SANTIAGO.- Luego de enterarse de la investigación que el Arzobispado de Santiago inició en su contra, el
sacerdote y vicario de la parroquia de Nuestra Señora de la Paz de Ñuñoa, Diego Ossa envió un comunicado rechazando las acusaciones por abusos y aseguró su inocencia.
Esta tarde, la institución religiosa anunció la apertura de la indagatoria tras recibir dos denuncias por hechos que habrían ocurrido en 2005, cuando una de las presuntas víctimas era menor de edad. Esto, sumado a la petición de un antiguo denunciante del mismo sacerdote, Óscar Osbén Moscoso, quien solicitó revisar una acusación indagada en el pasado por abuso sexual y de poder.
En dicha oportunidad, la Congregación para la Doctrina de la Fe aplicó un castigo que consiste en amonestar o reprender a aquel que, tras una investigación, "recae grave sospecha de que ha cometido un delito" o que con su actuar provoque "un escándalo o grave perturbación del orden".
Sobre esta última, Ossa, quien fue discípulo del ex párroco de El Bosque, Fernando Karadima y miembro del grupo que lideró su defensa, recalcó que aquella vez no se pudo acreditar las conductas denunciadas, y que "no pude compartir el fundamento de tales penitencias pues estoy convencido de jamás haber ofendido al Sr. Osbén, pero las acaté y cumplí con humildad y amor a la Iglesia".
Así, agregó, "reitero mi total inocencia sobre los hechos denunciados. Con ello, la denuncia y la investigación relativa al Sr. Osbén quedó cerrada y sancionada".
En cuanto a las nuevas denuncias, el religioso indicó desconocer la identidad de quienes están detrás de estas, pero que "declaro enérgicamente que jamás he incurrido en alguna conducta impropia ni he cometido actos contrarios a mi ministerio".
Conocida la situación, el cardenal de Santiago, Ricardo Ezzati impuso las medidas cautelares el cese de las funciones de Ossa como vicario parroquial, fijando su residencia en su hogar familiar. Estas, fueron apeladas por el afectado al considerarlas como "una condena anticipada" y "lesivas" contra su honra.
Así, concluye que, "como toda la Iglesia, repudio todo acto abusivo realizado contra cualquier persona, especialmente los más indefensos y apoyaré con todos los medios disponibles el avance de esta investigación, tanto en sede eclesial como ante el Ministerio Público si fuere necesario, donde estoy disponible para presentarme a la brevedad para ofrecer mi colaboración inmediata. Abogo porque se conozca la verdad".
