SANTIAGO.- Fue algunos lunes atrás. En la Avenida Bernardo O'Higgins —en pleno casco histórico de la ciudad de Chillán Viejo y a pasos del parque en honor al primer Director Supremo de Chile—, se encontraba formado el ejército local, los postes embanderados y una hilera de plátanos orientales caducos. Esperaban.
Ese 20 de agosto, día del nacimiento de O'Higgins, las comunas de Chillán y Chillán Viejo eran las únicas de la otrora Región del Biobío en día feriado. Siete mil personas recibían al Presidente Sebastián Piñera, pero aunque la ciudad lo esperaba, otra visita que tiene agendada es la que causa más expectación: la que realizará los días 5 y 6 de septiembre, cuando concrete la inauguración de la nueva Región de Ñuble.
En medio de la multitud, 19 personas que habían venido desde el norte tomaron un estandarte, una bandera y un lienzo que decía con letras azules y rojas: "Bienvenida Región de Ñuble.
Vamos por la Región de Aconcagua".
Se trató de una delegación que buscaba representar a los 343 mil habitantes de las provincias de Los Andes, San Felipe y Petorca, un 19% de la población total de la región según el censo de 2017. Lo que buscan desde abril de 2006 es convertir la zona en una nueva región. Por esos días, Los Ríos y Arica y Parinacota nacían.
Desde entonces han pasado más de 12 años, y el anhelo sigue siendo eso. "Desde la recuperación de la democracia, ningún candidato a la Presidencia, al Senado o a la Cámara de Diputados que haya venido para acá nos ha dejado de prometer la Región de Aconcagua", cuenta a Emol el alcalde de Calle Larga, Nelson Venegas, quien preside la Asociación de Municipalidades de la Región de Aconcagua. "No hay ninguno que no lo haya hecho", asegura.
El anhelo
Lo que dicen en la zona es que se trata de una aspiración con raíz histórica, que comenzó a surgir apenas se hizo la división regional en 1974. "La zona ha tenido características antropológicas e históricas desde que se convirtió en la Provincia del Aconcagua, en 1826. Históricamente siempre tuvimos esta idiosincrasia que fue interrumpida con la regionalización", comenta el alcalde.
Con él concuerda la consejera regional por Los Andes, María Victoria Rodríguez. "Sentimos que nuestra identidad, nuestro patrimonio y nuestra idiosincrasia son muy diferentes a las de la costa de la región, y por los mismo muchas veces no son visualizadas desde las autoridades regionales como una prioridad", dice.
Rodriguez describe: "Nuestra principal fuente laboral es la agricultura y la minería. Nosotros estamos ajenos a los conflictos de los puertos marítimos porque somos un puerto terrestre, y hay temas vitales para nosotros, como el agua". Gran parte de la zona atraviesa una intensa sequía.
"Yo vivo en Calle Larga y estoy a 40 minutos de Santiago. Para llegar a Valparaíso, me demoro dos horas y media"
Alcalde Nelson Venegas
Para el jefe comunal de Calle Larga, también existe un tema político que tendría una de sus expresiones en la primera elección de
gobernadores regionales. "Va a ser elegido en Valparaíso, Viña y Quilpué, y va a reproducir la concentración del poder político", explica.
"Lo mismo la ley de rentas regionales, que van a ser definidas con la cantidad de habitantes que viven en esas tres localidades, que es infinitamente superior a la nuestra. No vemos una solución de la mano de las políticas de descentralización porque profundiza la concentración de la toma de decisiones en la capital regional", añade Venegas.
También existe un tema mucho más práctico. "Yo vivo en Calle Larga y estoy a 40 minutos de Santiago. Para llegar a Valparaíso, me demoro dos horas y media", cuenta.
El camino
A días de que finalizara el gobierno de Michelle Bachelet, la Subsecretaría de Desarrollo Regional y Administrativo dio a conocer los resultados del estudio de factibilidad en torno a la posibilidad de crear la región, que comenzó en 2014.
El estudio arrojó que bajo criterios históricos-identitarios, la decisión sí se sustenta. La nueva región compartiría características de ruralidad, vocación agrícola y minera, a diferencia de Valparaíso y San Antonio que tienen vocación portuaria y pesquera.
Después del informe, corresponde al gobierno instruir la elaboraicón de un estudio financiero. "En definitiva, nos dirá cuánto cuesta hacer la región. Después, y mediando la voluntad política, el Presidente podría enviar un proyecto de ley para crearla", dice el abogado Claudio Gómez, cofundador de Corporación Aconcagua Región.
Pero han surgido problemas. El primero, que el nuevo subsecretario de Desarrollo Regional,
Felipe Salaberry, puso en duda el estudio por haber sido realizado sobre la base del censo de 2002. "Han pasado 16 años y claramente la realidad demográfica, entre otros factores, ha cambiado", dijo a fines de marzo.
Gómez echa por tierra su argumento. "Si bien se utilizó, se hizo con una proyección de crecimiento al año 2017. Cuando se hizo el censo nuevo, se compararon las cifras y había un error de 0,2%. Eran prácticamente las mismas", asegura.
Desde su vereda, el abogado ejecuta una campaña de socialización y difusión, con miras a que la comunidad se informe sobre el proceso. "No estamos perdiendo el tiempo ni esperando que el Gobierno nos dé el vamos: estamos haciendo seminarios, entregando volantes, yendo a las radios", cuenta.
Además han sumado apoyo político de todos los diputados del distrito y de gran parte de los senadores de la región, como Ricardo Lagos Weber (PPD), Ignacio Latorre (RD) e Isabel Allende (PS).
También es el caso de Francisco Chahuán, quien se considera "firme partidario" de la división de la región. "Ciertamente creo que se cumplen todas las condiciones, incluso económicas, para avanzar en esa dirección, y espero que el Gobierno cumpla con enviar el informe económico", asegura a Emol.
Pero hay un apoyo que falta: el del nuevo intendente de la región, Jorge Martínez. "Si seguimos dividiendo las regiones como regla general, vamos a terminar con las provincias que teníamos antes de la división administrativas, que van a ser más chicas, con menos recursos, poder y representación", dijo la autoridad a El Mercurio de Valparaíso en marzo, aunque declaró no estar "a favor ni en contra".
La posición del intendente no sorprendió a los dirigentes.
La oposición
El director ejecutivo del think thank regional Fundación Piensa, Juan Pablo Rodríguez —que hoy ocupa el puesto que alguna vez tuvo Jorge Martínez— busca en sus archivos una cifra correspondiente a una de sus últimas encuestas, las más grandes que se realizan fuera de Santiago, con más de 1.600 encuestados: 58%. Se trata del apoyo que existe en la región a la idea de separarla en dos. "El año pasado era un 63%, hay una tendencia a la baja", dice.
Como fundación, son señalados como uno de los mayores opositores al proyecto, pero Rodríguez señala que no se trata de negar la existencia del problema —la centralización de la región en Valparaíso y el eje costero— sino de cuestionar el mecanismo para solucionarla.
"En la medida en que se vaya dividiendo el poder, las regiones van a ir perdiendo poder relativo con respecto a Santiago y va a ser más difícil negociar con el poder central. Es contrario al proceso de descentralización", explica.
"En la medida en que se vaya dividiendo el poder, las regiones van a ir perdiendo poder relativo con respecto a Santiago y va a ser más difícil negociar con el poder central. Es contrario al proceso de descentralización"
Juan Pablo Rodríguez
"El anhelo de las provincias no costeras es muy legítimo y justificado, pero la solución no pasa por la creación de más burocracia estatal sino que por la generación de las políticas públicas necesarias para mejorar la calidad de vida de los habitantes de esas provincias", dice Rodríguez. Menciona un ejemplo: instalar una
Corte de Apelaciones en el territorio de la zona en disputa.
Quien también ve con recelo la idea es la académica de la U. de Valparaíso, Javiera Arce. "Como cientista política me parece que no tiene sentido regionalizar de esa manera", explica a Emol.
"Va a implicar una merma de recursos e incluso una merma en términos de gestión pública. Si no existen las capacidades estatales para instalar un proceso de descentralización, la creación de una nueva región no tiene sentido", añade.
Según su visión, la propia Región de Valparaíso carece de capacidades técnicas para solucionar temas como la del agua potable, que todavía no se convierte en una constante para la zona. "No es una respuesta sólida a la problemática. Eso es ser irresponsables con la democracia, son políticas que no tienen mucho sentido técnico", concluye.
"La gota que rebalsó el vaso"
El sábado 11 de agosto, cerca de 500 personas llegaron hasta la plaza de peajes de Las Vegas con pancartas que decían "Región de Aconcagua ¡ahora!". Con cortes de tránsito y otras medidas de presión, los habitantes de San Felipe y Los Andes protestaban por el alza en el valor del ticket, que subió casi un 40%.
"Fue la gota que rebalsó el vaso", dice el cofundador de Corporación Aconcagua Región. "Ya tenemos que llegar a Valparaíso por una de las rutas concesionadas más caras de Chile en relación al trayecto: por esos 140 kilómetros tenemos que pagar cerca de $16 mil ida y vuelta", cuenta.
40% Subió el peaje en Las Vegas
A pesar de las críticas al proyecto, los vecinos están convencidos de que la única solución posible es convertirse en una región distinta. "Este es un anhelo que no surge de una autoridad o un líder: han sido las comunidades organizadas las que han liderado estos procesos", dice la consejera regional María Victoria Rodríguez.
"Es una demanda muy horizontalizada, que no surge de manera vertical sino de las fuerzas y la necesidad de la gente. Si preguntas a las personas de Petorca, San Felipe y Los Andes, todos tenemos ese sentimiento común de que necesitamos recuperar lo que teníamos", añade Rodríguez.
"Queremos ser región", recalca la autoridad. "Al comparar con el caso de Ñuble, lo vemos como algo posible. Para nosotros no es una utopía".
