SANTIAGO.- "En el tiempo natural de un parto espontáneo fisiológico que se produce en un verdadero trabajo de parto, sin intervenciones, se pueden obtener fácilmente entre 8 y 10 cesáreas".
Son las palabras que emite Natalia Contreras, socióloga y autora del libro "Parto medicalizado en Chile" en la presentación de los resultados de la primera Encuesta sobre el Nacimiento en Chile, realizada por el Observatorio de Violencia Obstétrica (OVO), en el que participaron de 18 mil mujeres.
50,8% Partos por cesárea en clínicas
Con 11.357 respuestas válidamente emitidas, el estudio muestra que mientras la práctica de cesáreas en 1970 rondaba un 20% de los casos, desde hace una década que se aproxima al 40% en los hospitales públicos (39,8% en los últimos cuatro años) y 50% en las clínicas privadas (50,8%).
El dato llama la atención debido a que el propio Ministerio de Salud en su "Manual de atención personalizada con enfoque familiar en el proceso reproductivo", emitido en 2008, no recomienda la intervención "en situaciones en que no exista justificación médica clara".
Para Michelle Sadler, académica de la U. Adolfo Ibáñez y directora de OVO, en Chile "nos encontramos con un modelo extremadamente medicalizado, con muchas intervenciones que se practican de forma rutinaria y que no están recomendadas por la evidencia".
Intervenciones no recomendadas
El estudio compara la experiencia vivida por las mujeres con las recomendaciones de la OMS para una experiencia positiva de parto, elaboradas en 2018, y con el propio manual del Minsal. Ninguna de ellos recomienda la práctica de monitorización fetal continua en mujeres sanas, así como tampoco el uso de oxitocina artificial de forma rutinaria ni el de anestesia, cuando no es solicitada.
Sin embargo, en hospitales públicos el monitoreo fetal continuo supera el 80%, el uso de oxitocina el 50% y el de anestesia el 70%. En clínicas privadas, el uso de oxitocina es levemente menor, pero el de anestesia casi alcanza el 90%.
"Esto último podría ayudar a explicar lo difícil que ha resultado reducir las cesáreas tanto en el sistema público como privado de salud, ya que conocida es la asociación, por ejemplo, que existe entre el monitoreo continuo y el aumento de cesáreas", explica el OVO en el estudio.
"Nos encontramos con un modelo extremadamente medicalizado, con muchas intervenciones que se practican de forma rutinaria y que no están recomendadas por la evidencia"
Michelle Sadler
También sucede con la práctica de la rotura artificial de membranas y la episiotomía, que se recomienda usar "de forma justificada y con discreción". A pesar de haber disminuido en hospitales en clínicas, se sigue reportando entre un 40% a un 44% de las experiencias en ambos establecimientos de salud en los últimos cuatro años.
La OMS, además, aconseja el acompañamiento de la mujer durante el trabajo de parto por una persona de su elección. En el 54% de los partos en hospitales, existió privación de acompañante en algún momento y 7% en todo momento, mientras que en clínicas privadas las cifras alcanzaron un 21% y un 0,2%.
Otras recomendaciones sugieren la ingesta de líquidos o alimentos durante el trabajo de parto y el contacto piel con piel entre la madre y el recién nacido durante la primera media hora de vida, para prevenir la hipotermia y promover la lactancia.
Según la encuesta, a un 73% de las mujeres en servicios públicos se les restringieron los líquidos o alimentos y en el 17% de los casos el contacto piel con piel fue menor a 30 minutos. Las cifras son similares en clínicas privadas (61% y 18%).
Malos tratos físicos y verbales
Pero el estudio también incluyó variables en cuanto a los tipos de abusos que se dan durante la atención de nacimiento, tanto verbal (lenguaje severo o grosero sexual, infantilización, trato con amenazas y culpabilización, entre otros) como físico (uso de fuerza, restricción física, manotazos, empujones, etc.).
50% Acallamiento en mujeres con educación básica
En hospitales públicos, un 43% de las mujeres aseguraron que el personal de salud no respondió sus dudas, las desatendieron o acallaron, el mismo porcentaje vivió crítica o represión por expresión de emociones o dolor y un 23% recibió lenguaje grosero, sarcástico o humillante. En clínicas privadas la cifra baja: 20%, 17% y 5% respectivamente.
Otro dato que llama la atención es la prevalencia de los estándares de cuidado deficiente en función del nivel educacional de las mujeres en parto. El acallamiento fue reportado en más de un 50% en mujeres con educación básica completa o incompleta, y bajó hasta un 20,4% en mujeres con posgrado.
En cuanto al abuso físico en general, alcanza un 29,4% en el primer grupo y se encuentra cerca del 5,2% en el último. Por edad también se aprecian diferencias: llega a un 20,2% en menores de 19 años y baja del 10% a partir de los 25 años.