SANTIAGO.- "Reparar en lo posible el escándalo y restablecer justicia". Esa es la principal razón por la cual el Papa Francisco convocó a Roma, a través de una carta leída por los obispos de Chile en Punta de Tralca, a las máximas autoridades de la Iglesia Católica del país. El encuentro se realizará en mayo y abordará el informe de monseñor Charles Scicluna.
En febrero, el arzobispo de Malta viajó a Chile, bajo un mandato especial del Papa luego de su visita en enero, para entrevistarse con las víctimas del ex párroco de El Bosque,
Fernando Karadima, quienes denunciaban al obispo de Osorno,
Juan Barros, de ser cómplice de los abusos sexuales que ellos recibieron.
Las dudas que se abren es si con la salida de Barros se "restablecen las confianzas" como señaló el Papa en su carta, o también deberán dar un paso al costado otros obispos ligados a Karadima. Por otro lado, en el corto plazo Francisco debe resolver el futuro del cardenal Ricardo Ezzati, quien presentó su renuncia en diciembre de 2016 en vísperas de cumplir los 75 años, situación que el Papa aún no zanja.
Escenarios
De esta forma, ya hay quienes se aventuran a reflexionar posibles escenarios que se podrían dar durante el encuentro en Roma. "Lo que es claro es que a partir de esta carta, nada va a seguir siendo igual en la Iglesia en Chile", sostuvo a Emol el sacerdote de Punta Arenas y párroco de Nuestra Señora de Fátima, Marcos Buvinic.
"Espero que haya algunas medidas de corto plazo como son las salidas del obispo Barros y los otros obispos de El Bosque, que dejen el ejercicio de sus diócesis por todo el daño que se ha causado, es lo que yo espero, pero no tengo idea si ocurrirá o no", añadió.
"Lo que es claro es que a partir de esta carta, nada va a seguir siendo igual en la Iglesia en Chile"
Marcos Buvinic, sacerdote de Punta Arenas
En ese sentido, Buvinic indicó que lo anterior sería coherente "con la señal de lo que él (Papa) sostiene en su carta, que lo que hay que buscar es reparar en lo posible el escándalo y restablecer la justicia (...) Tienen que haber acciones reparadoras de este escándalo penosísimo en el que se ha visto sumida la Iglesia chilena".
Para Juan Carlos Claret, vocero de los Laicos de Osorno, los escenarios que se puede dar en dicha reunión tienen que ver con "decisiones concretas" que tome el Papa, y que "se genere ese terremoto del cual se está hablando".
Pero, continuó, también se presenta un "un escenario bastante hilarante", el cual tiene que ver con "garantizar impunidad". Sin embargo, dice Claret, el piso que se tiene que dar, al menos al corto plazo, es "sin duda, la remoción del obispo Juan Barros, pero el Papa se autoimpuso un objetivo mucho más grande, que es el restablecer las confianzas en la Iglesia chilena".
"Es importante empezar a remover personas, pero ojo, la remoción de personas, manteniendo la institucionalidad como está, puede generar que, en el mediano y largo plazo, lleguen personas peores que ellos. Es importante que si quiere restablecer confianzas, se hagan cambios no solamente de personas, sino también en instituciones", recalcó.
Ante la posibilidad de que el Papa Francisco no pida la renuncia de ningún obispo, para Claret significaría que "la carta de ayer son palabras vacías, de ser así, el tenor de la carta no tendría sentido, hubiese sido un espectáculo".
Obispos por reunión
"Seguramente (el Papa) quiere conversar personalmente con cada uno (...) Puede que sea conveniente que por el bien de la Iglesia, dirá: 'mire, por el bien de la Iglesia en Chile y por el bien de su Dios, yo le pido que usted se haga a un lado', y lo vamos a hacer a los que nos pidiera eso. En eso hay que ser realista", aseguró, por su parte a T13 Radio, el obispo de San Bernardo, quien se encuentra en Punta de Tralca junto a sus pares, Juan Ignacio González.
Mientras que el presidente de la Conferencia Episcopal, Santiago Silva, también en Punta de Tralca, expresó a Radio Cooperativa que "tiene que haber una solución drástica, fuerte e intensa, eso sin lugar a dudas".
En consecuencia, afirmó que en el encuentro con el Papa "nosotros mismos (obispos) vamos a proponer un plan de renovación de la Iglesia".
"Es posible que el Papa le pida a algunos que dejen su diócesis. Eso está dentro de las posibilidades", sentenció Silva.
"Falta de información veraz"
"He incurrido en graves equivocaciones de valoración y percepción de la situación, especialmente por falta de información veraz y equilibrada", sostuvo en su carta el Papa, pidiendo disculpas por su actitud frente a las acusaciones contra Barros, lo que gatilló el envió de Scicluna a investigar.
Ante esto, Gonzaléz indicó que "lógicamente algo falló (en cuanto a la información recibida por el Papa), dónde falló, es lo que no sabemos, y ahí es donde empezamos con la caza de brujas. Lo que hay que resaltar es que ahora él pide perdón".
Para Buvinic, "tienen que aparecer con claridad los responsables de esta falta de información veraz".
Lo que es claro, concluyó, "es que la información que el Papa recibió ahora a través de Scicluna y su otro enviado, (Jordi) Batomeu, fue muy distinta a la que le presentaron el nuncio (apostólico, Ivo Scapolo) o los obispos".
"No hay que olvidarse que hace un año todos los obispos estuvieron en Roma donde invitaron al Papa a venir a Chile también, entonces, bueno, le presentaron el país de una manera en el que el Papa dice: ´no me llegó información ni veraz ni equilibrada'", sentenció.
