SANTIAGO.- Rafael Garay, el ingeniero formalizado por estafas a 29 personas por un monto que bordea los $1.200 millones, contó por cuarta vez su versión de los hechos. Las dos primeras fueron ante medios de comunicación, la tercera durante una audiencia de revisión de medidas cautelares, y la última, llevada a cabo esta mañana, ante el 2ª Tribunal Oral en lo Penal de Santiago.
En todas las oportunidades, la declaración fue casi la misma: asumió su culpabilidad en los hechos -e incluso una defraudación mayor a la imputada-, además de haber sido diagnosticado con un trastorno de personalidad limítrofe y un fuerte alcoholismo. Así también, mantuvo la calma mostrada previamente ante el tribunal, entregando la información de manera ordenada, pausada, e incluso explicando conceptos económicos.
"Yo no puedo haber buscado personas que yo no conocía y que ellos me contactaron a mí. Si alguien me llama o contacta a través de una red social, y yo nunca la he visto o hablado con ella, cómo iba yo a contactar a una persona. Me generó mucho ruido y amargura el comentario del abogado"
Rafael Garay
Al momento de responder las preguntas de su abogado Daniel Celis, el ingeniero comercial se refirió en detalle a la relación laboral que mantenía con sus ex clientes y actuales querellantes en la causa.
Así, explicó que a todos los inversionistas les hizo llegar una copia del contrato firmado, además de un informe mensual señalando los resultados de la supuesta inversión. Algunos de ellos acompañados de un depósito que simulaba ser los resultados de esta, pero que finalmente era parte del dinero de otros clientes.
A partir de esto, aseguró que ninguno de ellos le solicitó detalles de la inversión.
"Están los documentos de los días 30 de cada mes, es decir el resultado. En algunos casos de transferencia que recibían de la inversión supuesta, entonces ahí hay un documento. Pero que alguien me haya pedido algún detalle de una empresa o un mercado especifico o de un área en específica, eso nunca ocurrió", indicó.
También se refirió a las acusaciones de manipulación que hizo la semana pasada el abogado de uno de los querellantes ante el tribunal.
"Es una pregunta compleja de responder, primero porque yo creo que una persona que es adulta, que tiene experiencia, bienes, capital, etc, en general no es una persona que uno pueda influenciar fácilmente. Creo que es difícil influenciar a una persona que tiene trayectoria, que tiene profesión, que tiene recursos, por lo tanto a mí me parece que él solo escuchó una oferta que le pareció atractiva producto de las rentabilidades. Pero de aquí a que haya una suerte de manipulación... ".
Ya cambiando un poco el tono de voz, descartó haber planificado algún modelo de estafa para cada cliente, señalando que a todos se les ofreció el mismo trato y rentabilidad. "Yo no puedo haber buscado personas que yo no conocía y que ellos me contactaron a mí. Si alguien me llama o contacta a través de una red social, y yo nunca la he visto o hablado con ella, cómo iba yo a contactar a una persona. Me generó mucho ruido y amargura el comentario del abogado".
Supuesta oficina en Hong Kong
Así también indicó que habían clientes que no conocía personalmente, por lo que no podría reconocerlos; que solo dos de ellos lo llamaban constantemente por teléfono -uno para hablar de "temas cotidianos"- y que muchos nunca fueron a la oficina de la empresa "Think & Co.", ubicada en la comuna de Recoleta, ya que se reunían en cafeterías cercanas.
"Ni siquiera me preguntó el nombre de ninguna empresa, nunca me pidió un detalle, nunca me pidió absolutamente ninguna información de a dónde estaba apuntando yo con estas inversiones que he reconocido como ficticias", señaló Garay sobre un cliente.
El ingeniero también dijo haber usado el nombre de algunas personas que no fueron sus clientes, como el ex entrenador de la selección Jorge Sampaoli, y que si bien les señalaba a los inversionistas tener una oficina en Hong Kong, lo cual era cierto, estos nunca le preguntaron si era "virtual o no".
