SANTIAGO.- No es extraño ver en redes sociales gente que escribe con "x" o "@" para evitar usar el género masculino cuando se quiere referir a ambos sexos, pero este tipo de lenguaje inclusivo ya no se limita a lo escrito.
El comunicado que leyeron las estudiantes de la Universidad Católica tras deponer la toma en Casa Central comenzaba con un "Compañeres", y cada vez es más común, especialmente en jóvenes, leerlos o escuchar referirse a otros como "todes" u ocupar "elles".
La lingüista y académica de la Universidad de Chile, Soledad Chavez Fajardo, recuerda que hace un par de semanas se encontró con un amigo y él, mientras le contaba un problema ocupó el "nosotres". "Quedé impactada, pero de forma positiva porque me doy cuenta que algo que a mí en lo personal no me parece, ya está fluyendo", explica.
También es cada vez más común que se nombre ambos géneros, como decir "bienvenidos y bienvenidas", "alumnos y alumnas", "trabajadores y trabajadoras". Pero este tipo de comunicación va en contra de la "economía del lenguaje", según explica Héctor Velis-Meza.
"El ser humano por naturaleza tiende a abreviar, no a aumentar y por eso hoy día la 'economía' se ve principalmente en las redes sociales, pero eso es parte natural del ser humano, incluso en cosas tan elementales como el nombre de una persona (...). Esta tendencia nueva va en contra del principio de la economía del lenguaje", explica.
El periodista, que ha publicado más de treinta libros sobre el idioma español, agrega que le parece bien que el lenguaje sea más inclusivo "pero sin exagerar".
Para la profesora de lingüística aplicada de la Universidad Católica, Gloria Toledo, la lengua "tiene mecanismos de economía, dentro de estos 'nosotros' puede incluir hombres, mujeres, a todos los géneros posibles".
Por su parte, Chávez comenta que el lenguaje siempre se verá afectado, especialmente "en un nivel histórico social como el de hoy, donde se están viendo las deficiencias de una comunidad en relación al tratamiento del hombre y de la mujer".
Vélis-Meza incluso va más allá y señala que el castellano "es un lenguaje, por decirlo de alguna manera, machista, otros hablan de androcentrista es decir que gira en torno al sexo masculino y, de hecho, en una enumeración de cuatro cosas si tres son femeninas y una es masculina, la frase debe concordar con el masculino, pero eso está dentro de lo que son las reglas de la gramática y sintaxis".
Pero Toledo tiene otra visión y argumenta que la lengua no es machista ni sexista "si no que es la gente que usa la lengua (...) entonces me parece que hacer nuevas marcas para tratar de evitar un fenómeno de exclusión no va por ahí la cosa".
Pero ¿podría esta nueva forma de lengua llegar a ser reconocida por la Real Academia Española?
Por su parte, la Real Academia Española lanzó en 2012 un informe llamado "sexismo lingüístico y visibilidad de la mujer" donde critica el uso de un lenguaje inclusivo ya que "difunde usos ajenos a las prácticas de los hablantes" e imposibilita "la comunicación efectiva".
Gloria cree que este tipo de lenguaje podría llegar a la RAE si es que "se da la presión" para que acepte. "Se daría más por una cuestión de presión social y creo que el mismo uso, las mismas personas que utilizamos la lengua evitaríamos esta nueva marca porque tendemos a la economía del lenguaje", agregó.
Asimismo, Vélis-Meza expresa que podría pasar ya que "el lenguaje es algo vivo, no algo muerto, siempre está cambiando, actualizando, incrementando".
"Hay términos que están tan presentes en nuestra vida que terminaron por pasar al caudal de la lengua, a la norma, a la lengua ejemplar ¿quién sabe?, esto depende del éxito de este nuevo uso", reflexiona Chávez.
