SANTIAGO.- El ecuatoriano
Cristián Romero Morales (20) declaró ante funcionarios de la
Oficina de Seguridad Interna de Gendarmería. En la instancia, indicó haber sido víctima de agresiones por parte de otros presos en la cárcel Santiago 1.
Él y su compatriota Jonathan Chávez Quinchiguango (21) quedaron en prisión preventiva tras ser formalizados por robo con homicidio de Margarita Ancacoy, de 40 años, en el Barrio República el pasado lunes 18 de junio.
"Traté de correr, pero lo único que sentía eran más golpes de puños, pies, objetos cayendo al piso, hasta que en ese momento apareció un gendarme y me ayudó a ponerme de pie y nos llevó hasta un lugar seguro;
gracias a su ayuda logré salir vivo de esta situación", señaló el imputado en el documento -al que tuvo acceso "La Tercera"-, respecto a
Héctor Palma Ortiz.
La Fiscalía había apuntado que el gendarme no intervino mientras los internos los golpeaban, siendo formalizado junto a cuatro reos, luego de que la golpiza fuera difundida a través de un video en redes sociales.
A esto se suma el hecho de que el mismo gendarme detenido por las torturas a los ecuatorianos cuestiona el actuar de la fiscalía. "En vez de que me den una medalla por salvarles la vida a dos internos, estoy privado de libertad", dijo Palma a través de una carta que envió a sus compañeros de trabajo desde la cárcel.
Pero Chávez también declaró: "después de varios minutos de agresiones, un interno nos dice que nos paráramos y corriéramos a la salida, por ello tratamos de correr, pero casi todos los internos nos siguieron y continuaban agrediéndonos, pero justo en ese momento llegó un funcionario de Gendarmería, quien nos retiró del patio, logrando terminar con la golpiza que estábamos recibiendo", relató Chávez al capitán Niger Durán, jefe de la Oficina de Seguridad de la institución penitenciaria.
Sobre el mismo tema, al final de su testimonio añadió que "cuando los internos nos ordenaron correr a la salida y mientras nos golpeaban, el funcionario de Gendarmería nos levantó y nos quitó de encima a los agresores. Gracias a él no sufrimos mayores lesiones".
Pese a lo declarado por los ecuatorianos el 20 de junio, la fiscal Marcela Adasme dijo en la formalización del 21 de junio, es decir, al día siguiente, que el gendarme Palma fue testigo de lo que pasó e hizo "vista gorda", siendo el encargado de seguridad del módulo.