SANTIAGO.- La paradoja de Chiloé: llueven unos dos mil milímetros al año pero los habitantes de más de 200 localidades rurales solo cuentan con el agua que reciben de camiones aljibe en los meses más cálidos, entre noviembre y marzo.
Según el equipo de investigadores de la
Estación Biológica Senda de Darwin (EBSD), esta alteración de la isla grande -donde abundan las precipitaciones torrenciales, pero que comenzaron a reducirse en verano- sería
efecto del cambio climático.
2 mil milímetros caen al año en Chiloé
"Hay un interés mundial en este momento por el efecto de la desecación: muchos modelos muestran que se va a incrementar la aridez y eso significa que va a disminuir la humedad que es clave para las plantas y los ecosistemas", explica
Juan Armesto, director de Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB) y fundador de la Senda de Darwin.
Cristián Frene, investigador UC-IEB, es enfático en decir que "la cantidad de agua que cae en Chiloé no debería generar escasez en ninguna parte". Sin embargo, los registros en las estaciones meteorológicas muestran que las precipitaciones han cambiado tanto en intensidad como en frecuencia.
Que haya menos lluvias en el verano es una de las causas, dice, pero además existe un factor humano de degradación de los bosques nativos, por cosechas que superan su capacidad de regeneración o por incendios.