EMOLTV

"Liberales a costa ajena": El round que enfrenta a Carlos Peña con Evópoli tras recurrir al TC por reglamento del aborto

A raíz del requerimiento de la UDI y RN al Tribunal Constitucional en oposición al reglamento, al que se sumó la tienda liderada por Hernán Larraín Matte, el columnista aseguró que buscan "hacer la propia voluntad sin llevar los costos de hacerlo".

06 de Noviembre de 2018 | 10:36 | Redactada por Consuelo Ferrer, Emol
imagen
Emol
SANTIAGO.- "Sería absurdo que el Estado incumpliera sus deberes celebrando convenios con quien se niega a subrogarlo en todos sus deberes, e igualmente resulta absurdo que una institución pretenda subrogar al Estado y recibir financiamiento con cargo a rentas generales para realizar una actividad y, con ocasión de ella, desasirse de la ley. Pero aunque resulta sorprendente, eso es lo que Hernán Larraín M. y Felipe Kast sugieren como parte de una demanda liberal".

Así arremetió este domingo Carlos Peña contra la decisión de Evópoli de sumarse a la UDI y RN en la oposición al reglamento del aborto mediante un requerimiento al Tribunal Constitucional. Un discurso que ha sacado ronchas en el partido de centroderecha.

A través de una columna en El Mercurio, aseguró que la tienda está "haciendo esfuerzos por cuadrar el círculo": "decirse liberal y, al mismo tiempo, poner obstáculos, trampas y zancadillas al aborto, y esforzarse por proveer pretextos y dar facilidades para que las instituciones se nieguen a practicarlo".

"Así cualquiera es liberal"


El académico criticó que Evópoli esgrima el principio de la subsidiariedad para "permitir que las entidades privadas -las clínicas- puedan negarse a practicar abortos en los casos excepcionales que la ley permite, aún así, han celebrado convenios con el Estado para prestar atención ginecológica u obstétrica".

"A primera vista, la opinión de Evópoli parece sensata, un estímulo a la autonomía; pero cuando se la mira de cerca salta a la vista la trampa intelectual y lo que con ella se persigue: hacer la propia voluntad sin llevar los costos de hacerlo. Así cualquiera es liberal", aseguró Peña en tono duro.

"A primera vista, la opinión de Evópoli parece sensata, un estímulo a la autonomía; pero cuando se la mira de cerca salta a la vista la trampa intelectual y lo que con ella se persigue, que es hacer la propia voluntad sin llevar los costos de hacerlo. Así cualquiera es liberal"

Carlos Peña
En el texto, titulado "Liberales a costa ajena", Peña aseguró que una sociedad liberal "acepta en principio que cada uno sea responsable por el curso de acción que, salvando los derechos de terceros, decide adoptar" y que implica "asumir las consecuencias de las propias decisiones".

"Pretender vivir de acuerdo a las propias convicciones, pero sin asumir ningún costo por ello, o, como en este caso, pretender seguir siendo colaborador del Estado en una prestación de salud, pero homenajeando las propias creencias gracias a las rentas generales, no es correcto", planteó.

"Es como si una comunidad amish pretendiera financiamiento para su escuela y, al mismo tiempo, no cumpliera el currículum escolar arguyendo que es contrario a sus creencias y que de todas formas presta un servicio puesto que enseña a leer", agregó.

"Hay buenos argumentos liberales para oponerse"


Su columna encontró respuesta apenas un día más tarde. A través de una carta al mismo diario, el presidente del partido, Hernán Larraín Matte, afirmó que "para Evópoli, lo que está en cuestión es la libertad de asociación, la autonomía de los grupos intermedios y el principio de subsidiariedad".

Su objetivo, asegura, es "defender un principio fundamental en una sociedad abierta: la autonomía, singularidad y diversidad de la sociedad civil y los privados en su rol público".

"¿Por invocar la objeción de conciencia en una prestación específica se sigue que se deba prohibir el financiamiento público en las múltiples restantes prestaciones? Creemos que no. En una democracia pluralista, ello limitaría la libertad de elección de las personas"

Hernán Larraín Matte
"Evópoli está defendiendo la posibilidad de que hospitales objetores puedan continuar entregando valiosas prestaciones que beneficien a la comunidad. En cambio, bajo el argumento de Peña, el Estado estaría incumpliendo la ley al financiar, por ejemplo, un parto normal o una cesárea en una institución objetora", afirmó.

"La pregunta de fondo es si por invocar la objeción de conciencia en una prestación específica se sigue que se deba prohibir el financiamiento público en las múltiples restantes prestaciones", teorizó Larraín Matte.

"Creemos que no. En una democracia pluralista, ello limitaría la libertad de elección de las personas y la diversidad de proyectos que benefician a la sociedad. En consecuencia, contrariamente a lo que plantea Peña, creemos que hay buenos argumentos liberales para oponerse a tal postura", finalizó.

Pero lejos de cerrar la polémica, las palabras de Larraín Matte ampliaron la discusión.

"No se puede pretender ser liberal abrazando causas conservadoras"


"Temo que Hernán Larraín M. elude el problema que se ha planteado con las instituciones objetoras que celebran convenios con el Estado. Habrá, pues, que reiterar algunos conceptos", comienza diciendo en su propia carta Carlos Peña este martes.

"Lo que cabe preguntarse es si el Estado puede celebrar convenios de atención ginecológica y obstétrica (que incluye la práctica de abortos) con instituciones que, ex ante, se han declarado objetoras, es decir, que han esgrimido su conciencia o su ideario para incumplir la ley", plantea Peña, recordando que la objeción de conciencia "constituye una excepción".

"La objeción de conciencia está plenamente justificada para cualquier liberal, pero no está justificado eludir los costes que ella supone"

Carlos Peña
"O, a la inversa, si es correcto que una institución celebre convenios de atención ginecológica u obstétrica subrogando al Estado y, más tarde, esgrima sus creencias para incumplir los deberes que pesaban sobre este último, al que pretende subrogar. La respuesta obviamente es no", asegura.

Para Peña, "lo que aquí se discute no es si se permitirá a las entidades privadas perseguir sus fines o, incluso, si deben recibir subsidios para hacerlo. Nada de eso está en cuestión. Una institución puede recibir subsidios para esparcir sus creencias (como de hecho ocurre con las instituciones católicas), pero debe hacerse cargo de los costes que supone hacerse cargo vivir de acuerdo con ellas".

"Lo que aquí se discute es exactamente eso: si resulta correcto que los terceros incumplan la ley con cargo a rentas generales", defiende. "La objeción de conciencia está plenamente justificada para cualquier liberal, pero no está justificado eludir los costes que ella supone".

A su juicio, perseguir ambos fines "no tiene justificación". Subraya, además, algo que califica como una "mala noticia" para el presidente de Evópoli: "No se puede pretender ser liberal abrazando causas conservadoras".
EL COMENTARISTA OPINA
¿Cómo puedo ser parte del Comentarista Opina?