SANTIAGO.- Una compleja situación se está viviendo en el
santuario de la naturaleza Carlos Anwandter de Valdivia, dado los reiterados ataques de lobos marinos a cisnes de cuello negro en las últimas semanas.
Desde el pasado 27 de julio han sido 66 las aves muertas en la zona -según la Conaf-, por lo que el intendente de Los Ríos, César Asenjo, encabezó un comité donde participaron científicos, sociedad civil y servicios públicos que tienen vinculación con el medio ambiente, flora y fauna de la región, para tomar medidas al respecto.
Una de ellas es la evaluación de captura y traslado de los mamíferos a otro lugar "muy distante de la región para poder hacer un monitoreo y un chequeo de su comportamiento de forma permanente", dijo ayer martes la máxima autoridad local.
"Lo fundamental aquí es actuar en tiempo y oportunidad, porque no podemos permitir ni ser testigos de que los lobos sigan atacando a los cisnes, pues tenemos una población importante en la región, la hemos recuperado, pero no podemos hipotecar nuestro inventario de fauna nativa", agregó.
Pese a que no saben las causas del comportamiento de estos lobos marinos, se cree que los ataques los realizarían especies juveniles.
Estudio de 2009
Según consigna el "Diario Austral" de la Región de Los Ríos, en 2009 la bióloga marina e investigadora asociada del Centro Transdisciplinario de Estudios Ambientales y Desarrollo Humano Sostenible de la UACh, Layla Osman, lideró un proyecto para determinar el comportamiento del lobo marino de la Costanera de Valdivia.
Nueve años después, esos mismos datos podrían ser útiles en el análisis de la mortandad de cisnes de cuello negro registrada en el santuario de la naturaleza.
Lo anterior, porque una de las conclusiones de la investigación tras censos y estudio de comportamiento, "fue que era inicialmente una colonia de descanso conformada por juveniles, subadultos y adultos generalmente muy viejos, los cuales ocupaban distintos sectores del río Valdivia, como el mercado y helipuerto. Pudimos ver que mostraban mayor abundancia en meses de invierno, donde llegamos a contar 50 individuos y la menor abundancia en verano, con sólo cuatro animales", recordó ayer la experta.
Tomando eso en cuenta, "si los lobos siguen el mismo patrón y acercándose el verano disminuye la interacción, lo más probable es que se van a ir hacia sus colonias reproductivas, pero puede que no suceda y eventualmente si se quedan y la mortalidad de cisnes es muy grande, habría que tomar una decisión, como atraparlos y desplazarlos hacia una zona alejada", puntualizó Osman.