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¿El futuro de Las Condes?: El plan estadounidense que reubicó a 4.600 familias pobres en barrios con más recursos en los '90

Los resultados del programa "Moving to Opportunity" indican que mejoró el desarrollo de los niños que tenían menos de 13 años al momento de la mudanza, aumentando su acceso a la universidad y el empleo, con ingresos futuros un 31% mayores.

15 de Julio de 2018 | 18:00 | Por Consuelo Ferrer D., Emol
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AFP (imagen referencial)
SANTIAGO.- "¿Es buena la idea de Joaquín Lavín de construir viviendas sociales al lado de la rotonda Atenas en Las Condes? Creemos que sí". Así comienza la carta enviada a El Mercurio por el académico de la Escuela de Gobierno de la U. Católica, Kenzo Asahi, y investigador del Centro de Estudios Públicos, Slaven Razmilic, en la que se suman al debate en torno a la integración social iniciado por el proyecto del alcalde.

Para articular su punto, los académicos citan en la misiva un ejemplo que lleva más de 20 años de estudio en Estados Unidos, y que tiene por nombre "Moving to Opportunity", que se puede traducir como "moviéndose hacia la oportunidad", un "programa de demostración de vivienda justa".

Se trató de una estrategia experimental de investigación del Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano del gobierno, diseñado para responder una pregunta recurrente en sociología: ¿Trasladar a familias desde sectores de alto nivel de pobreza a otros con menor nivel de carencia mejora sus proyecciones sociales y económicas?

El programa


La iniciativa fue autorizada por el Congreso en 1992, y participaron de ella 4.600 familias de bajos recursos, la mayoría encabezadas por madres solteras, afroamericanas o latinas.

Todas fueron asignadas de manera aleatoria a uno de tres programas: un grupo recibió un subsidio para mudarse a un vecindario con menores índices de pobreza por al menos un año, otro recibía la subvención sin el requisito de la mudanza y el último grupo ejercía de control, sin recibir ningún subsidio, para medir el impacto.

"Los efectos positivos de dejar barrios pobres en la niñez no pudieron ser observados hasta que los niños fueron lo suficientemente adultos como para terminar la universidad y entrar al mundo laboral"

Jonathan Rothwell
Los que se trasladaron lo hicieron a sectores con índices de pobreza significativamente menores (de 40% a 20%), pero el subsidio no les permitía costear la vida en barrios acaudalados, por lo que el nivel de los colegios, aunque mejoró, no lo hizo significativamente.

Luego de los primeros años, los resultados empezaron a aparecer y se tornaron decepcionantes para los sociólogos: el barrio no afectó los sueldos o el empleo de los adultos, aunque sí algunos aspectos de su salud física y mental. Tampoco mostró efectos positivos consistentes en los logros académicos de los niños en lectura ni en matemáticas.

Pero con el paso de los años, comenzaron a aparecer efectos positivos. La clave, descubrieron, fue la edad en que los niños ingresaban a la nueva dinámica.

Resultados positivos (a largo plazo)


La intervención se comenzó a reflejar en el desarrollo de aquellos niños que entraron al programa antes de cumplir 13 años, cuyo ingreso anual —cuando cumplieron más de 20 años— incrementó en US$3.500, lo que significa un aumento de un 31%.

También elevó en 2,5 puntos porcentuales la asistencia a universidades y la calidad de las universidades a las que accedieron. Además bajó los índices de embarazo adolescente.

"La integración social es un muy buen vehículo para alcanzar una sociedad más igualitaria, y la ciudad puede y debe ser un medio preferente para avanzar en esa dirección"

Kenzo Asahi y Slaven Razmilic
"No había nada de malo con la primera ronda de evaluaciones de 'Moving to Opportunity': el principal problema fue que los efectos positivos de dejar barrios pobres en la niñez no pudieron ser observados hasta que los niños fueron lo suficientemente adultos como para terminar la universidad y entrar al mundo laboral", explica el economista estadounidense Jonathan Rothwell.

En cambio, los resultados en niños que tenían más de 13 años al momento de la mudanza no fueron significativos e incluso en algunos casos fueron adversos en el largo plazo, "posiblemente debido a los efectos disruptivos del cambio", exponen Asahi y Razmilic en su misiva.

"En el caso particular de Las Condes no hay efectos disruptivos", continúan. "Son familias que viven pocas cuadras más arriba, por lo que más que 'moverse a una oportunidad', esta posibilidad les permitirá seguir accediendo a ellas. ¿La alternativa? Salir a la periferia o mantenerse en la situación de hacinamiento en que están en la actualidad".

"La integración social es un muy buen vehículo para alcanzar una sociedad más igualitaria, y la ciudad puede y debe ser un medio preferente para avanzar en esa dirección", concluyen.
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