SANTIAGO.- Nunca, en la historia de Chile, se habían tenido tan pocos hijos como ahora. Según las Estadísticas Vitales 2016, difundidas por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) el pasado viernes,
la fecundidad llegó a 1,69 niños nacidos por mujer.
La cifra -lejana al 2,1 necesario para mantener en equilibrio la fuerza laboral entre quienes nacen y jubilan- consolida la tendencia al envejecimiento y abre una serie de interrogantes sobre cómo frenar o revertir esta ruta.
Preguntas que en Europa ya han intentado resolver: ¿Cuáles son las principales herramientas de quienes han estado más cerca de lograrlo? Una mezcla de políticas y programas que fomentan la
equidad de género, potencian la
participación laboral de la mujer y, además, tienden a
facilitar la vida de quienes son padres, con aportes del Estado en materias como el cuidado de los niños. Con medidas como éstas, Francia, por ejemplo, ha conseguido liderar en fecundidad en Europa.
Claudia Tarud, abogada y académica del Instituto de Ciencias de la Familia de la U. de los Andes, asegura que el trabajo de los países europeos se puede sintetizar en dos tipos de acciones.
En el mundo laboral, la extensión de los permisos como el pre y el posnatal, y también la flexibilidad para que el hombre y la mujer los compartan de modo equitativo. A esto, añade, se suman "los servicios de atención de la vida diaria: salas cuna, jardines, una red donde los niños puedan estar y los padres, confiar".