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Jonathan "Seco" Sánchez, el grafitero que transformó la fachada de un galpón del centro en una Boombox

El pintor cuenta que tardó una semana en terminar su obra, y explicó que se inspiró en este equipo de audio porque es la definición de una Ghetto Blaster, "un detonador del barrio".

05 de Agosto de 2018 | 08:43 | Por Gonzalo Núñez, Emol
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Así luce la calzada del galpón en la calle Roberto Espinoza.

Gonzalo Núñez
SANTIAGO.- Quienes caminan por la amplia vereda de baldosas de la calle Roberto Espinoza, entre Copiapó y Coquimbo, a pasos de Nataniel Cox, se encontrarán con una fachada que a muchos los insta a detenerse, sacar su celular y tomarse una selfie. La razón: Es un mural que representa una antigua radio Boombox.

La obra se pintó en las paredes de un galpón ubicado en este sector de Santiago centro, a la altura del 800. Su autor es Jonathan "Seco" Sánchez y la plasmó bajo la consigna "pinto lo que veo".

Oriundo de Limache, este grafitero de 38 años recorre el país con su pasión por esta disciplina, que también lo ha llevado a cruzar fronteras. En California, Estados Unidos, se puede ver su arte.

El mural Boombox, destacado por la cuenta de redes sociales Santiago Adicto, adorna la fachada de un galpón que hoy está desocupado, y que se encuentra en un barrio residencial, donde pueden observarse un colegio, una plaza y de edificios de departamentos, por ejemplo.

Allí, se realizaban clases de Dancehall queen, aunque hoy busca arrendatario.


La Boombox está pintada con la técnica del "grafiti puro, punto y raya", dice a Emol el artista a través del teléfono desde Calera, donde está radicado y donde también pintó una, aunque esta última es cuatro veces más chica.

"Cuando Leona, profesora de Dancehall utilizaba el espacio, me contactó. Ella sabe lo que significa esto, ha viajado mucho a Estados Unidos lo que la hace tener una visión diferente en cuanto a la cultura grafitera, simplemente apostó por mí", afirma.

Una semana pintando

"Este trabajo duró una semana, era bien grande y lo tuve que hacer con andamios, tenía que subir y bajar. Fue muy difícil", recuerda sobre su obra pintada el año pasado y explica por qué se inspiró en esta radio de los setenta, pero asociada a los ochenta con el break dance y la cultura hip hop.

Pero este mural es una mezcla de distintas radios de este tipo. "Personalmente tuve mi Boombox Sony, que es la base del mural. Me gustaba escuchar rap en esas radios, porque tenía la esencia del hip hop y del break dance neoyorkino.

"Boombox es la definición de una radio casete, pero ha ido agarrando conceptos, como una caja que explota, aunque me gusta más otra definición que quiere decir Ghetto Blaster que es como decir un detonador del barrio, se enciende y se prende", expresa "seco".

"Los norteamericanos tienen más espacios, la sociedad es más abierta y a la hora de pagar es mucha más valorada. Además, en Chile si viene un grafitero de Francia o Italia lo consideran más a él, solo por ser de afuera"

Jonathan Sánchez

El artista dice que es complicado ser profeta en su tierra, pese a que los grafiteros chilenos, a su juicio, "llevamos por lejos en cuanto a calidad a los norteamericanos" y que la falta de recursos "los llevó a ingeniárselas para buscar otras técnicas y métodos, que los europeos no se 'cranearon'".



El artista comenzó su carrera a los 12 años, cuando se iniciaba en la cultura Hip Hop, practicando Break Dance y pintado sus primeros grafitis.

Algo de su trabajo sacado de su propia cuenta de Instagram @seco_sanchez


Vecinos celebran

Carlos Peña Becerra, inspector general del liceo Libertador General José de San Martín, ubicado en el barrio, apoya creaciones como esta.

"Nosotros apoyamos estas expresiones culturales. Incluso con el creador del mural de enfrente quisimos trabajar en conjunto, pero no se dio. Nosotros como comunidad educativa queremos utilizar nuestra pared externa para que los alumnos puedan plasmar lo que hacen dentro del patio hacia las calles", asegura.

"Los grafitis ayudan a que el entorno sea más agradable, cuando están bien hechos se adorna mucho el casco histórico de Santiago Centro", añade.

Mientras que un hombre que trabaja en el sector, que pidió reserva de su identidad, afirma: "Cuando los murales los hace un experto quedan hermosos, pero cuando graban sus nombres con letras 'flaites', las calles se ven muy feas".

Reforzando las palabras anteriores, "seco" en entrevista con el canal 24 Horas reflexionó: "Yo también hice rayados que invaden la ciudad, consideraba que estaba bueno, pero el tiempo me hizo madurar y entender que es una falta de respeto. Yo no quiero que vayan a mi casa a pintar algo que no se entiende o no tiene ni pie ni cabeza".
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