SANTIAGO.- No ha sido un mes fácil para los habitantes de
tres comunas de la Región de Valparaíso. Dos hechos han marcado sus rutinas: primero el descuartizamiento de un profesor y después dos episodios de contaminación que provocaron la activación de una inédita alerta amarilla ambiental.
El caso de Nibaldo Villegas (49 años) comenzó con una denuncia por presunta desgracia el jueves 9 de agosto, después de que su familia perdiera todo contacto con él luego de que dijera que iba a juntarse con amigos.
Tras una semana de intensa búsqueda, un torso apareció flotando en el muelle Prat. Las pericias confirmaron días después que pertenecían al docente de computación. El caso impactó a Villa Alemana, cuyos vecinos vieron cómo su apacible rutina cambió de golpe.
Según establecieron la PDI y la fiscalía con las diligencias que desarrollaron tras el hallazgo, el encuentro de Villegas no fue con amigos, sino con su ex pareja Johanna Hernández, con quien tenía una hija. La relación ya estaba quebrada pero él nunca perdió la esperanza de retomarla.
Ella lo esperaba, pero no estaba sola, sino con su nueva pareja. Al llegar fue atacado con arma blanca por ambos. Luego decidieron cercenar su cuerpo y esconder sus extremidades.
La mujer comenzó a pedir ayuda para encontrarlo en canales de televisión y redes sociales. Pero la investigación de la PDI logró evidencias que permitieron su arresto y el de su acompañante.
Tras ello, vino la confesión que terminaron con ella y su nueva pareja tras las rejas, luego de ser formalizados por parricidio y homicidio calificado. "Hubo premeditación", dijo entonces el fiscal Jose Miguel Subiabre, antes de la audiencia del pasado 22 de agosto.
Pero este caso no sería el único.
Quintero y Puchuncaví
Esa misma semana, pero un día antes -el martes 21 de agosto- el aire se volvió irrespirable para los habitantes de estas comunas costeras. Vómitos, mareos e intoxicaciones obligaron a los vecinos acudir a los recintos asistenciales de la zona.
Tras ello salieron a las calles a protestar, pero hasta ese momento el descontento aún no traspasaba del todo los límites de ambas localidades. Hasta el jueves 23.
Esa jornada un nuevo episodio de contaminación el aire provocó una centena de intoxicaciones y nuevas consultas médicas que obligaron a reforzar con un hospital de campaña la red asistencial de la zona.
Esta vez, la emergencia provocó que la ira de los quinteranos y puchuncavinos se escuchara, y fuerte: las autoridades decretaron dicha alerta y
el Ministerio de Medio Ambiente apuntó a ENAP y ordenó paralizar sus faenas.
La estatal salió a defenderse señalando que no es la responsable de tales emisiones tóxicas y contrató una auditoría externa "para despejar las dudas" de quienes la apuntan como responsable.
Las causa de ambos episodios aún se desconocen, pero provocaron que los habitantes de estas tres comunas de la Región de Valparaíso vivieran un turbulento agosto y se mantengan en estado de alerta.
