SANTIAGO.- "Las elecciones en Venezuela no cumplen con estándares mínimos de una verdadera democracia. No son elecciones limpias y legítimas y no representan la voluntad libre y soberana del pueblo venezolano", dijo este fin de semana el Presidente Sebastián Piñera, desconociendo de esa forma los comicios presidenciales de ese país.
El Mandatario dio a conocer la postura del país a través de su cuenta personal en Twitter, la cual luego reforzó a través de un video que se difundió en redes sociales y que lo mostró en tenida informal refiriéndose al proceso que terminó con la reelección de Nicolás Maduro, en medio de los cuestionamientos realizados por el Grupo de Lima y el resto del mundo.
Sin embargo, el mensaje fue claro y enfático. Algo que a juicio de distintos expertos consultados por Emol traerá más beneficios que costos políticos al jefe de Estado, quien podría asumir de ese modo un liderazgo regional sobre esta materia y a la vez acercar a su Gobierno a sectores críticos del régimen venezolano, como la Democracia Cristiana.
Así lo señaló el analista político y académico de la Universidad de Talca, Mauricio Morales, quien aseguró que la declaración de Piñera "claramente, es un punto a favor. A diferencia de algunos sectores de izquierda, su gobierno ha planteado los vicios de la última elección en Venezuela, señalando que no se apega a las normas mínimas de una democracia".
"Con esta declaración, el gobierno logra cautivar al PDC, marcando además una división evidente en la centro-izquierda entre quienes fustigan el régimen venezolano y quienes lo siguen respaldando. Este evento ha dejado muy en claro que el PDC nada tiene que ver con otras fuerzas de izquierda que ven a Maduro como un líder latinoamericano", añadió.
En esa línea, Morales sostuvo que "por tanto, el gobierno- y especialmente Piñera- sólo cosechan ganancias con esta decisión. Por último, la derecha muestra que- al menos de acuerdo a este evento- no quedan dudas de que la democracia es el mejor régimen posible, y que cualquier clase de autoritarismo amerita una condena implacable".
En tanto, el decano de la Facultad de Gobierno de la Universidad Central, Marco Moreno, coincidió en que la jugada del gobernante puede traerle beneficios, "porque hay un interés de él de convertirse en líder regional. Esa es una agenda oculta que tiene, ser un liderazgo que puede ser atractivo en el contexto de vacío de liderazgo en la región".
Otro punto expresó el experto en comunicación política y académico de la Universidad Alberto Hurtado, Fernando García Nadaff, quien destacó que "es poco habitual que un Presidente chileno tome este tipo de posiciones. Desde ese punto de vista es algo distinto y creo que es bueno que tome la iniciativa y cierto liderazgo político regional".
En cuanto a si es compatible ese liderazgo regional con los frentes abiertos que Piñera mantiene en Chile, Moreno indicó que "si él dosifica y no hace de su gestión solo el asumir el liderazgo regional, son compatibles las dos estrategias".
"Además, en la opinión pública se ha ido instalando una opinión crítica sobre Venezuela, entonces conecta con ese discurso crítico que está instalado. Por lo tanto, no lo veo muy desconectado de ese clima", agregó.
Cuidado con los costos
No obstante, García Nadaff subrayó que el Presidente debe tener en cuenta los costos que puede traer el jugarse por una postura diplomática de la forma en que lo hizo. "
De pronto las formas son poco acostumbradas en el ámbito diplomático, a través de estos canales más informales que ha tomado, como expresar su liderazgo por redes sociales".
"Sin duda que en otros ámbitos esto tendría un costo. Pero acá hay una postura que está más o menos acompañada por otros países. Chile no está solo y hay una crítica sistemática hacia el régimen de Maduro y en ese sentido, no es que esté oponiéndose a un gobierno que podría haber sido arriesgado en otras situaciones", dijo.
En ese contexto, advirtió que "en diplomacia hay que tener mucho cuidado en el manejo de las relaciones exteriores, porque muchas veces estas cosas toman otros caminos. Hay que acordarse por ejemplo cuando hubo un intento de golpe de Estado en la época de Chávez y estaba de canciller Soledad Alvear y ella salió muy rápidamente a apoyar a los golpistas".
"Pero al poco rato la intentona falló y al final, la relación con Chávez se empezó a dar de muy mala manera. Ahí hay un costo político muy claro, esas son las situaciones que hay que ir cuidando. Ahora, ante el compromiso tan fuerte de Piñera, uno puede pensar que tiene considerado este costo", concluyó.