La "misa de reconciliación" cerró la agenda de los enviados papales en Osorno.
Misión Pastoral Osorno
SANTIAGO.- La tarde de este domingo concluyó la visita de los enviados papales a Osorno, una ciudad dividida desde la designación del renunciado Juan Barros como obispo de la ciudad. Con una misa en la Catedral de San Mateo,
el arzobispo de Malta, Charles Scicluna, y el sacerdote español Jordi Bertomeu cerraron intensas jornadas de trabajo, en las que abordaron los casos de abusos y encubrimientos que afectan a prelados de la zona.
La misión pastoral, encomendada por el
Papa Francisco, comenzó sus labores en Osorno el pasado jueves 14 de junio y se extendió por cuatro días, en las que los representantes del Vaticano
recibieron a las víctimas para escuchar sus testimonios y enfrentaron las divergencias que hay al interior de esta diócesis.
Las diferencias en la diócesis
El primer día de los enviados papales en la ciudad contempló dos reuniones. La primera fue un encuentro con los integrantes de la comunidad de Fieles Católicos de Osorno y el segundo con la agrupación de Laicos y Laicas de Osorno.
Ambos grupos de feligreses se encuentran enfrentados, principalmente, por la figura del ex obispo Barros, de quien el Papa Francisco aceptó su dimisión el pasado lunes 11 de junio.
El primer encuentro no dejó satisfecho a los Fieles Católicos de Osorno, quienes son cercanos al religioso señalado como encubridor de Fernando Karadima. Ellos dijeron que no habían tenido tiempo suficiente durante la reunión, por lo que no obtuvieron la explicación que esperaban sobre la aceptación de renuncia de su ex líder religioso.
Por este motivo, la agrupación volvió a reunirse el sábado con los representantes del Vaticano, en una cita que sí cumplió con sus expectativas. "Se les preguntó claramente por el obispo Barros y dijeron que no tenía condenación", señaló el vocero de la agrupación, José Manuel Rozas.
Las numerosas denuncias que marcaron la visita
En menos de 48 horas los enviados papales se reunieron con 94 personas, entre ellas, hubo quienes entregaron testimonios de abusos al interior del clero.
Además, los representantes del Vaticano recibieron una carta en la que se presentaban denuncias en contra de sacerdotes de Aysén por presuntos abusos cometidos contra al menos 20 menores en Coyhaique.
La polémica "misa de reconciliación"
El último punto del cronograma de actividades de Scicluna y Bertomeu fue la "misa de reconciliación", instancia que hasta poco antes de su inicio generaba misterio en relación a la cantidad de asistentes debido a las divisiones en la diócesis.
Finalmente, la eucaristía celebrada en la Catedral San Mateo tuvo una amplia concurrencia. En la ceremonia, que fue oficiada por el
administrador apostólico Jorge Concha, se hizo un llamado a la unidad y se realizó un mea culpa en relación a las acusaciones que involucran a la Iglesia Católica.
"Hoy día vemos con mucha claridad que hay tantas formas de abuso que no pueden volver a ocurrir, que hay procedimientos que no se pueden repetir, que
hay formas de hacer iglesia que se deben cambiar y que hay tareas a las que no podemos renunciar", señaló Concha en la homilía.
Además, Scicluna dio un mensaje en nombre del Papa Francisco: "El Papa me ha encargado pedirle perdón a todos los fieles de Osorno y a todos los habitantes del territorio por haberles herido y ofendido profundamente".
Al finalizar la ceremonia, el arzobispo de Malta dio las gracias a quienes compartieron su testimonio con él y Bertomeu, y señaló que la reconciliación verdadera "no se logra con una misión de pocos días".