SANTIAGO.- "Los chilenos me conocen: no soy un caudillo. Sé escuchar la voz del pueblo". Con esta sentencia, el ex Presidente Ricardo Lagos cerró hace justo un año la breve carrera con la cual pretendía regresar a La Moneda. Un recorrido que comenzó en septiembre de 2016 y que terminó abruptamente tras el desaire del PS hacia su opción y su bajo rendimiento en las encuestas.
Pero el fracaso de su campaña no significó su retiro total de la actividad pública, ya que desde ese 10 de abril de 2017 el ex Mandatario ha seguido pendiente del devenir de la política nacional y la contingencia, apoyando y opinando sobre las causas que lo mantienen motivado a sus 80 años, recién cumplidos en marzo pasado.
Sin ir más allá, el viernes pasado no dudó en entregar su respaldo hacia el ex Presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, luego del adverso fallo judicial que lo envió a la cárcel por corrupción. "Es una mala noticia para la democracia", dijo a través de su cuenta en Twitter, plataforma por la cual permanece conectado constantemente en redes sociales.
De hecho, el uso de las nuevas tecnologías es uno de los temas que más lo mueven hoy en día. "¿Cuál es la esencia de la crisis que ahora vivimos? Que todo este desarrollo digital asombroso, que puede ser positivo, también encierra el peligro de quienes buscan utilizarlo desde las sombras engañosas", escribió hace una semana en La Tercera sobre la crisis de Facebook.
Y este martes, a un año exacto desde que leyó la declaración con la que comunicó su retirada de las presidenciales, Lagos publicó en El Mercurio un texto en el cual pide reflexionar sobre los cambios que ha vivido el mundo en los últimos 30 años y de cómo ellos han cambiado la percepción de la democracia y la relación con los ciudadanos.
"Si hoy hay una crisis en los sistemas democráticos en el mundo es porque tienen que ponerse al día con las nuevas realidades (…), no digo que sea fácil, pero debemos trabajar en conjunto por una mayor convivencia civilizada y eficiente, que le otorgue una dimensión realmente humana a esta nueva era", detalló el ex jefe de Estado.
Y es que el diagnóstico que Lagos tiene sobre la crisis que enfrenta hoy en día el sistema político y en particular su propio sector, la centroizquierda, es que la dificultad para conectar con los ciudadanos está amplificando la crisis de confianza que pesa sobre las instituciones. A su juicio, ese es el principal desafío que debe enfrentar el gobierno de Sebastián Piñera.
Con la vista puesta en Chile y el mundo
Una vez que dio un paso al costado, el ex Mandatario no quiso involucrarse de forma decidida en la elección que terminó con Piñera en La Moneda. De hecho, en los meses siguientes evitó manifestar su apoyo decidido hacia Carolina Goic o Alejandro Guillier, las dos cartas que representaron a la centroizquierda.
En contraparte, Lagos mantuvo la agenda internacional que ha desarrollado desde que dejó el poder en 2006, impulsando iniciativas que abogan por la democracia, la paz y los DD.HH.. Por ejemplo, ha sido activo en de The Elders, el grupo de líderes internacionales formado por Nelson Mandela, y escribe columnas en medios extranjeros.
221Dias duró la carrera presidencial de Lagos
No obstante, ello
no ha impedido de que esté atento a lo que ocurre en Chile. Según fuentes cercanas, el ex Presidente está pendiente de la instalación del actual gobierno, en donde si bien ha valorado una postura más de "estadista" de Piñera, ve con preocupación la forma en que se han abordado temas como La Araucanía o los mega tacos del fin de semana santo.
Otro tema que ha formado parte del análisis del ex líder socialista es el difícil momento que atraviesa la centroizquierda. Sin embargo, no se detiene en la guerrilla pequeña, sino que en el debate que cree debe existir sobre la definición de lo que es el progresismo y las tareas que se deben emprender para poner fin a la irrelevancia de los partidos políticos.
Aun así, dicen que ve con optimismo el futuro. Sobre todo tras la irrupción del ex ministro de Energía y ex jefe de su campaña,
Máximo Pacheco, quien se declaró disponible para encabezar un intento por aglutinar a las fuerzas del bloque, impulsando, presumiblemente, las mismas banderas que él levantó en la campaña pasada.
El ex Presidente ve al ex secretario de Estado como alguien con todas las capacidades necesarias para llevar adelante esa tarea, pero advierte que aún falta tiempo para que los procesos políticos en curso maduren. Cabe destacar que ambos mantienen una estrecha relación de amistad y conversan periódicamente.
Pero pese que ha tratado de mantenerse fuera de la contingencia, de vez en cuando aparecen temas que lo obligan a reaccionar. Uno de ellos podría ser la comisión investigadora que se formó para conocer cómo se creó el Crédito con Aval del Estado, con el objetivo de determinar cómo se establecieron sus altas tasas de interés.
Desde ya, los parlamentarios que formaron la instancia manifestaron su intención de citarlo. Sin embargo, desde antes el ex Mandatario ya ha defendido la necesidad de contar con el CAE en la época en la que gobernó y ha advertido que la responsabilidad en la fijación de las tasas correspondió a una comisión en la que su sucesora, Michelle Bachelet, tenía injerencia para rebajarlas y no se hizo.