SANTIAGO.- "¡Mujeres! Optemos por el diálogo, no la violencia". Con ese mensaje escrito en un lienzo llegaron esta mañana hasta el frontis de la Casa Central de la Universidad Católica cerca de 50 estudiantes, quienes se oponen a la histórica toma feminista que se desarrolla en el establecimiento desde este viernes.
"Creemos que esta no es la manera de hacer los puntos. Las tomas son violentas y antidemocráticas. No se nos preguntó la opinión a todos los estudiantes de la universidad", afirmó en el lugar la coordinadora general del movimiento político Solidaridad, Macarena Ruiz Esquide.
"Estamos a favor del fin de los abusos, del fin de la violencia. Queremos que toda la discriminación que hay en la sociedad, que es machista, no siga continuando, pero creemos que este no es el modo", añadió.
Desde adentro, el discurso es otro. "No hemos agredido a nadie dentro de nuestra toma, porque nuestra manifestación es de carácter pacífico", comunicaron desde la Mesa de Género de la Facultad de Humanidades, que forma parte de la movilización.
Esta mañana, el rector Ignacio Sánchez se reunió con un grupo de estudiantes disidentes y con las propias alumna en toma, cuyo encuentro se prolongó por más de tres horas. Finalizada la reunión, la autoridad confirmó que la toma se mantendrá.
La "contratoma"
Entre los estudiantes se conoció durante la noche del viernes que un grupo de estudiantes disidentes también haría uso de las dependencias de la universidad, con el objetivo de "cuidarla" de posibles destrozos, en lo que fue calificado en redes sociales como una "contratoma". Así se observó en imágenes difundidas por el mismo medio, donde se veía a estudiantes en el patio de la Facultad de Derecho.
Las estudiantes feministas acusan que el otro grupo que se encuentra dentro de la universidad ha esparcido rumores sobre ellas. "Aseguran que hemos golpeado gente, robado plata y roto inmobiliario entre otras cosas".
"Nuestra intención es no dañar el inmobiliario de la universidad, porque no es lo que buscamos y las autoridades fueron enfáticas en que eso nos traería consecuencias, por lo que sería altamente contraproducente hacerlo", informaron las alumnas, al tiempo que aclararon que dentro de la toma existe "ley seca", es decir, la ingesta de alcohol está prohibida.
"La universidad no ha puesto ningún problema en el ingreso a personas del Movimiento Gremial al otro sector del campus que no está en toma, quienes estuvieron consumiendo alcohol durante la noche. Nosotras no nos hacemos responsables por daños en ese sector del campus al que ni siquiera tenemos acceso", afirmaron a través de Facebook.
Además, desmienten que haya existido sustracción de dinero de las oficinas de Pastoral UC, que se encuentra dentro del perímetro de la toma.
"Este espacio está cerrado con llave, por lo que ni nosotras podemos entrar a hacer algo, ni ellos entrar a comprobar si efectivamente fue así. De todas formas, les comunicamos a los miembros de la Pastoral que su espacio no ha sido tocado y no deben preocuparse", añadieron.
La toma feminista de la UC es la primera con ese carácter, y se trata de una forma de manifestación que no había ocurrido en la universidad en más de treinta años.