SANTIAGO.- "El domingo primero de marzo, en la cuaresma de 2009, fue el momento cuando nuestras almas se destrozaron, y comenzó nuestro calvario. He aquí la verdad. Nuestro hijo, llorando, nos contó: '¡Me violaron en el seminario! ¡El padre Hernán me violó!'".
Es parte del crudo relato que circula desde la noche del sábado en medios de la Región del Biobío, publicado originalmente por la revista Sabes, donde un padre cuenta la situación denunciada por su hijo, quien habría sido abusado sexualmente por el entonces rector del Seminario Pontificio Menor en Concepción el año 2002: el sacerdote Hernán Enríquez Rosas.
"Mi hijo cambió, no era el mismo. Se encerró en sí mismo. Se alejó de la iglesia. Se encerraba en su cuarto y cada noche cerraba con seguro la puerta de su habitación. Guardó silencio"
Padre de la víctima
Este domingo, el Arzobispado de Concepción respondió a las acusaciones a través de un comunicado que comienza haciendo un llamado a que la denuncia —de carácter anónimo— "sea formalizada responsablemente, sea ante el Ministerio Público o los canales establecidos por nuestra Iglesia".
"En relación al Pbro. Hernán Enríquez Rosas, en abril de 2009 se recibió una denuncia de igual contenido al esbozado en la carta denuncia publicada. Dicha denuncia fue conocida por la justicia civil", señalan.
"De la misma forma, en el ámbito canónico, se instruyó una investigación previa con la que no se pudo concluir la existencia de un delito ni la participación del denunciado en la misma", prosiguen.
La denuncia
Según el relato del padre de la víctima, su hijo participó de actividades eclesiales desde niño, tomando la decisión de ingresar al seminario a los 14 años, a pesar de que sus padres no habrían estado de acuerdo con la idea "porque la niñez no es una edad adecuada para discernir una vocación religiosa".
El menor ingresó al recinto en marzo de 2002, pero una semana después recibieron un llamado de él para que lo fueran a buscar. Antes de que se retirara del seminario, el rector le preguntó, en presencia de sus padres, por qué quería irse. Ellos recuerdan que dijo "Esto no es para mí, no es lo que yo pensaba".
Pero durante siete años su hijo no contó nada. "Mi hijo cambió, no era el mismo. Se encerró en sí mismo. Se alejó de la iglesia. Se encerraba en su cuarto y cada noche cerraba con seguro la puerta de su habitación. Guardó silencio", recuerda el padre.
"En el ámbito canónico, se instruyó una investigación previa con la que no se pudo concluir la existencia de un delito ni la participación del denunciado en la misma"
Arzobispado de Concepción
Una vez que fueron informados de la denuncia, el padre señala que buscaron llevarla a la Justicia. "En marzo de 2009 fuimos a la fiscalía de Concepción, pero no nos atendieron, nos dijeron que a ellos no les correspondía por la fecha", cuenta.
"En seguida nos fuimos a Policía de Investigaciones a poner la denuncia, la que luego pasó al Juzgado de turno de Concepción, por el periodo de transición que estaba viviendo la Reforma Procesal Penal", continúa.
"En abril de 2009 presentamos denuncia en el arzobispado, entrevistándonos con el arzobispo Ricardo Ezzati, quien dijo que se haría una investigación sobre los hechos denunciados sobre este sacerdote", asegura.
El matrimonio señala un episodio con el que se sintieron "traicionados". "El año 2012, el arzobispo Ricardo Ezzati participa de las palabras introductorias del libro 'Persona, Educación y Democracia' del sacerdote Hernán Enríquez, apareciendo además en el lanzamiento del libro el autor con el arzobispo Chomalí".
La figura de Chomalí
Según el testimonio, en 2011 el hombre le escribió un correo electrónico al recién nombrado arzobispo Fernando Chomalí.
De acuerdo al comunicado del arzobispado, Chomalí tomó conocimiento de la carta el día 27 de abril de 2011. El sacerdote se habría contactado con el progenitor de la víctima al día siguiente.
14 Años tenía la víctima cuando ocurrieron los hechos que denuncia
Según la versión de la Iglesia, el mensaje fue: "Como usted bien sabe, hoy cumplo dos meses como arzobispo de Concepción y quisiera manifestarle que estos asuntos delicados corresponde tratarlos de acuerdo a las normas emanadas por el Vaticano, el derecho canónico y el protocolo de la Conferencia Episcopal de Chile (...) que pretende una investigación y un debido proceso. También le recuerdo que está en su derecho de recurrir nuevamente a la justicia civil". Eso, acusan, no ocurrió.
"El arzobispo, siguiendo el protocolo de prevención de abusos sexuales de la Conferencia Episcopal, mantiene una investigación previa en curso. Llamamos nuevamente a todos los que tengan antecedentes de este u otro posible ilícito a usar los medios civiles y canónicos para avanzar en verdad y justicia", concluyen.
Ahora, los padres piden la remoción del sacerdocio de Enríquez, quien además es docente de la Facultad de Teología de la Universidad Católica de la Santísima Concepción. "No puede andar consagrando en los altares y haciendo quizás qué otros daños a menores y a la Iglesia", señalan.
