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Enfrentar a las potencias y reorganizar el comisionado de DD.HH.: Los desafíos de Bachelet en su regreso a la ONU

Expertos y políticos coinciden en que la tarea que asumirá a partir del 1 de septiembre está lejos de convertirse en un “exilio dorado” para la ex Presidenta.

10 de Agosto de 2018 | 13:00 | Por Felipe Vargas Morales, Emol
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Quienes conocen el trabajo del alto comisionado descartan que Bachelet aspire a la secretaría general de la ONU tras ocupar ese cargo.

AFP.
SANTIAGO.- La Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó este viernes por unanimidad la designación de la ex Presidenta Michelle Bachelet como nueva Alta Comisionada para los DD.HH. del organismo, con lo cual asumirá una tarea que según expertos y políticos está lejos de convertirse en un exilio dorado tras dejar La Moneda.

Ello, debido a la compleja agenda que la ex jefa de Estado tendrá que enfrentar y que la llevará a enfrentarse constantemente a grandes potencias como EE.UU. y Rusia, países que encabezaron una dura disidencia en contra de su antecesor, Zeid Ra'ad Al Hussein, por su rechazo a la política migratoria de Washington y la postura de Moscú sobre Siria.

Según explicó a Emol la abogada y experta en derecho internacional, Paz Zárate, su trabajo se desarrollará “en un ambiente muy hostil, de tensión constante. De hecho, al último comisionado lo torpedearon desde EE.UU., que ha recortado presupuesto a la ONU, y Rusia, que se ha negado a discutir el tema de los DD.HH. en Siria".

"EE.UU. ha dicho que la promoción de los valores como los DD.HH. puede ser un obstáculo para la búsqueda de intereses económicos y de seguridad. Si ellos lo ven así, para los demás países occidentales esto es un verdadero problema. La piedra angular de la ONU son los DD.HH. y si este valor está entredicho, la institución misma está en entredicho", añadió.

No obstante, a su juicio ese no es el único desafío que Bachelet tendrá que enfrentar. "Zeid ha contado lo terrible que es este cargo, lo desmoralizante y lo difícil que es continuar, y ha sido transparente en dar a conocer los problemas de su repartición. A ella la llamaron a una oficina que tiene problemas”, aseguró.

Según la jurista, el Alto Comisionado "tiene mucho personal en terreno en zonas de peligro y tiene problemas presupuestarios. Ante todo eso, igual debe mantener un alto perfil para cumplir su rol. No es una institución que está en un buen pie y la ONU en sí misma no está en un gran momento".

"La situación internacional está muy revuelta con el aumento del autoritarismo por parte de ciertos gobiernos y el populismo. Es un momento muy complicado, entonces este cargo es difícil per se y en el momento actual, más todavía. En este momento hay demasiadas crisis en DD.HH. sucediendo al mismo tiempo”, recalcó.

Zárate subrayó que "si dejamos de lado a Trump y los problemas de administración, tiene a Siria, Myanmar, Venezuela, Nicaragua, México, China, Libia, Yemen, Congo, Turquía, Arabia Saudita, Corea del Norte, Irán, Rusia… en todos estos lugares hay que abogar por el respeto a los DD.HH. Entonces, es un trabajo incesante".



En tanto, el ex secretario general de la OEA y actual senador PS, José Miguel Insulza, sostuvo que entre los objetivos de Bachelet habrán dos temas; "Uno es el desarrollo general de los DD.HH. en el mundo y otro son las crisis concretas. Lo que se requiere es una conducción general del proceso".

"Está claro que en las últimas décadas los temas de DD.HH. han avanzado hasta posicionarse como un tema fundamental, pero ciertamente han existido problemas y retrocesos en los últimos años que es importante considerar. El rol del alto comisionado es el de examinar la situación global y también las particulares", añadió.

En ese contexto, Insulza subrayó que entre los temas específicos está "el gran tema de la mujer en el mundo, hay países donde todavía ni siquiera tienen derechos, en algunos países árabes no pueden manejar automóviles o donde es legal matar a una mujer por tener relaciones fuera de matrimonio", entonces ese tema no es menor".

"El tema de la migración ha crecido mucho, por situaciones forzadas, violencia, crisis y hay puntos muy álgidos en los que el alto comisionado tendrá algo que decir. Por ejemplo, la crisis que hay entre África y Europa es muy fundamental. Hay otros problemas también, la situación de los encarcelados, los problemas de maltrato policial", agregó.

No es un trampolín para la secretaria general


Asimismo, Zárate e Insulza desestiman que la llegada de la ex Mandataria a este cargo sea el paso previo para asumir en el futuro la secretaria general de la ONU. Y es que pese a la visibilidad mundial que tendrá, el desgaste político que genera el puesto hace difícil que pueda pensar en ese desafío.

"Pensar eso no es muy realista, porque tendrá que enfrentar a los países, incluyendo a las superpotencias, y decirles cuando están violando los DD.HH. o poniéndolos en peligro. Entonces, es una posición donde es imposible congraciarse con alguien y para ser elegido secretario general hay que ser amigo de todos o de una gran mayoría", explicó la abogada.

"El rol de Alto Comisionado no permite hacer amigos, porque tienes que criticar tanto a Rusia como EE.UU., tanto a China como a Siria. Entonces, no puede ser amigo de nadie, es la posición menos conveniente para poder aspirar a otra cosa y sus antecesores no han saltado de ese cargo a ningún otro de la ONU, esa evidencia dice que no es factible", dijo.

En tanto, el ex secretario de Estado señaló que "es prematuro decir eso, el secretario general de Naciones Unidas estará ahí por varios años más todavía y habitualmente cunado no hay graves inconvenientes o ningún país de las grandes potencias ejerce su derecho a veto, generalmente se repite, así que hay que esperar un poco".

"El actual secretario general tiene la primera opción para reelegirse, pero habrá que ver qué es lo que pasa cuando se plantee eso", concluyó.
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