SANTIAGO.- El 19 de abril de 2000, a 38 días de asumir en su cargo, el entonces jefe de Estado Ricardo Lagos promulgó la reforma constitucional que creó el estatuto de los ex Presidentes de la República, modificación que permitió a quienes ejercieron esa tarea contar con una dignidad acorde a las responsabilidades que cumplieron.
Se trató de un proyecto que estableció que quienes hayan sido mandatarios durante el periodo completo podrían contar con derecho a fuero y a una dieta igual a la que perciben los miembros del Senado y la Cámara de Diputados, exceptuando a quienes accedieron al puesto por vacancia o hayan sido declarados culpables en juicio político.
Asimismo, la iniciativa indica que "el Ex Presidente de la República que asuma alguna función remunerada con fondos públicos,
dejará, en tanto la desempeñe, de percibir la dieta, manteniendo, en todo caso, el fuero", excluyendo de esas tareas los "empleos docentes" en la enseñanza superior, media y especial.
Con ello, un ex Presidente recibe una dieta que corresponde actualmente a $9.349.851 mensuales, a los que se suma $1.733.296por concepto de transporte y alrededor de $8.000.000 al mes para gastos de oficina, los que son destinados a sus distintas fundaciones, de acuerdo a información del Senado.
La idea del proyecto, que fue ingresado el 7 de septiembre de 1999 por los senadores Marcos Aburto (Senador Institucional), Sergio Diez(RN), Juan Hamilton (DC), Hernán Larraín (UDI) y José Antonio Viera Gallo (PS), era otorgar esos montos para que los ex jefes de Estado pudieran seguir representando y aportando al país.
En ese contexto, algunos ex Presidentes han utilizado esos recursos para impulsar fundaciones dedicadas a la generación de propuestas y al debate de ideas. Fue el caso de Lagos, con Democracia y Desarrollo, el de Sebastián Piñera con Avanza Chile, y Michelle Bachelet, con Dialoga y Horizonte Ciudadano.
$9.349.851 es la dieta mensual de los ex presidentes
Fue precisamente debido a este punto que el estatuto regresó al debate, luego de que la alcaldesa de Providencia,
Evelyn Matthei, cuestionara que la ex Mandataria utilizara su dieta para financiar su nueva fundación mientras ejerza como Alta Comisionada para los DD.HH. de la ONU, aludiendo al reglamento del organismo internacional.
Dicho documento establece que ninguno de sus funcionarios puede percibir salario, honores u otros reconocimientos estatales durante el desarrollo de sus labores, con el objetivo de evitar presiones de sus países de origen. Sin embargo, de acuerdo a la entidad, ese no sería el caso de Bachelet, por calificar la dieta como una pensión.
La polémica creación del estatuto
En este caso, y cada vez que se habla sobre austeridad, la dieta que se otorga a los ex presidentes vuelve a ponerse en cuestión. Sin embargo, su origen estuvo marcado por la polémica, pero no por los montos, sino por el fuero que otorga a sus beneficiarios.
El contexto histórico era el siguiente: El entonces senador vitalicio, Augusto Pinochet, permanecía recluido en Londres, en donde estuvo 16 meses en medio de un proceso judicial internacional en su contra por crímenes de lesa humanidad.
Por ello, la discusión en esos días era
saber qué pasaría con el ex Comandante en Jefe del Ejército. Si lograba sortear dicha instancia judicial, existía la posibilidad legal de que regresara a su escaño en la Cámara Alta, pero su estado de salud no lo permitiría.
Por ende, desde la UDI y RN vieron con buenos ojos la creación del estatuto, ya que le otorgaría un retiro digno y sobre todo con fuero, lo que lo protegería ante nuevos casos judiciales.
Por otro lado, al interior de la Concertación estaba en discusión la necesidad de otorgarle un reconocimiento al ex Presidente Patricio Aylwin, quien debido a la redacción de la Constitución de 1980 quedó sin opción de ser senador designado: Sin fuero ni dieta.
En esa disyuntiva, los miembros de la Comisión de Constitución del Senado acordaron por unanimidad aprobar el estatuto, con el objetivo de dignificar a Aylwin y a sus sucesores, y de otorgar una salida a Pinochet para forzar su retiro de la política.
El debate, realizado en plena campaña presidencial de 1999 entre Lagos y Joaquín Lavín, fue arduo. Y es que pese a que la mayoría coincidía en crear el beneficio, el inciso sobre los senadores vitalicios provocó duras discusiones.
"Quien actualmente o en el futuro se desempeñe como senador vitalicio, podrá renunciar a dicho cargo, en cuyo caso mantendrá la dignidad de Ex Presidente de la República", rezaba el texto, lo cual fue recibido como un traje a la medida de Pinochet.
Con ello, mantendría el fuero a todo evento, lo cual a juicio de la centroizquierda, permitiría que permaneciera impune ante la serie de casos de violaciones a los DD.HH. que perseguían su responsabilidad.
En tanto, algunos sectores reclamaban que la DC, con el afán de premiar a Aylwin y a Frei -quien tras culminar su periodo podía ingresar al Senado como vitalicio- estaban dispuestos a mantener dicha institución, considerada antidemocrática.
Con todo, la iniciativa fue aprobada con los votos de la derecha y con división en la Concertación. El PS en pleno rechazó, debido a que era parte querellante en los procesos que se seguían en contra de Pinochet, mientras que en la DC y el PPD hubo legisladores que manifestaron su apoyo y una minoría votó en contra, para impedir el fuero a Pinochet pese a la estima que expresaban hacia la figura de Aylwin.
