El Mercurio (imagen referencial)
SANTIAGO.- Fue el llanto de un menor desde una casa cercana lo que alertó a una mujer que habitaba en la calle Las Magnolias de Alto Hospicio la noche del martes.
Tras acudir hasta el lugar y tocar la puerta sin respuesta, decidió forzarla con ayuda de un vecino y lo que se encontró fue a un niño de dos años inmovilizado en un colchón.
5 años y un día de prisión podría arriesgar la pareja
El menor se encontraba envuelto en una sábana que lo cubría desde los pies hasta la boca, según informó La Estrella de Iquique. Además, estaba amarrado con dos cinturones, uno a la altura de sus brazos y otro en sus tobillos.
Al liberarlo, notaron que el niño presentaba diversas lesiones en su cuerpo, por lo que alertaron a Carabineros. Tras revisarlo, fue trasladado hasta el hospital básico, donde se constató que sus heridas tenían distinta data, además de una fractura nasal grave.
Por eso, el Ministerio Público argumentó durante la audiencia que las agresiones eran constantes. Los hechos fueron informados al Juzgado de Familia, que dispuso que el menor fuera entregado a una tía.
Duchas heladas para "evitar el llanto"
Los padres del niño, de 24 y 23 años, llegaron hasta el centro asistencial horas más tarde y fueron detenidos por Carabineros bajo los cargos de lesiones graves en contexto de violencia familiar y abandono.
La fiscal Virginia Aravena formalizó a la pareja por los hechos y solicitó para ambos la prisión preventiva, a pesar de que el argumento de la defensa era que ninguno de ellos presentaba un peligro para la sociedad.
Durante la audiencia, la fiscal manifestó que un familiar confesó que el padre no tenía "paciencia con el niño" y que en las noches lo duchaba con agua fría para "evitar su llanto".
Según el testimonio del padre relatado por la persecutora, habría reconocido que golpeaba al niño porque lloraba. También habrían explicado que lo dejaron solo y amarrado en la casa porque debían salir a realizar trámites migratorios, ya que son de nacionalidad boliviana.
Finalmente la jueza Maritza Campos decretó la prisión preventiva y fijó 80 días para la investigación. Los imputados arriesgan tres años y un día de cárcel por cada delito, que podrían aumentar a cinco años y un día por los agravantes.
