditación debería estar la equidad de género, porque la acreditación es lo que hace que las universidades se muevan, obtengan financiamiento y prestigio", explica a Emol la vicepresidenta del organismo, Adriana Bastías.
Algunas métricas propuestas son el número de mujeres que obtengan el rango de profesora titular y las condiciones mínimas para las estudiantes, funcionarias y docentes, como salas de lactancia.
Pey aporta otra idea. "(Se debería implementar), así como ha existido en política de partidos, una equidad de género forzada", dice, manifestándose a favor de medidas como el establecimiento de cuotas. "Por supuesto que son decisiones que ayudarían", concluye.