SANTIAGO.- Durante la tarde del miércoles, un crudo video comenzó a viralizarse rápidamente a través de redes sociales. Se trata de imágenes de dos ciudadanos ecuatorianos recibiendo insultos, golpes y descargas eléctricas al interior de la cárcel Santiago 1.
"Pídanle perdón a Chile y a la familia", se escucha en el material audivisual. Y es que los individuos que estaban siendo agredidos eran dos de los cuatro imputados por el asesinato de una mujer de 41 años en el barrio República, quienes llegaron a dicho recinto penitenciario luego de que se les decretara la medida cautelar de prisión preventiva.
La situación dejó una serie de interrogantes respecto a la seguridad y vigilancia al interior de los recintos penitenciarios. Por su parte, el subsecretario de Justicia, Juan José Ossa, admitió que el caso aludido está lejos de ser un hecho aislado. "Esta es una situación que la conocemos porque fue grabada", comentó.
Misma impresión es la que manifestó a Emol el ex recluso y creador de la fundación Dimas, Khristian Briones, quien sostuvo que lo registrado en el video es un actuar común al interior de las cárceles en Chile, dando cuenta de ciertos códigos que gatillan en este tipo de hechos.
Códigos, "maquinazo" y "cobrar plata"
"Cuando los violadores llegaban a las cárceles, les pegaban o los violaban, pasaba lo mismo con los 'papito corazón' -quienes no pagan pensiones alimenticias-, y siempre pasa lo mismo con hechos de esta connotación (...). Hay muchas cosas que pasan que no se suben a internet, la gran mayoría", señaló Briones.
En ese sentido, el trato hacia los ciudadanos ecuatorianos, según el hombre que ahora se dedica a ayudar a ex reos a reinsertarse a la sociedad, se debió a que el delito cometido está "mal mirado" por los reclusos del país.
"Como dicen ellos (los reclusos), 'aquí nosotros cobramos plata (venganza)'. Esto fue 'cobrar plata', los castigaron, le pusieron corriente y los golpearon. Fue por eso. Le da más peso también que sean extranjeros y que la que murió sea chilena".
Khristian Briones
La mayoría de los delincuentes trata de no cometer hechos de violencia, porque son más años (en la cárcel).
Este tipo de hecho hace que la delincuencia sea asimilada a la violencia, lo que hace que aumenten las penas. Los delincuentes no quieren eso", agregó.
Además, continuó, hubo una serie de agravantes en el caso, como que haya sido una mujer mayor la víctima, sumado a "que ellos eran extranjeros, que la golpearon hasta no dar más, salió en la tele, en todos lados". Todo lo anterior, afirmó Briones, derivó en que "los mismos reos se frotaran las manos esperando que llegaran (los ecuatorianos) a cualquier dependencia" penitenciaria.
Respecto a las descargar eléctricas que recibieron los ciudadanos extranjeros, Briones aclaró que esta es una agresión que en la jerga carcelaria se denomina "maquinazo", lo que no es algo que suceda normalmente. "No es una cosa que se da todos los días. Yo creo que los vieron llegar, instalaron los cables y ahí los 'maquinaron'".
"Como dicen ellos (los reclusos), 'aquí nosotros cobramos plata (venganza)'. Esto fue 'cobrar plata', los castigaron, le pusieron corriente y los golpearon. Fue por eso. Le da más peso también que sean extranjeros y que la que murió sea chilena".
Visión de Gendarmería
Desde Gendarmería, el presidente de la Asociación Nacional de Oficiales Penitenciarios, Alberto Figueroa, también reconoció que dentro de la convivencia de los reos existen códigos, los que "están dados, particularmente, con respetar su familia".
"El delincuente se preocupa de robar a la gente que tiene recursos (...). Dentro de estos códigos, esta situación estaba direccionada para la gente que cometía delitos sexuales, violaciones, pero yo creo que también son empáticos sabiendo que la víctima venía de familia humilde, de esfuerzo. Se comete un delito grave, aberrante, para solo robar un celular y $5 mil".
Alberto Figueroa
"El delincuente se preocupa de robar a la gente que tiene recursos (...). Dentro de estos códigos, esta situación estaba direccionada para la gente que cometía delitos sexuales, violaciones, pero yo creo que también son empáticos sabiendo que la víctima venía de familia humilde, de esfuerzo. Se comete un delito grave, aberrante, para solo robar un celular y $5 mil", recalcó Figueroa.
Mientras que el dirigente de la Asociación Nacional de Funcionarios Penitenciarios (Anfup), Felipe Rodríguez, destacó la importancia del lugar donde fueron "atacadas y torturadas esas personas", donde viven "chilenos y extranjeros". "Los mismos extranjeros reaccionaron porque ellos quedaron con mala fama en Chile respecto al delito que cometieron", aseveró. De hecho, dos de los cuatro agresores formalizados por el delito de tortura, son extranjeros: un dominicano y un colombiano.
"Ellos (los reclusos) tomaron revancha, y quisieron tomar la ley en sus manos, para darle a conocer a la ciudadanía que ellos no están de acuerdo con los delitos que cometieron estos extranjeros", indicó Rodríguez.
Críticas al organismo penitenciario
Las agresiones que recibieron los imputados por el crimen en barrio República, que fueron grabadas por un teléfono celular -lo que está prohibido al interior de las cárceles- no es lo único que ha acaparado las críticas de diversos sectores, sino también el actuar de Gendarmería respecto a la situación fue cuestionado.
Desde el organismo ya anunciaron que se instruyó un sumario administrativo, "para establecer por qué no se cumplieron los protocolos (de seguridad en estos caso)".
"Esto ocurre por la poca infraestructura que tiene Gendarmería con respecto al hacinamiento que actualmente hay en nuestra institución. Las cárceles chilenas están sobrepasadas al 120% de sus capacidades reales", sumado al "poco personas para realizar custodia más permanente y directa a la población penal".
Felipe Rodríguez
Para Briones, lo más preocupante es que Gendarmería no haya puesto a los agredidos "en un lugar de aislamiento.
Los tiraron a los leones. No sé si fue con esa intención o no se dieron cuenta, porque ellos debieron haber previsto esto, porque fue un hecho que salió en la tele".
Rodríguez, por su parte, se defendió, y sostuvo que "esto ocurre por la poca infraestructura que tiene Gendarmería con respecto al hacinamiento que actualmente hay en nuestra institución. Las cárceles chilenas están sobrepasadas al 120% de sus capacidades reales", sumado al "poco personas para realizar custodia más permanente y directa a la población penal".
"Estamos hablando de alrededor de 50 miembros internos por un funcionario. Actualmente, donde ocurrió la situación había cerca de 3 funcionarios para alrededor de 300 o 400 internos", explicó.
Y continuó: "Acá el problema es una situación de Estado. El Estado nos tiene abandonados a Gendarmería de Chile".
Finalmente, Figueroa manifestó su inquietud respecto a que "este hecho ocurre en la cárcel más moderna de la Región Metropolitana, donde tenemos un sistema de circuito cerrado, donde las instalaciones de convivencia y habitabilidad son totalmente visibles a las cárceles tradicionales".