Ante ello, la oposición exigió y logró su salida, algo que pretende repetir con el subsecretario de Redes Asistenciales,
, quien ha sido acusado de ocultar información sobre la autopsia del ex Presidente
cuando fue director del Hospital Clínico de la Universidad Católica.
Y pese a que en un comienzo se trató solo de un reclamo de la DC, el bloque se sumó en su totalidad luego de que sus
senadores
decidieran vetar las eventuales participaciones de Castillo en las sesiones de comités y en el Senado, aumentando la presión sobre La Moneda.
Se trata de dos situaciones similares, pero ante las cuales el Gobierno reaccionó de distinta forma. Según los expertos, mientras el caso de Rojas se trató de una falta grave que fue más allá de la política, en el del subsecretario aún hay dudas.
Al respecto, el cientista político y director de tresquintos, Kenneth Bunker, ambas autoridades están vinculadas a temas que "son sensibles para una parte importante del país", pero destaca que "lo de Rojas es una causal directa de tarjeta roja, mientras que lo de Castillo no, no sé si da para amarilla".
"A Rojas se le criticó porque habló del mundo de la cultura, y sale por un castigo político ya que Piñera considera que él no puede hacer la pega dado este flanco abierto. En cambio, Castillo puede hacer la pega. Él puede estar en salud porque la forma en que se involucra no es una propuesta directa de las personas involucradas en salud", añadió.
En esa línea, Bunker subrayó que "la oposición está tratando de meter a los dos en el mismo saco porque son temas de DD.HH., sin embargo mientras Rojas tenía problemas para ejercer dentro de su cartera, en lo práctico Castillo no lo tiene", puntualizó.
En esto coincidió Cristóbal Bellolio, analista político de la escuela de Gobierno de la Universidad Adolfo Ibáñez, que señala que ambos casos "se potencian en el sentido de que nos recuerdan quiénes son los malos".
"En el caso de los dichos del ex ministro Rojas tiene que ver con minimizar los crímenes de la dictadura. Ambas están en el mismo arco narrativo: contra la dictadura, a favor de los DD.HH., a favor del esclarecimiento de la verdad, a favor de no olvidar lo que ocurrió en Chile entre el 73 y el 90", enfatizó.
En esa línea, también cree que la DC y la oposición "está aprovechando el vuelo de lo que ocurrió con Rojas. Parte de la ciudadanía ya está en alerta respecto de una posible regresión en materia de DD.HH. que parte con los dichos del ex ministro y continúa con la confirmación de las sospechas de que el ex Presidente Frei fue asesinado".
"Al Frente Amplio y a los movimientos de izquierda les conviene políticamente presentarlos como un paquete de medidas regresivas de la derecha contra los DD.HH.", analizó.
Asimismo, destacó que en el caso del titular de Redes Asistenciales, los cuestionamientos provienen desde el mundo político, mientras que lo de Rojas "proviene del mundo de la cultura que no tiene necesariamente una expresión partidaria sino que se parece a lo que hemos conocido como 'movimiento social'".
La misma visión planteó el experto en comunicación política y académico de la Universidad Alberto Hurtado, Fernando García Naddaf, quien destacó que "el gobierno no corre tantos riesgos políticos con Castillo comparado con Rojas. Este no tiene una contraparte política a su gestión dispuesto a hacerle frente".
"En cambio, a Rojas el mundo de la cultura lo amenazó con un boicot que lo dejó en jaque. ¿Con quién podría interlocutar un ministro de la cultura si no es con el mundo de la cultura? Lo deja vacío de contenidos y afecta la gestión. El caso de Castillo es distinto", sostuvo.
Según García Naddaf, el reclamo por el subsecretario proviene de la "elite política, pero esa parte no es su contraparte directa en la gestión, ni tampoco tiene el músculo para hacerle frente con los actores que intervienen ante él en su trabajo como los funcionarios del sector salud, cosa que al parecer no estaría ocurriendo".
90 horas duró el ex ministro Mauricio Rojas en su cargo
Otra mirada aportó el
cientista político y académico de la Universidad de Talca, Mauricio Morales, quien explicó que "en el caso de Rojas existía un texto escrito por él mismo donde ponía en cuestión o tenía una interpretación de las violaciones a los DD.HH".
"Por lo tanto, entonces era más fácil bajarlo, porque la evidencia era muy contundente. En el caso de Castillo, al parecer faltan pruebas que lo liguen al caso y por eso Piñera lo está aguantando. Pero en algún minuto va a tener que destituirlo, porque si no lo hace pierde el apoyo de la DC para aprobar proyectos de ley y con eso también da pie para la unión de la oposición bajo la bandera de los DD.HH.", indicó.
Los argumentos sobre la permanencia de Castillo
En cuanto a la solicitud de renuncia del subsecretario realizada por la oposición, los expertos difieren. Bellolio dice que "cuando no hay más remedio, las cosas finalmente hay que hacerlas", como ocurrió con Rojas. En ese sentido, sobre la permanencia de Castillo, indicó que "si van a haber problemas para desarrollar la gestión de los funcionarios, yo que Piñera le daría una vuelta al asunto".
No obstante, aseguró que "el Gobierno lo respaldará, sobre todo porque él ya fue subsecretario de Redes Asistenciales y en todos estos años él pudo desempeñar con cierta normalidad su labor. En su momento Carmen Frei también dijo algunas cosas, pero no hubo este revuelo".
En tanto, Bunker indicó que "Piñera no va a echar a alguien si es que está habilitado para hacer el trabajo, porque no tiene problemas con las redes asistenciales, con las clínicas, con los hospitales".
"Si Castillo sale, ahí si que deja un precedente importante que tiene que ver con que nadie del Gobierno puede asumir si estuvo involucrado en materias con DD.HH. y hay bastantes que ya están y que tendrían que pedir que sacaran", advirtió.