El párroco de Villa Prat, Sergio Diaz Cubillos, asegura que obispos no tomaron medidas tras denunciar violaciones contra menores cometidos por un sacerdote en Linares.
Carlos Romo, El Mercurio
SANTIAGO.- La Iglesia Católica chilena enfrenta una nueva denuncia de supuestos abusos sexuales cometidos por sacerdotes, esta vez ocurridos en Linares (Región del Maule).
El párroco de Villa Prat, el sacerdote Sergio Díaz Cubillos, denunció a obispos chilenos y al nuncio apostólico, Ivo Scapolo, de encubrir a religiosos responsables de este tipo de delitos. Aseguró que pese a presentar la denuncia, sus superiores, entre ellos monseñor Ricardo Ezzati, no tomaron medidas.
El religioso hizo pública a la prensa las denuncias la tarde del miércoles tras una reunión por más de tres horas en la que el obispo de Talca, Horacio Valenzuela, junto al clero del Maule analizaron la reciente visita de obispos chilenos al Vaticano.
"Yo trabajo en todo Chile en encuentros matrimoniales y un cura violó a varios cabros y uno de ellos se ahorcó", relató Díaz a radio ADN tras esta reunión.
"Le dije al obispo (Valenzuela) que se fuera (que renunciara a su cargo)", aseguró el cura, agregando que "saben mucho pero se quedan callados", y que Scapolo "no puede ser nuncio en Chile, es un bandido".
"El tipo (Scapolo) no nos habló nunca más. Le entregamos a la Iglesia todo lo que nos pide la nunciatura e insistimos con los chiquillos, y me dio cita. Llegamos lloviendo con frío, mojados como diuca allá, y me llama y me dice: 'a Ud. no lo recibo'; no era por mí, el cura, sino que por los chiquillos que iban conmigo. Cómo no voy a estar herido con este nuncio, y el Papa en éste confiaba plenamente", aseguró Díaz.
Para el sacerdote de Villa Prat, una pequeña localidad cerca del río Mataquito, el caso Karadima dañó tanto a la Iglesia y los obispos que éstos "no están en condiciones de tomar ninguna decisión" ante denuncias de abusos sexuales de menores.
Al termino de la reunión, el obispo Horacio Valenzuela no quiso emitir declaraciones.
