La Ley de Inclusión Laboral rige desde el 1 de abril de 2018.
Macarena Pérez, El Mercurio
SANTIAGO.- Han pasado casi seis meses desde que entró en vigencia la Ley de Inclusión Laboral, reglamento que establece una cuota de empleos del 1% para personas con discapacidad en organismos públicos y privados que cuenten con 100 o más trabajadores.
El primer balance entregado por el Gobierno reporta que desde su puesta en marcha –el pasado 1 de abril- el 30% de las empresas cumple con la normativa, cifra que desde el Ejecutivo calificaron como "esperanzadora".
Cambios al interior de las empresas
Pese a que la cantidad de sitios que cumplen con la reglamentación no llega a la mitad, quienes se dedican a la capacitación e inserción laboral de personas discapacitadas comparten el optimismo del Gobierno.
Desde la Fundación Descúbreme -entidad dedicada a promover, facilitar y difundir la inclusión de las personas con discapacidad cognitiva- hacen un balance positivo, el que se debe principalmente al cambio de paradigma que se ha producido al interior de los espacios laborales.
"Nosotros consideramos que la postura que han tenido las empresas frente a la inclusión ha sido positiva, tratando de resolver y entender qué es lo que significa el camino de la diversidad"
Carola Rubia, directora ejecutiva Fundación Descúbreme
Carola Rubia, directora ejecutiva de esta organización, habló con
Emol sobre este tema: "Nosotros consideramos que la postura que han tenido las empresas frente a la inclusión ha sido positiva, tratando de resolver y entender qué es lo que significa el camino de la diversidad y la inclusión, y llegar a contratar a personas con algún tipo de discapacidad'".
Al respecto, aseguró que las organizaciones están realizando "un trabajo profundo, están analizando al interior cómo están estructurados, cuál es el perfil de los trabajadores que tienen (...) para ver qué es lo que tiene que salir a buscar al mercado".
En la Fundación Avanzar Juntos -enfocada en la inserción de personas con discapacidad intelectual en el mundo laboral- también tienen una mirada positiva de estos primeros meses de la Ley de Inclusión.
La presidenta de esta entidad, Daniela Weinstein, aseguró que desde que rige esta normativa ha notado "un incremento notorio en la demanda de puestos de trabajo. Todos los días recibimos nuevas solicitudes de puestos de empleo de variadas empresas".
Mayor variedad en los tipos de empleos
Al entregar este primer balance,
el Gobierno manifestó que el desafío que quedaba para futuro era avanzar en la calidad de los empleos que se ofrecen. Rubia cree que, en este aspecto en particular, ya han existido cambios considerables.
"Yo creo que, en ese sentido, hemos avanzado mucho más que con la cantidad de personas contratadas", indicó la directora ejecutiva de Descúbreme.
De hecho, afirmó que esa mejora no comenzó el 1 de abril: "La ley de cuotas no fue algo que nació de la nada, sino que llevaba bastantes años y los últimos dos años fueron intensos en el sentido que las empresas sabían que pronto iba a ser promulgada".
"A nosotros lo que nos pasó en los últimos años fue que notamos que los perfiles dentro de las organizaciones empezaron a variar. Primero encontrabas perfiles solamente en la industria del retail y ahora se ha abierto a las diferentes industrias", declaró.
Por su parte, Weinstein coincidió en que se amplió la gama de opciones en el mercado laboral y explicó que para eso Fundación Avanzar Juntos cuenta con una metodología de "empleo con apoyo".
"Nosotros vemos la necesidad de la empresa, realizamos un levantamiento de las características del puesto de trabajo, ingresamos a la empresa un par de semanas antes para ver en terreno las tareas exactas que realizará el profesional para adecuarlas en caso de ser necesario y entrenar a la persona", detalló.
Más allá de las cifras
Pese a que su diagnostico es en general favorable, Rubia advirtió que, considerando la cantidad de tiempo que lleva esta normativa, el crecimiento ha sido lento: "Estamos ya casi llegando al final de año y hablar de un 30% es un número bajo todavía".
Por su parte, Weinstein aseveró que esto se debe a la escasa preparación que había en el mercado laboral: "El proceso de inclusión laboral no es un proceso fácil y tan rápido de implementar. Muchas veces es necesario trabajar o sensibilizar a los equipos de trabajo, realizar adecuaciones tanto en los puestos de trabajos como en las locaciones, entre otros".
"Muchas empresas actualmente no se encuentran preparadas para realizar una inclusión laboral, razón que hace pensar que un 30% es una cifra adecuada", sentenció.